Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

sábado, 9 de noviembre de 2019

Cómo conseguir el título a la madre más pringada ...

Pues sí, esa soy yo, una de esas madres pringadas que van por la vida con cara de bobas.
El título lo revalidé ayer, porque ya lo tenía de antes.
Vamos a empezar por el principio. El más pequeño de mis duendes cumplió doce años el pasado día 31. Eso significa que ese mismo día ya mi jornada reducida se acabó y que mi horario de mañana acaba a las 3 de la tarde.
Por la hora de salida de mis hijos, si termino mi jornada a esa hora ya no me da tiempo a ir a casa a comer, como mucho puedo llevarme algo y comérmelo en el coche al llegar a recogerles, así que me tomo algo a media mañana y luego como a las 5 cuando llego de vuelta a casa.
Total, que ayer salgo de trabajar y me voy al cole. Los viernes hay que recoger a mi Hada a las 4, a mi Garbanzo a las 6 y a mi Sol a las 7:30 (entrenamientos)
Bueno, pues llego sin comer y mi Hada me suelta la mochila y me dice que se va por ahí con las amigas..., pero que me espere un poco a ver si se van en autobus o las tengo que llevar...
A las 5 deciden que son demasiadas para que las lleve y que se van por su cuenta.
Pues a esa hora y con el atasco de los viernes ya no me da tiempo a ir a casa y a volver a las 6 a recoger al otro para llevarle al dentista. Bueno, pues me quedo en el coche a esperar, al menos me comí las fresas que le llevaba para merendar.
A las 6 sale Garbanzo y nos vamos al dentista, suerte que mi contrario me avisó de que él llegaba a recoger a mi Sol porque terminamos a las 7:30.
Cuando llegué a casa no podía más, me metí en la ducha calentita, me puse el pijama y me serví una copa de vino.
En esas estaba cuando me llama mi Hada y me pide (porfa porfa) que vaya a buscarla que le da mucha pereza volver sola.
¿Quien fue la idiota que se plantó el abrigo encima del pijama y salió disparada? ¡¡¡¡Lou!!!!
Anda que, como cualquier día me paren y me vean de esa guisa me va a var un ataque.

sábado, 21 de septiembre de 2019

Verano 2019

No tengo excusa, bueno tampoco tengo tiempo, pero tengo menos excusa que tiempo y de este último tengo muy poco.
Parece mentira que hayan pasado casi dos meses desde mi última entrada, y mira que hice fotos de (casi) todas las cosas y pedidos de rebajas, pero ahí se quedó mi entrada...
Empieza el otoño, no me gusta el otoño, así que os cuento el verano.
Trabajé hasta el 2 de agosto, viernes, y en cuanto salí a las 3, pasé por casa, comí algo, metí a mis tres duendes en el coche y nos fuimos a Benidorm. A mi contrario no le gusta así que se quedó trabajando (creo que cuando nos vio salir le dio bastante envidia). A pesar de que esperaba mucho tráfico, no lo había así que genial, llegamos a las 21:00, los santos padres, los míos, habían dejado todo listo unos días antes. Pasé unos días geniales con mis hijos, playa, playa y más playa, cenitas fuera y siestas. Los abuelos llegaron el lunes así que pudimos disfrutar de ellos. Aprovechamos la mañana del martes 6 de agosto para remojarnos y nos volvimos por la tarde.
El miércoles fue para hacer maletas porque el jueves empezábamos EL VIAJE así con mayúsculas. Vuelo de Madrid a Los Ángeles. ¡Qué horror de ciudad, por nada del mundo viviría allí!. Pero fuimos a Universal Studios y nos encantó y a Hollywood boulevard y a Rodeo Drive y a Santa Mónica.
De ahí fuimos a Anaheim, que está como a 40 km, a los parque de Disney, dos, el Disney Land y Adventure park.
Tengo que deciros que creo que yo fui la que más disfruté los parque, creo que la niña que hay en mí sale demasiado a menudo.
Desde ahí empezamos el viaje cultural. Alquilamos un coche y ale, a hacer kilómetros. Salimos hacia Las vegas, otra ciudad espantosa, pero hay que ir para ir al Gran Cañón, y vaya si fuimos, dos veces, una en helicóptero y otra en coche para hacer el "skywalk" que es, por si no lo sabéis una especie de pasarela semicircular con suelo de cristal sobre el cañón, impresionante. También tuvimos tiempo de ir de outlets, qué orgía de compras, yo no, los chicos de ropa deportiva, mi Hada de bolsos y mi contrario de ropa, tanto compramos que tuvimos que hacernos con una maleta extra...
De Las Vegas la idea era ir a San Francisco, pero la distancia nos obligaba a hacer noche. Fuimos a una estación de esquí maravillosa en Mannouth Lakes, y de ahí, tampranito salimos para atravesar Yosemite, que nos encantó. Los chicos se bañaron el el lago Tenaya, fue toda una experiencia.
Llegamos a San Francisco de noche.
Me gusta San Francisco, y a mi contrario más que estudió allí un año de su carrera. Tuvimos que hacer visitas obligatorias a la universidad de Berkeley y a Stanford pero es que mi Hada ha decidido estudiar allí..., mejor lo dejo para otra entrada
Pero fuimos a Carmel, a Monterey a ver el acuario que es maravilloso, a Sausalito, a Tiburón y a Muir Woods, también a Alcatraz, a Fisherman wharf y al Pier 39.
Caminamos lo nuestro y lo disfrutamos cantidad.
El martes 27 llegamos de vuelta, con tiempo suficiente para lavar y planchar, el viernes 30 mi Hada salía de nuevo para Boston (intercambio escolar de 15 días) y el resto a la Costa Brava. Para mi fue sólo el fin de semana porque el día 2 me incorporé a la guerra, pero los chicos se quedaron hasta el jueves.
Total, que ya estamos cada uno en nuestro puesto y parece que hayan asado mil años desde ese dos de agosto, ya estoy esperando las próximas vacaciones mientras aún me quedan prendas de las rebajas por estrenar.

lunes, 29 de julio de 2019

¡Feliz cumpleaños feliz!

Ha llovido mucho.
Es una forma de hablar claro, casi no ha llovido.
Pero hace mucho que no paseo por aquí.
Me dieron el alta parcial de mi operación de pie en mayo. Eso significaba que no podía correr, ni hacer deporte de golpeo (salto) y en cuanto a zapatos, que tenia que ir probando poco a poco diferentes alturas de tacón.
No fue inmediato.
El alta definitiva la he tenido hace diez días y aún hoy, depende de lo alto que sea el tacón, me resiento un poco. Estoy contenta la verdad, ahora me puedo calzar.
Como decía, aunque no ha llovido han pasado muchas cosas. La primera y de las más divertidas fue una boda en Baleares, nunca había estado en esa isla en concreto y me encantó. Lo pasamos pipa, me di cuenta de lo mayores que son mis duendes que aguantaron la juerga hasta bien entrada la madrugada.
Sabéis, después de buscar y buscar hasta debajo de las piedras del "outfit" ideal para mi Hada (que dura se me está haciendo esta adolescencia) decidió que se iba a poner lo mismo que yo usé en la boda de mi hermano hace 17 años. Estaba preciosa, pero para mi fue un shock.
También me di cuenta de que me sobran muuuuuuuchos kilos, es un hecho, pero dejaré ese tema ahora.
Lo pasamos pipa, en la playa, en las comidas, las cenas, los bailes...
La verdad es que el fin de curso fue tremendo, demasiada actividad, la boda, un viaje a Luxemburgo a un torneo de basket con mi Sol, al que no pude ni acercarme porque yo no iba de "madre de" sino de encargada de utillera de los equipos, masculino y femenino. Fue estupendo, la verdad.
Pero es que el siguiente fin de semana fue de bautizo de mi sobrina, los padres de la criatura dieron con un cura poco... (cada uno ponga lo que quiera) que no dejó que la pequeña tuviera dos madrinas, así que como padrino de emergencia eligieron a mi Sol. Teníais que haberle visto, ¡se peinó con gomina!, no reíros que la cosa es grave, es que no hay manera de que se peine...
Pues eso, que como el tiempo va demasiado deprisa ya nos hemos comido la mitad de las vacaciones escolares, aunque aún no hemos salido fuera, lo haremos a partir de la semana que viene, ya os contaré.
Mientras tanto ayer fue mi cumpleaños y como nadie podía venir, lo celebraré hoy. Será una cena tranquila, con cosas de picar y en familia, cada vez valoro más la tranquilidad
Para celebrar, me he ido a donar sangre, ya me tocaba, cuatro meses justos, me hace bien.
Al cruzar la calle desde donde había aparcado hasta el bus de donación, en el asfalto había una leyenda "propongo un brindis preventivo por si acaso todo sale bien" y eso me ha servido para darme cuenta de que me encuentro bien.
Mi estado de ánimo es estupendo, hacía mil años que no me sentía así, estoy contenta, estoy aprendiendo a ver el lado positivo de todo. No me engaño, las pastillas son maravillosas, no me planteo dejarlas.

Así que todo eso os cuento, que fui de boda con una falda de plumas preciosa y que, gracias a mi volumen tenía cierto parecido con la gallina Caponata, pero llevé tacones, y he donado sangre y mi familia está conmigo y espero irme de vacaciones pronto. No pido más.
Feliz verano

jueves, 23 de mayo de 2019

Elegir las batallas

(Cuando se puede)
Sigo de baja, no pensé que se iba a alargar tanto, es muy probable que ya el lunes vuelva a la rutina, el pie va bien pero despacio, no me duele de la misma manera que antes pero lo noto "blandito" e inseguro, sigo con calzado cómodo aunque sin plantillas ya.
Me he aburrido mucho, las tres primeras semanas no podía andar más que unos pocos minutos cada hora y el resto del tiempo lo pasé con el pie en alto y con hielo. Luego ya, cuando me quitaron el vendaje y pude calzarme, con los mismos zapatos acolchados que llevaba antes de la operación la cosa cambió un poco. El cambio importante fue cuando pude volver a conducir, casi cinco semanas después.
El caso es que he tenido mucho tiempo de comer más de lo que debía, de dormir todo lo que el cuerpo me pedía y más y de pensar.
Y no se si pensar tanto es bueno.
Llevo toda mi vida, la laboral y la civil batallando, peleando, contestando y enfadándome  constantemente y eso es realmente agotador. Después de muchos años he entendido a aquellos que no discuten, ahora he decidido pasarme a su equipo.
A ver si me explico.
No quiero decir que no vaya a volver a discutir nunca, eso es imposible, lo que digo es que tengo que ser capaz de elegir las batallas que merecen la pena ser luchadas, el resto las dejaré pasar, intentaré que sea con mi mejor sonrisa y con la menos afectación posible, haré como cuando voy a hacer la compra, dejo pasar aquellos productos que no me interesan sin que por ello signifique que los desprecie.
Os diré que ya llevo una temporada así, tiene mucho que ver la medicación que me hace poner orden a mi cabeza, ahora, mi objetivo es dejarla y que mi cabeza siga en orden.
Tanto como he criticado algunos conceptos ahora empiezo a ver su utilidad.
Es verdaderamente útil, ser empático, requiere de un esfuerzo mínimo y de cara a la galería da grandes resultados.
Igual que ser resiliente.
Pues en ello estoy. Desgraciadamente hay batallas que no se pueden elegir, contra una enfermedad luchas y punto, por sacar a tus hijos adelante peleas con uñas y dientes, pero por llegar a un acuerdo con alguien no, simplemente hay diferentes opciones y no tienen por qué llegar a concurrir nunca.
No se si me he explicado.

lunes, 20 de mayo de 2019

Eurovisión 2019

Me encanta Eurovisión, pero me gusta desde siempre, estos "advenedizos" que de la noche a la mañana se han vuelto súper fans me chirrían un poquito.
Este ha sido el primer año que he medio-visto las semifinales. Digo medio porque durante la cena no se enciende la tele y después lo veo a saltos mientras hago otras cosas.
De las semifinales sólo me acuerdo de Portugal, aunque sinceramente, preferiría no recordarlo, es tan, tan, tan esperpéntica que no os dejo ni el enlace.
Pero me preparé a conciencia para la final, y mis duendes también, que se lo pasan pipa. Yo había estado leyendo estadísticas con datos de casas de apuestas, pero tenía mis favoritos.
"De las mías" como dicen mis amigas era Islandia. Era rara como ella sola, pero me parecía especial, teniendo en cuenta que el Hard Rock Alleluya de Lordi es de mis favoritas no es de extrañar.
A nadie más en casa le gustaba.
Después de mi primera favorita llegaba Noruega, eso de que uno de los cantantes tuviese una abuela de Ayamonte me llegó al alma, pero verdaderamente la canción me gustaba.
Más que la de Suecia, que era mi siguiente candidata, aunque esta tercera tenia mucho ritmo.
Y llegó Chipre... Vamos a dejar a un lado la envoltura de celofán que llevaba la muchacha, pensaron que con una canción balionga al estilo de la del año anterior se llevarían el gato al agua. A mí me gustaba, pero debí de ser de las pocas.
Y mi quinteto favorito se completaba con Bielorrusia. La estética choni-chic esta que tan de moda se ha puesto no me gusta nada, pero la chica me pareció salada y la canción pegadiza.
Este año hice una segunda lista, sin dejarme influir por lo que decían las apuestas. Pensé sólo en aquellas que creía que tenían posibilidades de ganar.
Puse a Noruega en Primer lugar y a Bielorrusia en segundo. Después Suiza,  tengo que decir que para este tipo de festivales prefiero las canciones con ritmo a las baladas y que de los últimos años la única balada que me conquistó fue la de Salvador Sobral. Por último Suecia y Chipre.
Vamos, que como podéis ver no dí una, bueno, con Suecia no me estrellé tanto, pero fue la única.
Cuando empezaron las votaciones cada vez estaba más perpleja, se ve que mi gusto no es de los más comunes.
¿Macedonia del Norte?, ¡Cómo se podía votar eso!, pues allí estaba ese muermo de canción en lo más alto de la tabla, jamás le hubiera dado ni un punto, me pareció malísima.
Como también me decepcionó Italia. Se me vienen a la mente grandes canciones de otros años, pero esta no me gustaba nada,
Sabía que Paises Bajos estaba en lo alto de las casas de apuestas, la canción no me disgustaba, ni me gustaba, ni fu ni fa, sosa (intimista dicen ahora). El chico guapo, es lo mejor que se me ocurre decir de ella.
Como cada año el espectáculo se supera a sí mismo, eso de ver a participantes de otros años cantando canciones ganadoras que no eran suyas me encantó.
Los presentadores correctos, la escenografía maravillosa y un año más de fiesta de palomitas y apuestas que no llevan a nada más que a pasar una velada agradable en familia.
No, no voy a mencionarla, me niego...

martes, 16 de abril de 2019

"No estamos locos, sabemos lo que queremos"

Y lo que más claro tenemos es lo que NO queremos.
No quiero tener miedo, de hablar o de callarme, de hacer o de dejar de hacer.
No quiero que mi único pensamiento sea sentarme en un rincón y llorar.
No quiero tener miedo constantemente.
No quiero que se me etiquete como alguien sin valor para poner remedio a lo que no me gusta.
No quiero sentirme una cucaracha a la que todos se creen con derecho a pisar.
Para mi la depresión es eso un no querer y un no saber cómo salir de ese NO.
Por suerte para todos y desgracia para ellos, los famosos también caen en depresiones y algunos valientes se atreven a contarlo.
Esta mañana leía este artículo y, como sigo con la pata en alto y tengo tiempo, decidí volver a escribir un post.
Está claro que la mayoría de los que a veces tenemos la cabeza algo descolocada no tenemos la presión que manifiestan estos deportistas, pero las sensaciones son parecidas, mareo, malestar y miedo,  sobre todo miedo.
La verdad es que, en este momento, mi cabeza se encuentra razonablemente bien, pero no es menos cierto que, en buena medida es gracias a la medicación que tomo, es muy poca, pero ahí está. La dejé en Noviembre y tuve que volver a ella en Febrero, no me siento orgullosa pero es lo que hay.
Sé que sería mucho más útil un psicólogo, al menos una vez a la semana pero no tengo ni tiempo ni a nadie de confianza, no pierdo la esperanza de salir de esta dependencia en breve.
Quiero salir y voy a salir, ya se que no va a ser fácil, tengo muchas cosas que cambiar en mi vida y es difícil hacerlo sin confianza en uno mismo.
Ojo, que yo tengo una inmensa autoestima, pero a veces siento un yunque sobre los hombros que no me deja avanzar, el miedo una vez más.
Es bueno pedir ayuda, pero a alguien profesional, no siempre los que más nos quieren nos empujan el la linea adecuada, aunque lo hagan con su mejor intención.
¡Anda mira, si ya tengo algo en común con Rafa Nadal"

jueves, 11 de abril de 2019

Paso por boxes

El dolor empezó hace como dos años por estas fechas y no le di demasiada importancia, pensé que habría pisado mal y que se quitaría en un par de días, pero no fue así.
Pero entre que no voy sobrada de tiempo y mucho menos para ocuparme de mí misma y que soy un poco (bastante) bruta lo fui dejando pasar.
El invierno fue mejor que el verano, los zapatos tienen la suela más gorda y me dolía algo menos, eso sí, impensable ponerme tacón de ninguna clase. Pero el invierno pasó y ya en Semana Santa al intentar calzarme otra cosa con la suela más fina vi que aquello era peor de lo que pensaba.
No podía plantar el pie derecho, era un dolor insoportable, así que ya no me quedó otra que buscarle nombre a ese dolor.
Pedí hora en el primer traumatólogo que encontré y empecé con las pruebas, radiografías, ecografías y tac de ambos pies, diagnóstico neuroma de Morton en ambos. Pero a mi el que me dolía era el derecho.
Ya desde el principio me dijeron que en al menos un 85% de los casos hay que recurrir a cirugía que esperaba que no fuera así. Empecé con las plantillas ortopédicas y los zapatos especiales, con la parte delantera ancha y redonda, suelas con amortiguación y sin tacón obviamente. Los "Pelotas" de Camper y unas zapatillas negras de Sketchers han sido mi único calzado desde entonces.
Durante este invierno me he hecho dos infiltraciones, para nada, así que, ante el terror de pasarme el verano sin poder calzarme me puse pies a la obra.
No quería quedarme con la primera opinión, aunque no me pareció mala, así que busqué un traumatólogo especialista en pies y en la primera visita me dio gran confianza, las pruebas que llevaba las miró sólo por encima pero lo que quería era palpar el problema. ¡Vaya si lo palpó, qué dolor!.
Me dijo que cuanto más lo dejara era peor, que había que quitarlo y punto. La operación es sencilla, media hora no más, pero la recuperación lleva un mes, así que sin pensarlo me dio hora para preoperatorio y entré en quirófano el martes.
No me dejaron mirar.
Tardaron más en ponerme la anestesia, alrededor del tobillo y en monitorizarme que lo que fue la operación en sí. Salí del quirófano directa a la habitación.
Las enfermeras me comentaron que este médico es muy conservador y que prefiere ver 24 horas de evolución pero que otros hacen la cirugía de forma ambulatoria y te mandan a casa, yo lo hubiera preferido pero no me dejó.
Me dijo que no le levantara hasta ayer por la mañana, y por supuesto no le hice ni caso, no es que saliera a bailar, que eso no, ¡pero al baño tenía que ir!
Ayer por la mañana me dio el alta y de ahí fui, con mi zapato ortopédico y mis muletas a por la baja para el trabajo. El día 22 tengo cura, veremos a ver como va la cosa.
Ahora tengo que estar la primera semana con el pie en alto y hielo, caminando cinco minutos cada hora pero no puedo estar parada.
Tomo antiinflamatorios y me pincho heparina, tengo el estómago revuelto. Bueno, al menos ya pasó, me alegro de haberlo hecho. Por cierto, en quirófano me preguntó si quería verlo y me lo enseñó, me dijo que era mucho más grande de lo que pensaba, que tenía que dolerme bastante...
Así que con la pata chula voy a aprovechar para actualizar el blog y retomar mi afición por la costura.

sábado, 16 de marzo de 2019

No, no me olvidé, son once...

No me olvidé del aniversario de mi blog, es que el tiempo me devora como Saturno a sus hijos.
Resultado de imagen de numero once¿Os habéis dado cuenta de que ya nos hemos comido casi un trimestre de este año?, ¡madre mía, necesito parar esto!
Y no puedo
A las idas y venidas, actividades variadas de mis duendes, le van añadiendo nuevos quehaceres, estudiantes de intercambio que vienen y van, fiestas y salidas con mamá de taxista a todas horas y el tiempo que sigue volando.
Casi Semana Santa y sin más planes que vaguear (procrastinar que dicen ahora)  tan ricamente.
Pues eso, que gracias por estar, las que estáis, las que pasáis de vez en cuando y los que caen por aquí sin saber ni como.
Aunque cada vez tengo menos tiempo, de momento, no he pensado en abandonar este rincón que tan buenos ratos me ha dado.
...Once...

sábado, 16 de febrero de 2019

Hijos y paternidades

Creo que estoy adolescente, todo me lo cuestiono, de todo dudo y no se si voy o si vengo, ¡serán cosas de la edad!.
Es obvio que mis hijos son, hoy por hoy la mayor de mis preocupaciones.
- "Disculpa, ¿Cómo que es obvio?"
Pues eso.
No sé si voy a ser capaz de explicar en un post todo lo que me ronda por la cabeza.
Para empezar, yo distingo, porque son las dos con las que batallo cada día, dos formas de entender la paternidad.
Por un lado estamos aquellos que pensamos que los hijos no nos han pedido venir a este mundo y que por tanto, si nosotros hemos decidido tenerlos, tenemos que hacer todo lo posible porque ellos estén bien, sanos y felices. Digamos, sin llegar al extremo, por favor, que estamos para atenderles, al menos mientras estén bajo nuestro cuidado.
Por otro lado distingo a aquellos que opinan que, gracias a su generosidad que han decidido traerlos al mundo, los hijos están aquí y que, por gratitud hacia ese gesto deben estar siempre al servicio y agrado de los padres, los padres son los que merecen toda la atención, porque les regalaron la vida.
Habrá mil maneras intermedias, supongo, pero como os he dicho, estas son las que tengo más cercanas.
Hasta ahí una clasificación. Pero hay otras, que, a mi entender tienen bastante que ver con las anteriores y eso se ve muy claro en las aulas de los colegios.
¡Estoy hasta la coronilla de comprar material escolar!. No puede ser que un boli rojo nuevo del lunes el martes ya no esté en ninguna parte y es así donde empieza la siguiente clasificación. Estamos los padres que, si nuestro hijo nos dice que "se le ha perdido el boli" vamos a buscar un repuesto y están los que si a sus hijos se les pierde el boli les dicen, con todo el cariño que "hubieran tenido más cuidado que ellos no tienen tiempo de ir a por otro".
¿Y que pasa, o qué es lo más frecuente?, que quizás ese segundo niño la primera vez llore, pero a la segunda que le llaman la atención porque le falta el material "lo encontrará" en el estuche del primero.
Es un hecho. Y además es un hecho al que todos los padres vemos una moraleja, unos pensaremos que nuestro hijo es muy listo y otros pensaremos que el hijo del otro va, de listo como sus padres.
Con las prendas de los uniformes pasa igual. He llegado a escribir una carta formal a la dirección del colegio de mis hijos respecto al tema y me contestan, muy educadamente, que "las diferentes formas de organizarse y de gestionar las familias son un asunto que escapa de las competencias escolares". Me lo traducen en que hay niños a los que sus padres, jamás les lavan la ropa (lo hacen las empleadas de hogar) y que, mientras tengan una pieza de cada cosa no se meten en más.
Que hay niños con dos casas, la de papá y la de mamá y que papá no le pregunta a mamá si un polo está en casa del otro mientras tenga los dos que le hacen falta para poner y quitar.
Cuando cualquiera de mis hijos llega a casa con una prenda de ropa que no es suya, la lavo y la devuelvo a objetos perdidos, o, si va marcada (esa es otra) intento que se la entreguen directamente a su dueño.
¡Pero es que toda la ropa de mis hijos está marcada y ya vamos por tres camisetas y dos pantalones de gimnasia este curso!.
Y luego está la aventura de la hora de recogida.
Si sois de los que no vais a por vuestros hijos, os recomiendo que un día, sólo un día, os acerquéis porque hay pocas cosas peores.
En el colegio de mis hijos el sitio para aparcar escasea, por eso, si ellos salen a las 4:15 yo llego hacia las 3:45 para aparcar correctamente, aprovecho el ratito para contestar correos, leer o darle a la lengua con alguna otra madre. Pero claro, "es que no todo el mundo tiene la suerte de poder llegar a esa hora" y llegan a las 4:10 y dejan el coche en doble fila, ¡y en triple fila! y entonces ya está el tema liado, si sólo queda un carril para subir y bajar no hay quien se mueva. Yo he llegado a estar 25 minutos metida en el coche sin poder moverme porque alguien dejó un coche en triple fila y salió a buscar a sus hijos dejando el coche en mitad de la calle durante todo ese tiempo. Y encima no les digas nada porque se hacen los ofendidos.
Ese día que yo bajaba por la calle, acababa de desaparcar e iba por mi carril, correctamente, cuando veo a un ... que arranca el coche desde tercera fila e intenta esquivar al que ha dejado mal el coche delante de él queriendo subir por mi carril de bajada.
Me paré sin más y empezó a increparme que echara para atrás y le dejara pasar. No me inmuté, puse el freno de mano y apagué el coche (contaminar no me pareció buena opción).
Lo que pudo salir de su boca ni os lo imagináis. Mis hijos decía que reculara y yo les dije que no que si sentían vergüenza o tenían miedo (era para tenerlo) que se bajaran. Y no me moví, en 25 minutos que fueron los que tardaron los padres de segunda y tercera fila en coger sus coches y empezar a circular por el carril que les correspondía.
¿Qué les enseñé con eso a mis hijos?, primero a no dejarte avasallar por alguien que no tiene razón, segundo, que se puede ignorar los improperios de cualquier descerebrado (casi siempre) y tercero, que aparcar donde no se debe no sólo te afecta a ti sino a docenas de personas más.
Supongo que los hijos de aquel energúmeno aprendieron un repertorio nuevo de barbaridades si es que no las sabían ya. Y ahí vamos con la moraleja.
Los hijos aprenden modos y actitudes que ven en casa y las reproducen socialmente y a mi me da mucha rabia (y asco) que mis hijos convivan con según qué prototipos de futuras personas. Creí que era la única pero no, últimamente oigo a muchas madres y padres quejarse.
Y ahora es cuando me voy a esta noticia .
Voy a dejar a un lado lo que opino de este tipo, sólo me sirve para reflexionar si tener hijos y traerlos a un mundo que no evoluciona de la manera que a uno le gustaría (en mi caso) eso, que si tener hijos en estas condiciones es buena idea.
¿Es buena idea traer hijos a un mundo cada vez más egoísta e individualista?. No existe la "sociedad" tal y como yo la concibo, de individuos con ideas diferentes o comunes pero cuyo objetivo es avanzar a la vez, no pisarse unos a otros como las ovejas en los rebaños.
Lo siento, me ha quedado demasiado denso y aún así no sé si logro explicarme.

sábado, 26 de enero de 2019

La alergia insospechada

A primeros de octubre pasado se me juntó un catarro con "algo" en los párpados. Parecía un eccema quizás debido al leve lagrimeo por el mismo catarro, pero los mocos se fueron y aquello se quedó.
Y no sólo se quedó sino que se iba extendiendo hacia el lagrimal y debajo como en la ojera.
Se extendió del ojo derecho al izquierdo, aunque no tan escandaloso.
De un momento para el siguiente, pero así, literal, me salían nuevas pupas, como granitos rojos muy pequeños e inflamados, sin razón aparente alguna.
Fui al médico de cabecera, una vez y otra y a la tercera me dijo que quizás convenía que me viera un oftalmólogo para asegurar que no me afectaba la visión.
Fui al oftalmólogo y por suerte, no afectaba, pero empezamos a tratar con antibióticos tópicos
primero, luego con antivirales, parecía un herpes, pero volvimos a los antibióticos.
Nada, cada vez peor, o mejor, o viceversa, de un día para otro parecía mejorar y en los quince minutos siguientes apenas podía abrir los ojos de lo hinchados que estaban.
Por supuesto dejé de pintarme, pero aquello iba y venía sin razón alguna.
Hace dos semanas, en la revisión semanal (terminé yendo al oculista cada miércoles) me dijo que, como no encontraba causa alguna, pensaba que quizás podría ser un molusco y que me daba cita para meterme en quirófano y tomar una muestra.
Me entraron todos los males. ¿Una muestra de qué?, pero si aquello parecía un proceso inflamatorio que viene y va.
Pedí cita al dermatólogo. Según vio el tema me dijo que le parecía una dermatitis de contacto, ¿pero de contacto con qué?, en los ojos y más en el derecho que en el izquierdo.
Entonces me miró las manos y atacó "¿no llevarás esmalte de gel, verdad?". Pues sí, lo llevo, lo llevaba y me dijo que era eso, casi con total seguridad, que le parecía una alergia a los polímeros que se usan en esos esmaltes, pero no sólo en esos esmaltes, también en algunos champús y en pestañas postizas y pelucas.
Me mandó una cortisona y me dijo que cambiara el champú por uno neutro de farmacia y que me quitara el esmalte de gel inmediatamente.
Mano de santo.
Esto fue el miércoles pasado y no os diré que no me quede ni rastro, pero casi.
En fin, ahora a recuperarme del todo y a volver a maquillarme, que falta me hace, no se si tanto físicamente como anímicamente, sin duda me veo más guapa con un buen rímel.


sábado, 19 de enero de 2019

Yo y mis cosas

Llueve y hace frío, me encanta.
Y me gustaría aún más si pudiera levantarme tarde y vaguear todo el día, pero no puedo, los partidos de baloncesto de los duendes, las clases de alemán de mi hada, la visita semanal al supermercado, la cocina y la colada me lo impiden.
Da igual, me gusta cuando llueve y hace frío en invierno.
La verdad es que me he sentado a escribir sin saber muy bien de qué pero ha sido aparecer mi hada por aquí con este par de sandalias (mías) puestas y me ha iluminado.
Os voy a hablar de mis colecciones.
Digamos que colecciono por inercia, no soy una gran coleccionista pero mi abuela Pepa sí lo era y yo heredé sus colecciones, de cucharillas de recuerdo y de dedales de mil sitios, y no sólo las heredé sino que las voy completando.
Pero tengo otras colecciones más extravagantes, la mejor de ellas, mi "colección de sandalias imponibles".
Me encantan los zapatos, lo mismo que a millones de mujeres, pero soy plenamente consciente, y ahora más que nunca, de que hay diseños que no se hicieron para mi.
Pero es que no puedo evitarlo, es ver unas sandalias (ojo, de zapatos tengo algunos pares pero no suficientes para considerarlos colección), lo que iba diciendo, es ver unas sandalias, de tacón alto con tiras finas y diseño diferente y no puedo evitarlo. El día que las saque todas os las enseño, pero es que hoy, mi Hada ha sacado estas..
Yo calzo un 38 y ella un 36 y le quedan grandes pero es como una cría, le encanta probarse mis zapatos.
Bueno, pues estas son de la colección de Versace para H&M del año 2011 (aquí os las enseñaba). Bien, pues llevan 7 años metidas en la misma caja, tienen un tacón tan alto que es imposible mantener las rodillas rectar si no quieres caerte de bruces.
¿Por qué, siendo tan cuadriculada y racional, en ocasiones hago estas cosas? no se.
Da igual, no piden pan, quizás en el futuro me paguen una pasta por ellas, bueno, por ellas y por algunas de sus compañeras, aunque (creo, no estoy segura) que estas son las únicas que no he llegado a estrenar.
Y vosotras, ¿tenéis alguna colección?.

sábado, 12 de enero de 2019

Rebajas, "no, si yo no necesito nada"...

Querida Mónica, no tengo remedio, no lo tenía hace años, no lo tengo ahora y me temo que no lo tendré cuando llegue a vieja.
Me las prometía felices y austeras yo estas rebajas, total, entre que estoy bastante más rellenita de lo que debería y que tengo los armarios a rebosar no pensaba yo hacer grandes compras de rebajas.
Esto sí, como dice el chiste, estar a dieta no impide mirar el menú. ¡¡¡¡Error!!!!
Ya sabes que para mi las rebajas son una tradición, como lo es el Rocío para los romeros o el turrón en Navidad y lo paso pipa cayendo una y otra vez en los mismos errores. Y además ahora tengo a mi Hada que es aún peor que yo con el tema, si es que eso es posible.
Nos preparamos con todos los dispositivos a nuestro alcance el día 6 a las 8 de la tarde, diez minutos fueron suficientes para que mi tarjeta echara humo.
Para lo hacerlo largo, primero te cuento todo lo que pedí y que he devuelto. Este mono plisado me encantaba, el caso es que tenía claro que no era mi estilo, por más que me gusten las tablas sabes que el ancho de mi cadera hace que me queden fatal. Lo pedí para quitarme el hipo, y vaya si me lo quité del susto de lo mal que me quedaba.
 El vestido "de la boda Eugenia de York" es muy chulo, a mi madre le gustaba pero como te decía, ahora, con más chichas de la cuenta, cualquier cosa estampada hace que parezca un sofá de tres plazas...
 Los zapatos son mi perdición pero no te he contado que desde hace año y medio tengo una lesión seria en el pie derecho, neuroma de Morton lo llaman y sólo puedo andar con calzado ortopédico y plantillas especiales. Me lo están tratando y tengo fe en que funcione, porque lo de no poder ponerme nada más que ese calzado me deprime mucho.
Te estaba contando de mis zapatos...
Pedí estas bailarinas amarillas, no me quedan bien, tienen la puntera muy rara. También me tentaron estos zapatos rojos que no pueden ser más bonitos pero me los intenté probar y fue meter el pie derecho y morir del dolor, así que fuera, no pueden ser.

Ahora lo que (de momento) se queda conmigo.
Como te decía las tablas me encantan y pruebo una y otra vez para darme cuenta, una y otra vez de que no se hicieron para mi cuerpo, sin embargo, esta falda pantalón me queda relativamente bien. La pedí en este color verde y en marrón, pero  la marrón se fue por donde vino. Para combinarla pensé que lo mejor era un body y puestos a pedir, tres mejor que uno. Este lo cogí en este color mostaza, en rojo y como en negro no quedaba lo cogí igual pero con mangas.
El caso es que los bodies los pedí en otro pedido y me faltaba algo para que no me cobraran el envío, metí lo primero que pillé, total era sólo para que me saliera gratis el envío, pues ea, por hablar, el cinturón me lo quedo.

Lo que sí que había visto en temporada era un vestido camisero largo, con el mismo patrón que otros dos que tengo y que me resultan especialmente cómodos y favorecedores, tanto en invierno como en verano, así que lo pedí, y ¡qué mejor que combinarlo con unos cárdigan largos!. Este lo he cogido en los dos colores disponibles y son geniales, con un tacto súper agradable.

Y vuelvo a los zapatos. Entre los destalonados había unos, que son el mismo modelo que este que te enseño y que la piel es estampada como de serpiente. Son bastante más escotados que los rojos y eso hace que me los pueda calzar. Tengo que probármelos con más detalle pero de momento aquí siguen conmigo.
Hasta aquí las compras "casi racionales", pero, ¿qué es la vida sin un punto de locura?. Y ahí entran estos botines de vinilo que, sinceramente, no tengo ni idea de con qué ni cómo ponérmelos.






Y hasta aquí Zara.
Luego me pasé por Massimo Dutti. El día 6 sólo piqué con este vestido de seda, creo que tengo una boda en primavera y me pareció adecuado, además, lo encuentro fresquito y ponible.






Cuando ya pensé que la orgía de compras había acabado, ayer mismo, "sin saber ni cómo" pedí dos pares de zapatos más en Massimo. Tengo que
probármelos, ver si puedo meter las platillas, si se ven mucho, en fin, esas cosas, ya te contaré.










Pues ahora sí Mónica, colorín, colorado, por ahora las compras se han acabado.
¡¡¡Mentira cochina!!!, esas son las compras oficiales a partir del día 6 pero el día 3 pasaba yo, como el que no quiere la cosa, por Mango y un abrigo de esos de peluche que se llevan este año me hizo ojitos y se vino conmigo, pero eso ya te lo conté en una entrada anterior.
Ahora voy a ver si me empollo el libro de Marie Kondo porque a todo esto habrá que buscarle un acomodo y mis armarios no dan más de sí.
¿Qué te parece Moni, tengo o no tengo remedio?.
Te echo de menos.

lunes, 7 de enero de 2019

Mesas bonitas

Chin pon.
Se acabo, la Navidad ya pasó, acabo de terminar de recoger el árbol, el belén y todos los adornos navideños. Me da pena, por más que a veces termine un poco hasta el gorro, lo cierto es que me encanta.
Quiero dejaros en esta entrada un detalle de las cuatro mesas festivas de estas fiestas. La primera corresponde al día de la lotería de Navidad. Para celebrar que no nos tocó pero que seguimos adelante, invitamos a comer a mi amiga María, su contrario y sus piratas, de menú, rico cocido madrileño que salió rico, rico, que diría Arguiñano.
Puse un mantel con estampados en plateado, muy navideño, gracias a un tutorial de Internet aprendí a hacer arbolitos navideños con las servilletas. Si os fijáis, para darle un poco de color combiné dos vajillas, una blanca y otra con decoración en rojo.

La segunda mesa es la de la cena de Nochebuena. Me apetecía cambiar un poco el tradicional rojo y sacar un mantel de hilo con bordado de Lagartera que me regaló mi madre hace años y que, por aquello de lo que se tarda en planchar, apenas uso. Puse los bajoplatos de plata (esas cosas útiles a más no poder que tengo de los regalos de mi boda). Las luces siempre me gustan. A mi Hada le pareció que la mesa quedaba desteñida...





La tercera mesa es la de la cena de Nochevieja. Pasé del rojo de otros años, bueno, no del todo que igual que en la mesa del 22 combiné dos vajillas. Aquí sí que saqué las copas para el cava. La verdad es que, aunque tengo muchas copas, siempre me parece que los vasos son más cómodos, en especial para los duendes, aunque ahora que se están haciendo grandes ya puedo empezar a cambiar. Para el centro, además de las luces puse unos arbolitos muy monos que había comprado en Ikea.

La última mesa, pero no por ello menos importante es la de la merienda del roscón de Reyes del pasado día 5. Esta vez éramos menos, no por falta de invitaciones sino por falta de respuesta (dejaré este tema para otro momento). Saqué aquel mantel para el que compré la tela pocos días antes de que le detectaran la leucemia a mi Sol y del que hice los dobladillos a oscuras por las noches en el hospi mientras velaba sus sueños. No se por qué, pensé que era más largo.
Bueno, pues estas han sido mis mesas festivas.
Me gusta cuidar los detalles, aunque si os soy sincera creo que el arte de las mesas no lo tengo, aún así pongo todo mi amor en cuidar que todo quede bonito.
¿Vosotras ponéis mesas bonitas?

jueves, 3 de enero de 2019

Valores y criterios equivocados

¡Feliz año nuevo!
Lo primero es lo primero. En muchas ocasiones no deja de ser una frase hecha a la que no damos valor alguno, pero de eso se trata de hablar de valores.
No he empezado bien el año, entendámonos, tampoco mal, lo he empezado que no es poco. Tengo previstas un par de entradas para contaros mi cena de Nochevieja y de otras cosas, espero no escaquearme.
Pero ahora estamos hablando del Año Nuevo.
¿Y qué es lo tradicional en Año Nuevo?. ¡Exacto, nuevos propósitos!.
Yo el año pasado no me hice ninguno, así que fenomenal, no me sentí frustrada.
Este año sí, me he hecho un firme propósito, sólo uno porque no creo que sea fácil de cumplir.
Llevo mucho tiempo planteándome mi forma de ser y actuar, todo para llegar a la conclusión de que "no me educaron para la vida moderna".
Lo siento padres, sé que lo hicisteis con vuestra mejor intención, pero no funciona.
Voy a centrarme que me disperso.
Estaba yo estos días quejándome a un familiar de lo egoísta que es otro, "es que sólo piensa en él, es que no le importa si la familia se queda esperándole y no aparece, es que sólo hace lo que le viene en gana. ¡Es un egoísta!", y me suelta la persona con la que hablaba "¿Y es que acaso eso es malo?".

Oye y me puse a pensar y qué razón tenía.
¿Hay algo malo, para uno mismo, en hacer en cada momento lo que nos da la gana?. ¿Hay algo malo, para uno mismo, en pensar primero en uno y luego (si acaso) en los demás?
Ciertamente no, es más, ¡es cojonudo!, yo, yo, y y después yo.
Ay abuelos, qué mal me enseñasteis. "no seas egoísta, comparte tus juguetes", "no seas egoísta, si a tu hermano le apetece otra peli qué más te da". "no seas egoísta, el último trozo de pizza no se coge por si alguien más lo quiere".
¡Y yo me lo aprendí, al pie de la letra! y resulta que es un error, "¿es que acaso ser egoísta es malo?".
Pues ese es mi único propósito del año 2019: HACER DEL EGOÍSMO UNA VIRTUD.
Y como es un tema que va a requerir de todo mi esfuerzo voy a iniciar con esta entrada una etiqueta con ese nombre, os iré adelantando mis (espero) avances.
De momento os cuento que mi contrario me encargó comprar el regalo de Reyes de un familiar y yo, os lo prometo, iba con esa idea, pero se cruzó un abrigo rebajado en mi camino y decidí que yo primero.
No me entendáis mal, no es que me gastara lo "destinado a ese regalo en mi", es que había mucha cola para pagar, es que me entretuve mucho, es que luego ya "no me dio tiempo a buscar nada mas".
No digo que aquel familiar no se merezca un regalo, ni mucho menos, pero es que yo no voy a poder encargarme. No sabéis como lo siento...