Es verdad, ahorrar es difícil, entre que la economía no está para tirar cohetes, por mucho que se oiga eso de que la crisis ya ha terminado y que una tiene tendencia a ser manirrota, no os digo lo que se complica.
Pero hay que ser consciente que el que algo quiere, algo le cuesta. Irse de vacaciones es un lujo, de eso no cabe la menor duda. Es cierto que acoplándote en casa de los abuelos el coste se reduce muchísimo, pero desde 2009, en aquella primera ocasión en que le dieron la condicional a mi Sol durante su tratamiento, siempre hemos intentado rascar unos días para nosotros solos.
Y no somos fáciles de complacer.
Nos gustan los buenos hoteles en sitios bonitos y como sólo podemos ir en temporada alta, la cosa no sale barata.
El año pasado, tumbada al sol leí un artículo que me gustó. El título era algo así como "ahorra sin darte cuenta y tus vacaciones estarán aseguradas". El método parecía fácil, era el "método de las semanas del año" y consiste en guardar un euro por cada semana del año en la que estés, la primera semana guardas un euro, la segunda, dos, y así hasta la semana 52 en que guardarás 52 euros.
Como me pareció fácil, decidí complicarlo un poquito, decidí que iba a seguir ese método de ahorro pero para cada uno de los miembros de mi familia, así que multipliqué por cinco.
Empecé a la vuelta de vacaciones, así, la primera semana fue la del 29 de agosto al 4 de septiembre del año pasado, en total cinco euros para empezar.
Compré sobres grandes y pequeños e iba poniendo en cada sobre pequeño en la semana que estaba y luego agrupando por meses en los sobres grandes.
Me vine arriba, claro, el primer mes, como es fácil decidí que para no olvidarme era mejor que completase todos los sobres pequeños a primeros de mes, así que esa semana ya puse 5 sobres, con cinco, diez, quince, veinte y 25 euros, en total, del mes de Septiembre puse 75 euros.
Pero ¡ay amigo!, ya a partir de Semana Santa la cosa era chunga. Claro, imaginad que la semana 20 ya toca poner 100 euros, y 105 en la 21 y 110 en la 22 ...más de cuatrocientos euros en el sobrecito del mes.
Mi marido se partía conmigo porque claro, había veces que a primeros de mes no tenía pasta para el bendito sobrecito y yo erre que erre y él diciendo que era una tontería que sólo con tenerlo en cuenta para no gastarlo era suficiente. Pues no, ea, que yo me conozco, que o lo tengo fuera del alcance de las tarjetas o no me vale.
Con sus risas y sin ellas, rascándome mucho el bolsillo y en estos últimos meses rellenando los sobres a trozos cuando podía llegué a mi objetivo.
El reto terminó la semana del 24 al 30 de julio (completé ese sobre hacia el 4 de agosto) y ayer tocaba abrir los sobres, ordenar los billetes, contar e ingresar el dinero en la cuenta.
Misión cumplida, nuestro hotel de fin de mes está pagado, en cuanto vuelva empiezo los sobrecitos para el del año que viene...