Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

jueves, 3 de julio de 2008

María

María es mi amiga más vieja, y mi más vieja amiga. Es más que amiga, es como de la familia, una abuela postiza, la tía abuela, algo similar.
Llegamos a unas edades en que todo se complica, eso es lo que pasa a los 85 años, los achaques empezaron hace años, de hecho, ella nunca pensó vivir tanto, y menos cuando la tuberculosis la atacó a los 20 años.
Pero ha vivido una vida larguísma y da gracias a Dios (a su Dios), por ello. En realidad le da gracias por todo, por lo bueno y por lo malo, bueno, ella es así, acata sus designios sin cuestionar nada.
María, bueno, su familia, son los vecinos de la puerta de al lado de mi abuela Pepa, han pasado toda la vida juntos, diariamente, yo siempre los he tratado igual que a mis abuelos, incluso desde que mi Pepa falta. Yo no falto a visitarlas, a llevarles a mis niños. Bueno, hablo en plural y no me explico, las visito a ellas, a María y a su hermana, que viven juntas, esperando siempre a su hermano, que es cura misionero en Perú y que viene una vez al año.
Todo esto para contar que María está pocha, ingresada, hoy he ido a verla, en ella veo el tiempo pasar, apacible y feliz, incluso estando enferma. Ella me ha enseñado grandes cosas, la quiero mucho, espero de corazón que se recupere pronto, aunque sé, que si no es así, ella será feliz de morir en paz y en gracia de Dios e ir a reunirse con los seres queridos que le faltan ya, entre ellos mi Pepa, y allí me esperarán hasta que yo llegue, que, dicho sea de paso, espero que sea dentro de muchííííísimos años.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ays, con que ternura y respeto hablas de los mayores. No importa si abuelos, suegros o amigos. Ójala María se vaya cuando se tenga que ir, sin sufrir, asi de repente cuando abra su puerta y ya está. Allá donde están los que la esperan estará bien, pero mientras esté aquí rodeada de gente maravillosa, que viva tranquila, no importa la edad. Un beso fuerte.

Lamardestrellas dijo...

Lou, me encanta que tengas abierto este blog, un camino franco hasta un corazón de oro. Cuánto estoy aprendiendo a conocerte a través de él y cuánto me gusta lo que voy conociendo. Besotes a miles.