Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

jueves, 10 de agosto de 2017

Los "sobrecitos" para las vacaciones

Se fomenta poco el ahorro. ¿Es idea mía o también pensáis lo mismo?, ahorrar está como mal visto, si ahorras es porque te sobra y además de que te sobra eres tonto porque pudiendo "invertir" sólo guardas el dinero.
Es verdad, ahorrar es difícil, entre que la economía no está para tirar cohetes, por mucho que se oiga eso de que la crisis ya ha terminado y que una tiene tendencia a ser manirrota, no os digo lo que se complica.
Pero hay que ser consciente que el que algo quiere, algo le cuesta. Irse de vacaciones es un lujo, de eso no cabe la menor duda. Es cierto que acoplándote en casa de los abuelos el coste se reduce muchísimo, pero desde 2009, en aquella primera ocasión en que le dieron la condicional a mi Sol durante su tratamiento, siempre hemos intentado rascar unos días para nosotros solos.
 Y no somos fáciles de complacer.
Nos gustan los buenos hoteles en sitios bonitos y como sólo podemos ir en temporada alta, la cosa no sale barata.
El año pasado, tumbada al sol leí un artículo que me gustó. El título era algo así como "ahorra sin darte cuenta y tus vacaciones estarán aseguradas". El método parecía fácil, era el "método de las semanas del año" y consiste en guardar un euro por cada semana del año en la que estés, la primera semana guardas un euro, la segunda, dos, y así hasta la semana 52 en que guardarás 52 euros.
Como me pareció fácil, decidí complicarlo un poquito, decidí que iba a seguir ese método de ahorro pero para cada uno de los miembros de mi familia, así que multipliqué por cinco.
Empecé a la vuelta de vacaciones, así, la primera semana fue la del 29 de agosto al 4 de septiembre del año pasado, en total cinco euros para empezar.
Compré sobres grandes y pequeños e iba poniendo en cada sobre pequeño en la semana que estaba y luego agrupando por meses en los sobres grandes.
Me vine arriba, claro, el primer mes, como es fácil decidí que para no olvidarme era mejor que completase todos los sobres pequeños a primeros de mes, así que esa semana ya puse 5 sobres, con cinco, diez, quince, veinte y 25 euros, en total, del mes de Septiembre puse 75 euros.
Pero ¡ay amigo!, ya a partir de Semana Santa la cosa era chunga. Claro, imaginad que la semana 20 ya toca poner 100 euros, y 105 en la 21 y 110 en la 22 ...más de cuatrocientos euros en el sobrecito del mes.
Mi marido se partía conmigo porque claro, había veces que a primeros de mes no tenía pasta para el bendito sobrecito y yo erre que erre y él diciendo que era una tontería que sólo con tenerlo en cuenta para no gastarlo era suficiente. Pues no, ea, que yo me conozco, que o lo tengo fuera del alcance de las tarjetas o no me vale.
Con sus risas y sin ellas, rascándome mucho el bolsillo y en estos últimos meses rellenando los sobres a trozos cuando podía llegué a mi objetivo.
El reto terminó la semana del 24 al 30 de julio (completé ese sobre hacia el 4 de agosto) y ayer tocaba abrir los sobres, ordenar los billetes, contar e ingresar el dinero en la cuenta.
Misión cumplida, nuestro hotel de fin de mes está pagado, en cuanto vuelva empiezo los sobrecitos para el del año que viene...


viernes, 4 de agosto de 2017

Etica o/y legalidad

Hace calor en Madrid, no veo el momento de escapar de aquí, de huir de este día a día que me tiene atrapada. Demasiadas expectativas puestas en tres semanas de asueto, seguro que cumpliré la mayoría.
A vueltas con lo mismo, mi situación laboral. Sigue siendo mala, para qué mentir, es cierto que casi todo me lo tomo ya mucho más relajadamente y consigo que el 95% de las situaciones cotidianas me resbalen, pero es obvio que no soy de hielo.
Esta semana ha sido difícil, especialmente porque tengo dos personas de las que trabajan conmigo de vacaciones y el trabajo se multiplica. Ahí es donde me frustro. Siempre intento ponerme en el lugar del otro, pero de verdad, nada de majaderías de esas de "empatía" y palabros grandilocuentes vacíos, no.
Yo me pongo en el lugar del otro, entiendo lo que me pide, y, si está en mi mano, intento dar solución o respuesta a sus demandas.
Primer problema, mi tiempo es limitado, si hago una cosa, no hago otra y, hay mil cosas que debo hacer que son mero servicio al público sin que me reporten ninguna otra recompensa que la de la labor bien hecha.
Primer choque con el jefe, "lo que no da dinero, no se hace ahora, ya se hará después". ¿Se hará..., se hará ello sólo, o lo tendré que hacer yo o quien sea después?.
Por supuesto que es legal decirle al cliente que debe esperar a que mi compañero vuelva de vacaciones para que él resuelva su tema pero, ¿es ético?. Ahí empieza el problema, las "éticas" son tan variadas como las personas y mi jefe tiene una ética amplísima, por decirlo de manera suave.
Hasta ahí sólo un mal trago de diferencias de criterio con un superior y un perder el culo a correr para llegar a todo, porque mi ética no me permite "dar largas" sobre todo si el cliente no pide nada fuera de lo común y encima lo hace con un fin y fecha determinado.
Pero hay otros asuntos, aquellos que son definitivamente ilegales y antiéticos, aunque se hacen de forma generalizada. Aunque os parezca algo raro son situaciones diarias, situaciones que, en algunos casos han llegado a los tribunales, pongamos por ejemplo el tema de las clausulas suelo.
Hay miles de personas que tienen cláusulas ilegales en sus contratos, ¿por qué?, porque se les obligaba a ello, o firmaban o no tenían la hipoteca para pagar su casa.
Pues ese es un caso exagerado, pero hay muchas situaciones cotidianas que, sin llegar a tal extremo son igual de "alegales". La ética de algunos de los que me rodean les dice que son "negociaciones entre dos partes en las que se llega a un acuerdo", la mía me dice que es "un monólogo de una parte que pone condiciones y otra a la que no le queda más remedio que aceptarlas si no tiene más opción".
Como siempre, los más perjudicados son las personas con menos recursos, no sólo económicos, sino recursos de educación que les hagan discernir que lo que se les propone roza la ilegalidad, recursos para pedir varias alternativas a diferentes entidades, o recursos para reclamar si finalmente la negociación no sale según lo previsto.
Y por ahí no paso, ya no discuto, ya no me enfrento con nadie, simplemente hay cosas que no hago, no seré la empleada del mes, no seré ejemplo de producción pero dormiré como una Pepa cada noche. Sinceramente, si todos tuviéramos conciencia, la vida sería mucho mejor.
Sabéis, yo pensaba contaros mis rebajas... lo dejo para mañana.
¿Hay alguien ahí?...