Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

lunes, 28 de marzo de 2011

Sofocón

He tenido un fin de semana horrible y eso que lo empezamos bien.
El viernes por la tarde recogí a los niños y nos fuimos al cumple del mejor amigo de mi Sol. Ellos disfrutaron de lo lindo y yo viéndolos también, eso sí, mi Garbanzo, supongo que por la propia emoción se hizo caca una vez y pis dos (sin comentarios). A las 8:30 nos fuimos a casa, aunque mi Sol se quedó a dormir en casa de su amigo.
A la hora del baño mi Hada empezó a decir que teníamos que ir al médico, que tenía bultos en un párpado, y era verdad, así que cena, vuelta a vestir y al hospi.
Nos vamos a nuestro hospi y nos dicen que puede ser un herpes zoster en un ojo y que tiene que verlo un oftalmólogo y que me tengo que ir a un hospital grande así que ale a un hospital público grande.
Después de hora y pico de espera, la pediatra nos dice que sí, que le tiene que ver un oftalmólogo (pues sí señora, a eso hemos venido). Nos acompaña un celador por las catacumbas al edificio general de adultos, con policías, gente armando bronca, uno custodiado, en fin, como el Bronx (ya se que para esto soy un poco pija, pero que alguien me explique qué necesidad tiene una niña de 7 años de ver ciertas cosas). El oftalmólogo nos dice que un herpes en el ojo no es y que volvamos a pediatría. Ale vuelta a esperar, al final nos mandan una crema y nos vamos a comprarla. Llegamos a la una y media a casa.
En esas idas y venidas creo que me encontré con un virus que me cogió cariño y que a fecha de hoy aún sigue conmigo.
En fin, que lo de mi Hada va fenomenal, que es lo que importa, pero que lo que yo quería era contaros el sofocón que me pegué yo en el hospi, nuestro hospi.
Resulta que cuando nos llaman, nos toca para que nos atienda la misma ¿doctora? que hace dos años y pico no hizo ni caso de lo que le estaba contando y me dijo que mi Sol tenía un catarro, el día que ingresó de urgencias.
Según la vi me quedé paralizada, no sabía que hacer, no era capaz de articular palabra. Estuvo mirando el párpado de mi Hada y como no lo veía claro, llamó a otro médico. Los dos estuvieron de acuerdo en que hacía falta que la viera un oftalmólogo. Le pedí a mi Hada que saliese y me volví a ella.

De la manera más calmada que pude le dije que hacía muy bien en pedir otra opinión cuando no estaba segura de algo, que en todo caso eso era mucho mejor que decirme a mí que mi hijo tenía un catarro cuando lo que tenía era una leucemia que es lo que había hecho ella conmigo hace más de dos años. Con la mejor sonrisa que pude sacar le deseé que durmiera bien esa noche y que se acordase de mí que había pasado muchas en vela, y me fui.

Fue poner el pie fuera y empezar a llorar sin parar, con un ataque de ansiedad horrible y mi pobre Hada que sólo atinaba a decir ¿qué te pasa mamá, qué te pasa?, pasé un rato espantoso.
No se si hice bien o mal, sólo hice lo que me salió del alma.

Hospital de Ositos


Quizás lo hayáis visto en algún telediario esta semana pasada. En la Facultad de Medicina de la Complutense en Madrid han hecho lo que llaman “El hospital de ositos”.

La idea es genial, los niños llevan un peluche, el que ellos quieran y los estudiantes de medicina les ponen una bata verde, calzas, gorros y mascarillas. Revisan a los peluches, punto por punto, la garganta, los oídos, todo, los que están menos graves, con unas gasas y unas tiritas quedan como nuevos, a algunos les entablillan las patas o los brazos si es que los tienen rotos y los más graves pasan por quirófano.

Con todo ello lo que se pretende es que los niños pierdan el miedo a los médicos, que tengan libertad para explicarles dónde les duele.

Mi sol volvió encantado con su disfraz de médico y ahí estaba mamá preguntando, ¡qué pesada!. Me enseñó la mascarilla, como si fuese la primera vez que veía una. Le pregunté si no se acordaba de cuando en casa íbamos con mascarilla y en el hospi también, me puso cara de “mamá no bebas” y me dijo que no.

¡No se acuerda, qué bendita su inocencia! Yo jamás podré olvidarlo

viernes, 25 de marzo de 2011

Una nueva causa

Ya habéis visto aquí, a la derecha de estas líneas, que he añadido una nueva causa a mi vida por la que luchar.
Si queréis más información podéis verla aquí:
http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/03/11/oncologia/1299859974.html
También tienen un perfil en Facebook.
Pablo y mi sol compartieron pasillos de hospital y médicos, ahora nosotros compartimos con su familia la ilusión de que todo esto sea sólo una anécdota para aquellos que en el futuro caigan enfermos.

¿Os apuntáis?

lunes, 21 de marzo de 2011

Victor espera en su habitación de aislamiento

Le transplantaron su nueva médula el miércoles pasado, ahora solo queda esperar. Es una espera que desespera, no perdemos la esperanza, por él, por su familia.
Él está bien, supongo que aburrido, las cuatro paredes de esa habitación de aislamiento no son suficientes para sus diez años.
Tendrá que ser así.
Su médula llegó finalmente de EEUU, esa fue la buena noticia, la regular, que proviene de un cordón umbilical, con las limitaciones de cantidad que ello conlleva y la imposibilidad de repetir el transplante si fuese necesario.
Allí está, allí le acompañamos y allí están todas sus esperanzas.

miércoles, 16 de marzo de 2011

El ajuar de mi abuela

No he querido volver a casa de mis abuelos, ya no están ellos, me parece que urgar en los cajones de mi abuela es rebuscar en sus misterios y no me gusta. Pero alguien tiene que hacerlo, mi madre y mis tías echan sus ratitos de llanto día sí y día no.
Ayer mi madre me trajo un tesoro, que guardaré como tal, orgullosa.
Entre las cosas de mi abuela aparecieron dos camisolas, bordadas, una amarilla y una verde. Son largas casi hasta la rodilla y de tirantes finos. No sé bien cual era su fin y no sé si las usaré para algo.
También apareció este precioso delantal con puntillas.

Estas tres cosas forman parte del ajuar que mi abuela cosió cuando se iba a casar. Pero sin duda, la joya más antigua que ha llegado a mí es esta camisa:

Es la camisa que mi bisabuela Juana llevaba el día de su boda con mi bisabuelo Mariano. No sé en qué año se casaron, debió de ser hacia 1915, pero la única foto que se conserva no está datada, tiene casi 100 años.
¿Hay alguien que piense que los objetos no tienen alma?, vale, quizás alma no, pero tienen una historia que no debe ser olvidada.

domingo, 13 de marzo de 2011

Mi tercer cumpleblog


Ha llovido mucho desde el día que empecé este blog. Nunca entonces imaginé lo que me traería la vida.
Me gusta compartir aquí lo que pienso, lo que hago, mis alegrías y mis penas, me gustaría que mucha gente lo leyera, pero no es algo que me preocupe especialmente, de hecho pienso que muchos de vosotros paseáis entre mis "patatas" sin decir nada y me gusta que sea así.
Por supuesto que los que "reguéis" mi huerto con vuestras opiniones sois bienvenidos, tanto si vuestras opiniones son acordes a las mías como si no.
Si os digo la verdad fue ayer que caí en la fecha, así que no he tenido tiempo de preparar nada, pero lo haré.
Quiero deciros que os agradezco a todos y cada uno de vosotros los ratitos que me dedicáis, y que me encantaría conoceros a todos personalmente, claro que yo no valgo gran cosa, así que no os perdéis demasiado.
Gracias una vez más y recibid el abrazo achuchao más grande que seáis capaces de imaginar.

martes, 8 de marzo de 2011

Sólo quedan dos

De la generación familiar de mis abuelos sólo quedan dos. Las más jóvenes de las hermanas de mis abuelas aún viven, pero no se acuerdan de que están vivas…
Todos los demás se han ido.
Una semana después de decir adiós a mi Torina se ha ido la hermana de mi abuelo, su cuñada, arriba andarán contándose historias, poniéndose al día.
Hace poco, brujuleando por Internet encontré un montón de fotos antiguas del pueblo y sus moradores de los años 40 y 50. Me sentí huérfana, no tengo a quien preguntar por ellas.

lunes, 7 de marzo de 2011

Velas para un santo

Si no se os ocurre a qué santo encender una vela os doy una idea:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Primer/autotrasplante/sangre/cordon/umbilical/Espana/elpepusoc/20110307elpepisoc_6/Tes

San Luis Madero.
Amén