Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

jueves, 28 de enero de 2010

Perder el norte


Estoy indignada, enfadada, cabreada. Creo que hemos perdido el norte y los que aún intentamos mantenernos aferrados al sentido común terminaremos por perderlo si nos siguen haciendo creer que ciertas cosas son importantes cuando su importancia es sólo relativa.
Soy aficionada a la cocina, me gusta cocinar, me gusta buscar y probar nuevas recetas. Las innovaciones en formas de preparación y presentación de los alimentos me resultan interesantes, pero hacer del cierre de El Bulli la primera noticia en todos los periódicos y telediarios me parece un escándalo.
No le quito mérito a Ferrán Adriá, que lo tiene, que es un tío listo, no lo dudo, que es especialista en marketing de sí mismo, a la vista está, pero ¿acaso ha inventado el cocido que de de comer a la población mundial?, ¿ha descubierto la forma "sostenible" (otro término de moda)para acabar con el hambre en el tercer mundo?.
Pues entonces lo siento, yo le seguiré considerando un tipo estupendo, creativo, listo e influyente, pero no digno de que el cierre de su restaurante sea primera noticia del telediario.
Ya lo ha dicho.

miércoles, 27 de enero de 2010

Rosa mariposa

Por mí que no quede lo de seguir inventando.
Es bastante probable que a partir de la semana que viene vuelva a trabajar y eso me origina sentimientos encontrados. Por un lado tengo ganas de volver a la normalidad y por otro el miedo me paraliza.
Para no pensar mucho en ello, invento. Una vez empapelado el baño de los niños me propuse cambiar el look de un aseo diminuto que tengo, con el mismo problema, tiene mármol hasta media altura y luego va pintado.
El caso es que pensé en pintarlo pero de otro color. Quería haberlo pintado en morado-marrón bastante fuerte, pero como es tan pequeño iba a quedar como una cueva, así que me fui a la tienda de pinturas y dejé volar mi imaginación. En un arranque me decidí por un malva claro, en realidad es casi más rosa que malva y no queda tan claro como yo pensaba, pero ahí está el resultado.
Ya de paso compré una tabla con un retazo del cuadro "el beso", que me gustó y así puse una nota de color.
¿Qué será lo siguiente que invente...?

martes, 26 de enero de 2010

Jabón de canela

Tanto guardar y guardar el aceite de oliva de freír y luego me cuesta encontrar el rato para hacer el jabón.
El domingo, como tenía que despejar mi cabeza me puse a ello.
La vez anterior pensé en añadirle algo para darle esencia. Como no tenía nada a mano porque no había vuelto a acordarme me puse a rebuscar entre los botes de las especias. Encontré uno de canela molida que estaba caducado y pensé que si lo añadía el jabón olería a canela.
Lo añadí, le dí vueltas y más vueltas a la sosa, al agua, al aceite y a la canela y la verdad es que me ha salido muy bien, lo único es que no sé si la canela se va a notar tanto en el olor como en el color. En vez de blanco amarillento, esta vez ha salido de un precioso color canela.
¿Queréis verlo?.


Nunca tiréis el aceite de freír ni por el desagüe ni por el WC, no os imagináis lo que contamina, es mejor guardarlo en botellas de plástico o cristal y tirarlo a la basura para su reciclaje.

lunes, 25 de enero de 2010

Termómetro en mano


Ayer pretendía ser un domingo tranquilo de niños en casa, corriendo, jugando, con todo tirado por el suelo y al final lo fue, lo que no imaginaba es que me iba a levantar con el termómetro en la mano y no lo iba a soltar en todo el día.
Amanecimos muy temprano por culpa de mi garbancito. Al levantarnos ya noté a mi sol un poco caliente.
Empecé antes de las 9 a ponerle el termómetro que fue oscilando todo el día entre los 36,8ºC y los 37,5ºC. Él no se quejaba de nada, más que de que yo era una pesada todo el día con el termómetro.
Mis duendes andan regular de la tripa, no vomitan, pero les duele, a los tres, nos hemos debido tropezar con otro virus.
Hoy mi sol se ha levantado bien, pero mi hada se quejaba mucho de dolor de tripa. A ver cómo vuelven del cole.
No es la primera vez que persigo todo el día a mi niño con la historia del termómetro. Un día, al levantarle para ir a clase ya le noté mal y le dejé en casa. Al día siguiente la señorita le preguntó que por qué no había ido al cole el día anterior y él le dijo que es que mamá tenía que ponerle el termómetro veinte veces y que si él iba al colegio no iba a darle tiempo.

Mil soles espléndidos


Tengo que agradecer a la trilogía de moda que me haya devuelto el hábito de la lectura.
Los Reyes me trajeron algunos libros que me habían recomendado. Empecé con "Mil soles espléndidos". Me ha dejado sin palabras.
Que el libro es bueno, creo que no es discutible, pero no sé si es el más adecuado para hundir un estado de ánimo que a duras penas se mantiene a flote.
Me ha encantado pero no lo he disfrutado, lo he sufrido. Lamento que hayan existido, existan y existirán tantas Marian, me duele por ellas, por sus historias y porque desgraciadamente la mayoría de ellas no encontrarán una Laila.
¡Cómo si ser Laila fuese fácil!.
Lo peor, las fechas que se dan en el libro. Ver que es una historia de hoy cuando todo eso debería formar parte de la historia más lejana.
Un libro que recomiendo para cuando nos quejemos de que nos aprietan los zapatos.

jueves, 21 de enero de 2010

Los empapeladores justicieros


Esos somos mi padre y yo, mi santo padre...
Si es que no hago nada más que inventar, claro, como estoy loca pues es lo que hay.
Mi casa tiene muchos detalles "de diseño", por seguir con el tema. Vamos, que seguro que los ha diseñado un señor que no ha limpiado en su vida y al que le importa un pimiento la grasa de la cocina o que el enchufe para la batidora esté en el sitio correcto. Bueno, eso ya no tiene solución, es así y punto.
El caso es que ni la cocina ni los baños están alicatados hasta arriba. La cocina sólo tiene en azulejo el frente de la zona de cocción, el resto está pintado en un bonito amarillo al temple que no se puede limpiar...
Con los baños pasa un poco lo mismo. El de lo niños está alicatado en mármol beige hasta media altura y lo demás pintado del mismo amarillo al temple. Más bien debería decir estaba, porque mis hijos, aunque son muy buenos, plantan las manazas de tempera en cualquier parte mientras se las lavan, o se empujan unos a otros a ver quien se lava primero las manos de Nocilla y parte de la misma pasa a integrar el decorado de la pared.
El caso es que por más que le daba al "borrador mágico" no conseguía más que enguarrinar más.
Empecé a darle vueltas al tema de poner un papel pintado lavable. Mi padre insistía en que pintar es más fácil, pero para que la pintura sea lavable tiene que ser plástica y bastante satinada, y no me gusta, así que me empeñé en el papel.
Lo compramos la semana pasada en el Leroy y nos hemos puesto a ello esta mañana.
¡Qué follón!. Primero la cola que no pegaba, luego que los bordes del papel se levantan, después que hay que cortar el papel con la forma de los vericuetos de la pared, hacer la forma de la puerta, del espejo, del cajetín de los enchufes. Además, el papel es de rayas, así que hay que cuadrar el dibujo.
Yo me lo he pasado pipa, pero él está de un humor de perros, dice que no nos ha cundido nada, nos queda más o menos la mitad.
A mí me da igual, no tengo prisa, lo que tengo claro (creo) es que en la cocina pintaré, creo que definitivamente es más fácil.

miércoles, 20 de enero de 2010

De diseño

Esa parece ser la coletilla que está de moda: "mira que mesa tan rara, es que es de diseño, mira una chaqueta con tres mangas, es que es de diseño".
No me gusta la polémica, intento que mis entradas sean lo más correctas posible, pero es que este tema me ronda la cabeza hace ya tiempo.
Para gustos se hicieron los colores. No entro si a uno le gusta el diseño más moderno o el más clásico. Yo soy más clásica que el Partenón, pero vale, sé que no todo el mundo es así.
Como decía Lamar en mi entrada sobre el chocolate con roscón de Reyes, una de mis vajillas es la clásica de la Cartuja.

Además de ser "de siempre" le encuentro todas las gracias, que se rompe una pieza, la compro suelta, que necesito tres servicios más, pues los compro, que salen nuevos tamaños de fuentes, los añado, para mí es comodísimo.
En mi casa no encontrareis platos cuadrados, no me gustan, pero no les encuentro defectos, se almacenan bien, son igual de cómodos para el lavavajillas, simplemente no es mi estilo.

Lo que creo que no tiene ni pies ni cabeza es sacrificar la funcionalidad o la comodidad en beneficio del diseño. Y ahora os cuento lo que me pasó ayer.
Salí por la mañana, tenía que hacer compra se supermercado y de fruta y verdura. Con la historia de la dieta estoy muerta de hambre y a media mañana sólo puedo tomar un café. Me acerqué a la cafetería más cercana y pedí un café con leche y me pusieron esto delante:

No daba crédito, un tazón digno de la mejor sopa de tallarines chinos, sin un plato donde apoyar la cucharilla y lo que es peor, sin un asa para agarrarlo sin quemarse.
Pues qué queréis que os diga, que yo me quedo con los tazones de cafetería blancos de toda la vida, con sus desconchones y todo, pero con asa y plato.
Y ¿adivináis lo peor?, me clavaron 2,25€ por el bendito café y todo porque parece ser que era un "café de diseño".

lunes, 18 de enero de 2010

Mi hada "desdentada"

No quiero, no quiero y no quiero, se hacen mayores demasiado deprisa.
Mi hada estaba impaciente, a todas sus amigan habían empezado a caérseles los dientes y a ella no.
Ya hace como quince días empezó a movérsele uno, madre mía con lo teatrera que es, qué aspavientos hacía.
Y ese movimiento a su edad, no tiene vuelta atrás. Ha tardado, ya digo, pero el viernes por la mañana pasé por La Casa del Libro y aproveché para comprar el cuento de El Ratoncito Pérez.
Ayer, cuando se le cayó, lo guardamos en una bolsita de seda rosa, para meterlo debajo de la almohada que no se fuera a perder.

Estuvo contentísima toda la tarde, pensando que le iba a dejar al ratón un quesito para que se pusiera contento, tuvimos un pequeño desencuentro acerca del lugar donde dejarlo, ella quería ponerlo con el diente, debajo de la almohada y yo pensé que el ratón lo vería mejor si lo dejaba en la mesilla.
Se fue a dormir más contenta que unas castañuelas. Cuando se durmió saqué con cuidado la bolsita con el diente y dejé en su lugar el cuento y un billete de 10€ (para mi gusto, demasiado, pero ahí ganó el papá).
Esta noche a las 3 vino a mi cama, excitadísima, que si había metido la mano y había otra cosa que no era el diente, que si el quesito no estaba...
Hice ademán de dejarla dormir con nosotros hasta que el feliz papá nos echó a las dos con cajas destempladas, pero yo no podía perder la oportunidad de dormir con ella. Así lo hicimos, hemos dormido apretujadas en su cama hasta la hora de levantar para ir al cole.
Hoy no ha dicho ni mu, se ha levantado contenta, enseñando el cuento y el hueco dejado por su diente a todo el mundo.
En fin que se me hace mayor, bueno, ella y yo...

Mi frágil "tranquilidad".

Después de las vacaciones, después de la intratecal del martes pasado, después de que mis niños se incorporaron a sus rutinas diarias, me quedé tranquila.
Unos comen más, otros menos, se levantan refunfuñando porque es muy temprano o se pelean conmigo porque no les gusta la camisa de hoy (benditos uniformes, cuánto lo echo de menos).
Pues eso, que todos hemos vuelto a las rutinas, ellos al cole, yo al súper y a la cocina, y también al psiquiatra.
Hace ya meses que se lo dije, tenía, tengo claro que todo esto de mi sol nos va a pasar factura a nosotros, a los papás, sé que lo pagaremos caro. Ella me preguntó si no creía que ya lo estábamos pagando caro. Yo sé a lo que me refiero.
Mientras estás en un estado de tensión máxima no puedes permitirte un dolor, un malestar o un simple estornudo, pero ahora todo va saliendo.
Me duele la cabeza, un día sí y otro también, tengo una contractura en el hombro derecho que me hace moverme como Robocop, me duelen los ovarios, el pie derecho se resiente de una antigua lesión.
Todo eso lo doy por bien empleado si les veo bien a ellos, yo no cuento.
El viernes recogí a mi sol del cole antes que a su hermana, que se queda a clase de música. Venía contando y cantando en el coche, más feliz que un regaliz.
Cuando llegamos a casa me grita: ¡mamá, sangre!, el mundo se para, mis músculos se bloquean y el corazón me late como si quisiera salir del pecho.
Tenía una hemorragia nasal, enseguida se cortó, como casi todos los niños se había metido los dedos hasta el cerebro. Pero yo no podía dejar de pensar, calcular, cuántas plaquetas tenía en el último análisis, cómo estaban los leucocitos, qué tal su hemoglobina.
Es en estos momentos en los que soy plenamente consciente de que queda mucho por andar y de que el miedo va a vivir a mi lado para siempre.

jueves, 14 de enero de 2010

Adios al desenfreno

Se acabó. Se acabaron las Navidades, se acabaron las excusas para seguir engullendo sin parar. Llegó el momento de reflexionar.
Estoy como una bola. Vale, vale, puede que para los demás no sea tan evidente. Tengo la "suerte" de ser del tipo del "tordo: la cara fina y el culo gordo".
Viendo mi carita alargada es difícil adivinar mi talla de pantalón, pero ahí está.
Con lo sssstupenda que me quedé hace año y medio cuando perdí 7 kilos...
Pero es que yo no conozco límites en lo que a comer se refiere, me encanta comer, de todo y a todas horas.
Mientras hay un médico que me controla y me hace un lavado de cerebro todo va bien, pero en cuanto a un día de "libertad" le sigue otro de "dieta relajada" ya no hay vuelta atrás. Eso es lo que me ha pasado a mí desde septiembre. El resultado es que de los 7 kilos que dejé por el camino he recuperado cinco y medio.
La ropa que me compré el año pasado antes de todo lo de mi sol no me vale, me siento gorda, el michelín autónomo de mis laterales baila a su antojo, mis cartucheras están desbordadas.
Todo eso se acabó.
Ayer volví al endocrino. Desde ayer estoy a dieta, tengo que volver a conseguirlo.
Y como lo primero que había que hacer era acabar con las tentaciones, el martes por la noche dí cuenta de todos los polvorones que quedaban en casa haciendo el engrudo más ligero a base de acabar con una botella de "margarita" José Cuervo que está de vicio. Por suerte de la botella quedaba poco, que a mí el alcohol me sienta fatal.

martes, 12 de enero de 2010

Décimo tercera


Sí, y van trece nada más y nada menos. Trece intratecales.
Hoy hemos empezado oficialmente la fase de mantenimiento dos de la Leucemia Linfoblástica Aguda (LLA) de mi sol.
Tocaba intratecal sin medicación adicional, la analítica estaba perfecta, pero ha tardado tres horas en salir. Mientras tanto hemos estado jugando en el hospital del día.
Ya estamos en casa. El despertar de la anestesia ha sido bueno, pero ahora llegando a casa en coche hemos tenido que parar y salir, por las nauseas y el mareo. Menos mal que estábamos cerca de casa y hemos llegado andando, quiero decir, mami caminaba y mi sol iba cargado como un bebé.
Si todo va bien, en un año no tendrán que volver a dormirle, la próxima cita será en tres semanas, para control clínico y analítico.

lunes, 11 de enero de 2010

Mi deporte preferido


¡Rebajas!. Palabra mágica que despierta mis instintos más básicos, carreras, boxeo con el resto, estirar de una manga de la camisa que jamás me pondría con tal de que la que tira de la otra manga lo haga con más fuerza.
No lo puedo evitar, me gusta el primer día de rebajas. Siempre que puedo me lo cojo de vacaciones.
Este año lo tenía claro, a las 9 tenía hora con la psicóloga de la AECC y luego a partir de las 10 hora con las rebajas.
Quedé con mi amiga Lamar, me apetecía mucho verla, que ahora está mucho más ocupada y nos vemos menos.
Nuestra primera y fructífera incursión fue en Masimo Dutti. Un éxito. Encontré un abrigo de piel vuelta que no buscaba divino y un cinturón monísimo. Ella tampoco se fue con las manos vacías.
Luego pasamos un rato estupendo delante de un café, cogiendo fuerzas para atacar Zara. De ahí tampoco salimos sin nada.
Fue fantástico, verla, compartir un rato con ella, ir de compras en compañía y emplear la mañana disfrutando.

Bajo la nieve


Adios a mi plan IKEA de hoy, adios a una estupenda mañana de rebajas en Plaza Norte, hola a otro día feliz de niños en casa, peleando por la comida, haciendo carreras por el salón.
Ya habían avisado de que la nevada sería copiosa, pero cuando empezó a nevar ayer a mediodía y no paraba no imaginaba todo esto.
No recuerdo nunca en mi vida que en Madrid se hayan suspendido las clases por la nieve como hoy.
Anoche, cuando acosté a los niños no tenía muy claro que los fuese a mandar al cole, pero por si me quedaba alguna duda me llegó un SMS del colegio avisando de que en caso de que las rutas escolares no funcionasen, las clases quedarían suspendidas. Nos remitían a hoy a las siete de la mañana en la página web del colegio.
Antes de acostarme ya todos los periódicos digitales anunciaban la suspensión de las clases y hoy a las siete en punto llegó el aviso del colegio de suspensión en el día de hoy.
He dejado dormir a los niños un poco más, pero ya están todos levantados y dispuestos a salir al parque de enfrente a hacer un gran muñeco de nieve.
Me encanta la nieve.

jueves, 7 de enero de 2010

Porque yo lo valgo...


... o no.
Gracias Maeva.

Roscón con chocolate


Al final el día elegido fue el 5 por la tarde.
La idea era hacerlo en fin de semana, por facilitar la cosa a los que trabajan pero no fue posible.
Yo salí el día 4 por la mañana y aproveché para comprar los roscones en El Corte Inglés, buenísimos, de verdad. "Sólo" compré cuatro: unos grande sin relleno y luego medianos rellenos de nata, de trufa y de crema de turrón.
Al final fijar una hora era difícil. Yo pensaba que las 6:30 era lo mejor, pero para los que tienen bebés era mejor un poco antes, para luego no ir apretados con baños y cenas, pero para los que tenían que trabajar, la mejor hora era a partir de las 7:30.
Al final lo resolví con una barra libre de chocolate y roscón a la que cada cual se fue incorporando cuando y como pudo.
Lo pasamos fenomenal, aunque la merendola se alargó un poco más de lo que había pensado.


Al final, a eso de las 10 ya estabamos en casa solos y aprovechamos para preparar la mesita de los Reyes, con su vinito, un bombón, un quesito para cada unomy las mandarinas y la harina para los camellos.

martes, 5 de enero de 2010

Sarmale

Hoy está siendo día de cocina en casa. Desde hace años, por obra y gracias de "mis otras dos manos", solemos comer Sarmale en Navidad. El Sarmale es el plato típico de estas fiestas en Rumanía.
Este año lo he hecho yo, con indicaciones y ayuda, claro, que era la primera vez. Aún lo tengo en el fuego, pero voy a poner la receta ahora mismo.

Ingredientes:
* Dos repollos grandes, mejor de los de hoja lisa.
* 3/4 de carne picada, mejor mezcla de ternera con algo de cerdo.
* 1 cebolla grande.
* 2 huevos.
* 2 bricks de tomate frito.
* Un puñado de arroz.
* Sal.
* Pimienta.
* Perejil, aunque se puede poner también orégano o tomillo.
* Un par de hojas de laurel.
* Vinagre.

Preparación:

El sarmale es fácil de hacer, pero muy laborioso.
Se quita el troncho de los repollos y se ponen boca arriba en una olla profunda. Se pone vinagre y sal y se cubre casi hasta arriba de agua, se pone a cocer. Tiene que cocer a fuego lento durante bastante rato, una hora más o menos, de manera que las hojas queden tiernas, pero enteras.

En una fuente se mezcla la carne picada con dos huevos, la cebolla cortada en trozos pequeños, el puñado de arroz en crudo y un brick de tomate frito, se añade sal, pimienta y perejil al gusto. Se mezcla bien todo.

Cuando el repollo está cocido se separan con cuidado las hojas para que no se rompan.
Se coloca una en una tabla y con una cuchara se va poniendo un poco de la carne mezclada encima. La cantidad de carne dependerá de lo grande que sea la hoja de repollo, luego se enrolla, apretadito, se meten los lado para que quede un rollo con la carne dentro.
Las hojas que se hayan roto se pican pequeñas y se ponen de base en una cacerola de diámetro grande.

Se pone un poco de tomate frito.
Los rollitos del repollo con la carne, que es lo que le llama Sarmale se van colocando en redondo, apoyando uno de los extremos en la cacerola, así se abrirán menos al cocerlo y sabremos cómo sacarlos. Se hacen varios pisos, hasta que se acabe la carne. Entre un piso y otro se pone tomate frito.

Cuando ya están todos los sarmales colocados, se pone más tomate frito por encima y se añade el agua de cocer el repollo y si es necesario para que quede casi cubierto, un poco más. Luego se "tapa" todo con más hojas de repollo.
La olla completamente terminada quedaría tal que así.

Luego se pone al fuego, primero fuerte hasta que empiece a hervir y luego se baja a fuego medio, que se vea hervir pero no fuerte. Parecerá que empiezan a descolocarse, entonces lo que se hace es colocar un plato llano boca abajo, encima de los sarmales para sujetarlos.
Se cocinan durante dos horas, tened en cuenta que todo se pone en crudo.
El sabor es fuerte, pero en casa nos gusta mucho.

lunes, 4 de enero de 2010

Un año de vuelta a casa

Hoy hace un años que volvió mi sol a casa después del diagnóstico de su enfermedad. Un año ya. No se tenía en pie, tenía una mucositis tan bestial en la boca que no podía beber ni agua, lloraba a gritos por la noche del dolor.
No recuerdo haber pasado tanto miedo y tanto sufrimiento en la vida.
Pero ha pasado un año y él sigue aquí, contento, guapo y "sano".
Ahora empiezo a ver las cosas un poquito menos negras, no es que no tenga miedo, miedo es poco, tengo pánico, pero me lo aguanto.
Hace un año y sólo puedo sonreír y dar gracias, a la ciencia, a los médicos, a las enfermeras y sobre todo a él, a mi sol por su fuerza, a mis otros duendes por ser tan maduros con la situación, y a mi contrario, que es mi otro yo.

Verdes de envidia

Inauguro una nueva etiqueta dedicada a ese sentimiento tan nuestro que es la envidia, cosas que envidiamos, o que nos envidian.
Y la empiezo porque yo lo valgo, y el regalito de Maeva también.
Como sabeis gané un concurso que hizo en su blog (empezad ya a poneros verdes), era mi primer concurso y fue llegar y besar el santo.
El collar sorteado era este:

Lo estrené tan pronto estuvo en mis manos.
Pero es que además venía acompañado de unos dulces típicos canarios de diferentes sabores. Saqué un mantelito de bordados canarios para hacer la foto:

PEro no fue eso todo, qué va. Además Mae me mandó una preciosa postal de su tierra escrita por ella.
¿Pensais que eso es todo?
Noooooo, había otro paquetito, pero de ese no comento.
Verdes, verdes de envidia os veo a todas.