Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

domingo, 19 de abril de 2015

¿Qué es el amor?

Quiero hacer comentarios, simples o profundos, tontos o inteligentes, pero al final de la entrada sabréis a qué me refiero.
A veces he dicho que el único amor incondicional en el que creo es en el de una (algunas) madre.
No voy a pararme ni un segundo en el enamoramiento.
Quiero que me mires, quiero que me atiendas, quiero que me digas si un vestido me queda bien o mal y para eso tienes que mirarme.
Quiero que me ayudes, o no, quiero que decidas si quieres ayudarme, pero para eso necesito tu tiempo y tu atención.
Quiero que estés a mi lado, pero no porque yo te lo pida, sino porque verdaderamente quieres. Amar es muy difícil, es un trabajo constante, insistente y sostenido en el tiempo.
Pero todo lo que quiero, si no puede ser, no me importa, sólo quiero que los mires a ellos, quiero que lleguemos a ser como ellos.
Ellos son unos vecinos, octogenarios, ella no puede caminar, él la sienta en la silla de ruedas. Ambos se ponen un chaleco naranja fluorescente para ser vistos sin dificultad. La edad hace que subir y bajar bordes de aceras no sea fácil, así que él empuja su silla de ruedas por la calzada, muy despacio, pegado al borde.
Y le habla.
No estoy segura de que ella le conteste, pero él la sigue hablando mientras empuja su silla de ruedas.
Al final el amor es eso, empujar una silla de ruedas mientras hablas.

sábado, 18 de abril de 2015

Como una cabra

Sigo loca, es un hecho oficial, voy al loquiatra porque estoy loca.
Desde mi última visita, que fue en Octubre, no he vuelto hasta este martes pasado, ¡6 meses!, no ha sido por voluntad propia. Me dieron hora para Diciembre y dos días antes me avisaron de que la cita se cancelaba y me la pasaban a Enero, en Enero volvió a pasar lo mismo, me la cambiaron a Febrero y como el Febrero el día que me colocaron no me venía bien, lo cambié yo, total, lo dicho, 6 meses.
En realidad me da un poco igual, sinceramente creo que el loquiatra más que ayudarme me saca de mis casillas.
Me parece
que os conté que me lo cambiaron y me plantaron a un pizpireto jovenzuelo que debe rondar la treintena y que "se lo sabe todo". Está molesto conmigo porque dice que no quiero "curarme" porque no estoy dispuesta a volver a ser pastillera.
El caso es que voy y, esta vez y sin que siga de precedente, me reí bastante. Yo soy muy extremista en mi vida y mi forma de hablar lo refleja. Frases como "es que NUNCA voy a conseguir tal o cual cosa" son frecuentes en mí.
Es una forma de hablar, cuando digo NUNCA es porque verdaderamente creo que las posibilidades serán mínimas, si es que existen. O cuando dices "es que SIEMPRE pasa lo mismo", no quieres decir el 100% de las veces, pero me parece que un porcentaje de más del 90% digamos, justifica la palabra.
Bueno, pues eso le hace enfadar muchísimo, los SIEMPRES y los NUNCAS, así que como yo no quiero tomar pastillas y él quiere a toda costa que las tome, establecemos un diálogo de besugos sobre mi vida cotidiana, mis miedos y mis enfados en el que él recuenta dichas palabrejas para reafirmarse en la necesidad de que me medique.
Es como aquel juego que jugábamos de niños: "no se puede decir ni sí, ni no, ni blanco, ni negro". ¡Y esta vez gané!.
No debió contar suficientes palabras prohibidas, o es que me deja por imposible, ha decidido que lo que necesito es un locólogo que me ayude a "pensar", vamos a hacer una terapia cognitivo conductual, para que las cosas que no puedo modificar de mi vida no me afecten tanto, estoy encantada, ¡voy a aprender a ser pasota y a hacer cortes de manga mentales!.
No va a ser inmediato, la hora es para primeros de Junio, ya os contaré.
Me preguntaréis porqué no me dejo de chorradas y a veces lo pienso, pero necesito una muleta. Mi vida laboral va de mal en peor, el acoso es directo, constante, continuo y agresivo, cada vez más y, cuando vea que estoy a punto de explotar, mi única salida, al menos momentánea, será una baja, y si el loquiatra me da el alta, tendría que volver a pasar por todo el círculo, médico de cabecera - volante - cita, mientras que así, me puedo presentar de urgencia sin cita si me da el pampurrio.
Ya os digo que esta vez no lloré, de hecho pasé un rato divertido. Ya, cuando me iba me reí yo sola. Resulta que las consultas de "salud mental" (eufemismo educado para referirse a nosotros, los locos) está en la 5ª planta del edificio de especialidades y por si a alguno se nosotros nos da un arrebato e intentamos tirarnos por el hueco de la escalera han puesto redes (mirad la foto), vale, que está bien, pero ¿no sería más lógico haber puesto las consultas de salud mental en el sótano o la planta baja?
¡Y resulta que los locos somos nosotros!.

lunes, 13 de abril de 2015

Crónica de la reserva de plaza para un campamento de verano

Las que no tengáis hijos seguro que estáis pensando que se me ha ido la pinza, primeros de Abril y yo pensando en "colocar" a los duendes en el mes de Julio, por suerte, las que sois madres sabéis que esto funciona así.
El año pasado me despisté, fue un despiste consciente, los duendes se rebelaron y dijeron que no querían saber nada de campamentos de verano.
Mis hijos son muy caseros, no quieren ni oír hablar de irse a dormir fuera y yo, que tampoco veo la necesidad no les animo, pero siempre han hecho algo, en su mismo cole, en la Universidad Autónoma, en otros colegios, en el Club de Campo..., el año pasado no hubo forma y me arrepentí. Según se levantaban, tardísimo, se enganchaban a las video consolas y sólo las soltaban para meterse en la piscina, y eso también era un problema. En mi "urba" hay piscina, pero como somos poquísimos vecinos no hay socorrista, así que los niños tienen terminantemente prohibido ir a la piscina si yo no estoy, salvo que venga el abuelo y se bañe con ellos.
Resumiendo, que este año sí, o sí, los niños estarán ocupados gran parte del mes de Julio.
Aunque la baza del colegio siempre la tengo, quería algo diferente. El año pasado me hablaron fenomenal de algunos campus deportivos que se organizan en instalaciones municipales, pero me enteré a toro pasado y no había plaza. Este año me lo preparé.
Una amiga me comentó que las plazas se abrían el sábado pasado, día 11, para el Parque Polideportivo que yo quería, bajé las solicitudes de Internet y las rellené.
Se lo comenté al santo padre, al mío y, el viernes por la mañana se acercó a preguntar cómo se habían organizado otros años.
Le comentaron que aunque la hora oficial de apertura eran las 10 de la mañana, el parking lo abrían hacia las 5..., bueno, siempre hay exagerados, pensé yo. El caso es que "por si..." puse el despertador a las 5:45 y me fui para allá con mi carpeta de papeles.
Esto fue lo que me encontré al llegar..., fijaros en la hora de la pantalla...

No me lo podía creer.
El caso es que vamos avanzando y me fijo en un coche aparcado a la izquierda, ¡mi padre!, allí que le me lo veo un poco más adelante esperándome, me dice que no corra, que aparque tranquila que él ha llegado a las 6:05 y que ya tengo número ¡¡¡el 205!!!.
Total, que aparco y me voy con él, me cuenta que cuando él llegaba consiguió ir rápido porque apareció la guardia civil, era tal la cola para acceder al parking que se estaba colapsando la M-30.
Se lo agradezco en el alma, se salvó como de 70 números, pero le había dicho que esa era mi guerra, no la suya, además está bastante constipado.

A las 6:45 ya fui avanzando hacia la puerta de la oficina mientras él volvía a casa a dormir. Allí, a pesar del follón, nos organizaron en una cola en el orden en que habíamos dado el nombre. Un detalle a tener en cuenta es que sólo dejaban apuntar un nombre por persona, no podías coger sitio a nadie.
A las 8 nos dieron los número oficiales y una hora orientativa para volver a formalizar, la mía eran las 12 de la mañana.

Me fui a casa, pasando por el mercado a comprar el pan y algo para comer, me organicé con mi contrario para que se llevara a los tres duendes al partido de baloncesto de mi Sol y volví. A las 11:30 entraron los números del turno anterior al mío, con media hora de retraso.
A las 13:40 salí de allí, misión cumplida, tengo plaza para mis duendes en el campamento que yo quería, espero que lo disfruten.
Por cierto, como anécdota os contaré que a eso de las 12 llega una pava (no se me ocurre otra palabra semi educada mejor para describirla) a "pedir la vez", el vigilante de la puerta le da el número, el 597, le pide de paso la hoja de inscripción y entonces hace ademán de abrir la puerta para entrar. Le pregunta el vigilante que a dónde va y ella le dice "pues a inscribir a mi hija", carcajada general del personal. El vigilante le dice que eso va por turno, que por eso hay números y ella insiste en que "es sólo dejar la hojita...". El señor, educadísimo, le dice que, por el número que tiene, le toca entregar la hoja a partir de las 5 y ella, completamente desencajada le grita "es que a esa hora tengo un bautizo y me viene fatal". Entonces un papá, descojonado completamente, le dice " a ver si te crees que a mí, estar aquí a las seis de la mañana me venía estupendamente". En fin que hay gente para todo.