Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

miércoles, 30 de junio de 2010

Garbancito no es de goma.

Aunque ya lo sabía volví a comprobarlo ayer, cuando se cayó de un escabel en la cocina y no rebotó.
¡Vaya golpe que se dio!, y el caso es que no sé ni cómo.
Estábamos los dos en la cocina, dispuestos a hacer magdalenas. Él había ido al baño a por un escabel de esos que usan los niños para llegar al lavabo. Bebíamos agua antes de empezar la tarea y en un momento el escabel se volcó hacia delante y él cayó para atrás. Se golpeó contra el suelo y contra el lavavajillas.
Lloraba a gritos, el chichón subía y subía y cualquier intento por mi parte de ponerle frío le llevaba a patalearme y darme manotazos.
Tan gordo era el huevo que le agarre en volandas y nos fuimos a urgencias. Poco a poco en el trayecto, la llantina se le pasó y cuando llegamos estaba como unas castañuelas, pero con los ojos rojos.
Le hicieron radiografías, le miraron, nada, traumatismo cráneo encefálico leve. Hoy está en casa, hay que vigilarle durante 24 horas, pero está bien.
Y digo yo, ¿es que no voy a poder aburrirme en casa ni aunque sea un ratito?.

martes, 29 de junio de 2010

Te llamaré Víctor


Aunque sé que probablemente tu nombre no es ese.
Querido Víctor, que duro es esto y qué difícil de entender para un niño como tú. Ni siquiera te conozco pero sé de tu batalla, esa que llevas luchando con tesón cada día desde hace más de año y medio. Ahora que parecía vencido, ahora, el enemigo ataca por la espalda.
Me he enterado de que en la última intratecal que te han hecho, el líquido encéfalo raquídeo ha salido mal.
Vuelve el miedo, mayor aún, ahora hay prisa por encontrar un donante de médula compatible que te permita seguir peleando.
Yo te la daría, te daría mi médula, mi sangre, mi energía, mi todo.
Eres Víctor, para mí lo eres, porque peleas sin tregua y saldrás victorioso de esta guerra, así lo espero, así lo quiero.
Querido Víctor, a por todas.

Sin saber cómo.


Cuando se despertó, no sabía dónde estaba.
Cuando vio aquel fajo de billetes encima de la almohada abrió de par en par los ojos.
Laura se había convertido en una profesional del sexo sin tener la más mínima intención de ello.
Había conocido a Philip un día antes. Ella era azafata en una conocida feria de alta tecnología y él había llegado, arrogante y simpático desde Alemania para conocer las últimas novedades.
Ella fue su intérprete durante toda la jornada.
Finalizada la feria, él la invitó a tomar una copa. No sabía ni como, una cosa había llevado a la otra y terminaron en un hotel cercano.
No era la primera vez que aquello ocurría, para qué negarlo. Era mona, mucho, simpática y su trabajo propiciaba ese tipo de encuentros, un poco más allá de lo profesional, agradables y sin más trascendencia.
¿Y ahora?. Allí estaba ella, con aquel fajo de billetes y un solo nombre de pila en la cabeza, sin posibilidad de deshacer el entuerto y sorprendentemente tranquila y sin remordimiento alguno.


PD: envidio a Lamar, su capacidad de jugar con las palabras para que queden en el sitio perfecto. No pretendo ser una mala imitadora, sólo contar lo que me sale y como me sale.
Besos Lamar

lunes, 28 de junio de 2010

Aprendiendo a pensar

Esa es la tarea que más esfuerzo me está requiriendo estos últimos tiempos. Fue la psicóloga de la AECC la que me plantó esa verdad de frente y oye, cuando alguien tiene razón hay que dársela.
A pensar se aprende, yo pienso como pienso porque desde pequeña me enseñaron a encadenar ideas de una determinada manera.
Todo lo que estoy viviendo me ha llevado a replantearme muchas cosas. Tengo que decirlo, aunque lo haré en voz bajita, que agradezco al cáncer que me esté enseñando a ser peor persona. Ahora me pongo a mí misma y a los míos por delante de cualquiera, en cualquier situación.
Decirlo es fácil, pero cumplirlo no lo es tanto. Cuando te han educado para ser el último de la fila ("los últimos serán los primeros") es muy difícil ponerse delante. Yo siempre he hecho las cosas pensando no sólo en mí y los míos sino pensando en no molestar a nadie con mis decisiones. Ahora ya no. Ahora hago lo que quiero hacer, intentando no molestar, pero he decidido que el molestarse o no es cosa de los demás, no mía.
Y es que todo se resume en una frase: "Amarás a Dios sobre todas las cosas (en esa parte de la frase ni entro) y al prójimo COMO a tí mismo", pero no MÁS que a tí mismo. Ahora hago por mí, todo lo que siempre he hecho por los demás, ponerlos delante, ahora yo soy la primera de la fila.

martes, 22 de junio de 2010

Malos días para ser consciente de que (por suerte) voy cumpliendo años y muchos sueños quedan atrás.

Un título demasiado largo, pero es que no he encontrado por donde cortarlo. Es así como me siento.
Me doy cuenta de que, por suerte, voy cumpliendo años. Desde lo de mi sol doy gracias cada día por poder disfrutar de más tiempo y sobre todo de que él siga adelante. Me he dado cuenta de que, como alguien dijo, esto no es un ensayo general, que la vida es sólo una y que en el tiempo que tenemos hay mucho que hacer y de qué disfrutar, los sufrimientos nos vienen dados, así que es mejor no buscarlos.
Voy cumpliendo años, como decía, dentro de poco me caerán 38.
Madre mía, qué mayor soy. Pero me siento bien. No tengo el cuerpo de cuando tenía 20, pero tampoco las inseguridades de entonces, no es que ahora no tenga inseguridades, es que me he buscado otras distintas…
Pero el tiempo pasa y poco a poco hago balance de lo que ha sido mi camino hasta ahora. Una vez más la soberbia me puede. Digo en voz bien alta que estoy orgullosa de lo que he ido tejiendo, de mi familia, de mis relaciones personales, de cómo he ido manejando en cada momento lo que se me venía encima.
No es que todo haya ido tal y como yo pensaba, ni muchísimo menos, pero bueno, en líneas generales he ido cumpliendo. Mi principal objetivo desde que tengo uso de razón fue formar una familia, yo soy así, tradicional. Creo que la familia es lo más importante que tenemos, nuestro principal punto de apoyo, nuestro paraíso particular.
Ahora tengo una, me costó mucho formarla, encontrar el compañero de viaje ideal no es fácil y una vez localizado hay que trabajar mucho. Es un trabajo continuo y constante. Se engaña el que creo que el matrimonio es algo que va sólo, hay que empujarlo y alimentarlo cada día, sino, se seca.
Toda esta disertación para contar que hay un punto en mi lista de tareas que no cumpliré (salvo causas médicas necesarias), no tendré un cuarto hijo, ese que habita en mis pensamientos desde mucho antes de yo saberlo.
Mis duendes lo tienen claro. Para ellos el tiempo se mide por referencias, antes de ir al cole de mayores iban al cole de pequeños, antes de eso estaban en casa, justo después de salir de mi tripa y antes de estar en mi tripa estaban en mis pensamientos… Así lo dicen ellos porque así es y así se lo he enseñado yo.
Pero ese cuarto hijo se quedará para siempre allí, en mis pensamientos, en la duda de cómo podría haber sido, si hubiera sido Elena o Diego, rubio como mi sol o moreno como mi hada y mi garbanzo.
Voy a cumplir 38 y desde que pasó lo que pasó soy muy consciente de lo que significa tener un hijo con problemas, de lo que supone verle sufrir sin poder hacer nada, soy consciente de que los tropiezos vienen sin buscarlos y no puedo arriesgarme a que mi cuarto sueño tenga algún problema y con mi edad, puede haberlos.
Todo eso se hace más duro cuando veo un recién nacido, lo cojo en mis brazos y me doy cuenta de que todo mi cuerpo se adapta a su forma, que mi nariz se hizo para aspirar su precioso aroma, de que mis labios no quieren otra cosa que besarle y que las lágrimas me brotan al saber que no es mío y que tendré que devolverle a un regazo ajeno.
Me hago mayor.

Llamando a Tierra

Así me siento yo, en medio del espacio, incomunicada con el mundo exterior por culpa de mi ordenador. En realidad no es su culpa, los responsables son mis duendes, aún no se cual de ellos pero intentaré “depurar responsabilidades”. El caso es que el acceso a Internet no funciona. No tengo manera de ver vuestros blog ni de contaros nada.
Ahora estoy en el trabajo y aunque ni debo ni quiero usar Internet aquí para mis cosas ya no podía más. Necesito contaros, que aunque cansada, estoy contenta, que los últimos análisis de mi sol salieron perfectos y que mis duendes mayores ya están de vacaciones.
Prometo seguir presionando a mi contrario para que arregle esta incomunicación lo antes posible, mientras tanto, seguiré acumulando cosas en mi cabeza para contaros.

viernes, 11 de junio de 2010

Taller de cuentas para collares


Tengo una prole de artistas de características dispares. A mis hijos les gusta pintar, modelar, cocinar, en fin, crear con sus manos. A mí me encanta eso e intento fomentarlo todo lo que puedo.
Este invierno hicimos un taller de collares. La idea surgió a raíz del collar que me hizo mi sol el año pasado para el día de la madre en el cole.
Compramos pasta de modelar, de esa que se endurece al aire y no hace falta cocer. Hacemos las cuentas, de varios tamaños y formas y cuando se secan las pintamos con una pintura especial y luego las barnizamos para que no haya ninguna posibilidad de que manchen la ropa.
Cuando todo eso ya está, viene la tarea de montar el collar. Eso me toda a mí, eso sí, siguiendo sus indicaciones. La verdad es que nos quedan la mar de chulos y yo me los pongo mucho, me siento muy orgullosa de sus trabajos y los luzco lo mejor que puedo.

Mi ratón presumido


La operación – pañal de mi garbanzo está siendo un completo y absoluto fracaso. El problema soy yo, ya lo se. Lo que hay que hacer es decidir que le quitas el pañal y quitárselo de una vez, pero no, yo, dependiendo de cómo anden mis nervios se lo quito y se lo pongo (alirondo, alirondo, el sombrero me lo quito y me lo pongo…).
El tema es que por las tardes, según llega de la guardería se lo quito y ahí empieza el problema. Por lo general pide el pipi, aunque se le escape una gotita, pero con las “palabras mayores” no hay forma. Hasta que no ha aromatizado por completo la estancia no para, y no trates de pillarle porque corre y se esconde.
El caso es que ayer viene al trote después de cenar al grito de “mamá, pis” y le veo que va un poco mojado. Le quito el calzón y se lo cambio por uno seco, le visto, le doy un azote cariñoso en su escurrido culete y se va a jugar al salón.
Al cabo de un momento viene a la cocina y me pide un papel, pensé que lo quería para borrar la pizarra pero me dice que no, que quiere limpiar el pis. Mi ratón presumido y hacendoso quería limpiar el charquito de pis que había quedado del escape anterior…

La familia caracol

Mi sol ha estado en casa dos días, por vigilar si le subía la temperatura más allá de esa febrícula de causa indeterminada que me quita el sueño.
Como quiera que él se encuentra bien, se pasa el día saltando de un juego a otro, entre medias, a veces pinta.
Ayer pintó esta familia caracol.

Cuando le pregunté que quienes eran, me dijo que éramos nosotros. Pero mi amor, le dije, si has pintado sólo cuatro caracoles. Claro mamá, contestó él, es que tú no estabas porque estabas trabajando…

martes, 8 de junio de 2010

Un domingo en las carreras


Vuelvo a estar en la parte baja de la montaña rusa en la que se ha convertido mi vida. Tan contenta que estaba la semana pasada y hemos vuelto a torcernos.
El viernes al recogerle de la guardería me di cuenta de que mi garban tenía fiebre, pasó así, con sus mocos sus toses y su fiebre hasta el domingo.
Le dejamos en casa con los abuelos y los papis y los duendes mayores nos fuimos al Jarama a ver carreras de coches.
Hacía calor, pero íbamos con gorras y embadurnados de crema. No se si ha sido por el sol, o por los cambios de temperatura, está con fiebre y en casa. No le sube demasiado, pero suficiente para que yo deje de vivir de nuevo.
Por si lo de mi sol fuese poco yo ya estoy mala. Mira que os lo dije, ya tengo la amigdalitis de todos los años, tengo la garganta inflamadísima, llena de placas, fiebre, vamos, que estoy mejor que quiero.
Pero lo mío da igual, soy un bicho muy resistente, yo lo único que quiero es que mis duendes estén bien y que la vida de mi sol deje de ser la carrera de obstáculos en que se ha convertido.

martes, 1 de junio de 2010

Día de hospital

Hemos pasado la reválida. Mi sol ha tenido hospi hoy, ha ido con papá mientras mamá se comía las uñas en el trabajo.
La analítica ha salido pronto a pesar de que hoy había muchos amigos en el hospital de día.
Nos hemos quedado un poco ramplones de leucocitos totales, 2.450, necesitamos 2.500 para estar en protocolo, todo está bien, la hemoglobina, las plaquetas, los leucocitos y los temidos linfocitos.
Nos han dado libertad condicional para quince días, bueno, para todos es un descanso, sobre todo mental, que es el que más necesitamos en casa.

Una lolita irresistible


Quiero aprovechar esta ocasión para abrir una nueva etiqueta en mi blog. Voy a llamarla “Soy friki”, aunque quizás la palabra adecuada sería “hortera” que viene a ser lo mismo y es más nuestra, pero dejaré lo de “friki” porque queda más “de diseño”.
¿Y que por qué voy a abrirla?, por dos motivos, el primero y más importante, el motivo L’ oreal, porque yo lo valgo y el segundo y más racional, porque entradas como la que voy a hacer sólo pueden clasificarme como friki.
Muy a mi pesar tengo que decir que este año no pude ver la final del Festival de Eurovisión. Venía de un viaje largo para acudir a una celebración familiar en una bonita ciudad amurallada y no me dio tiempo.
Cuando llegué a casa (acosté a los niños, me lavé la cara y me puse cómoda) ya estaban votando los cinco últimos países.
Me alegró ver que no quedábamos los últimos con una canción que me parecía una mala copia de la que ganó el año pasado y con un cantante que se quedaba grande para algo “tan pequeñito”.
La conocida voz de Uribarri me puso en antecedentes. ¿Un incidente, qué incidente?. Tuve que esperar un poco para averiguarlo.
Cuando por fin se proclamó a Alemania como país ganador lo que ví fue una chiquilla asustada que parecía más perdida que un pulpo en un garaje.
Ni siquiera me pareció que cantara.
La desazón empezó a apoderarse de mí y corrí a Internet a enterarme de lo ocurrido. Lo del espontáneo me pareció vergonzoso, no le daré más cancha a un individuo semejante.
A los pocos minutos pude localizar la actuación original de Lena, la ganadora y oír por primera vez su canción “Satellite”.
¡Me encantó!
He ahí una demostración de que no hacen falta soldaditos de plomo, fuegos artificiales ni caretas para que una chica, mona no, monísima, con una voz nada especial y una canción divertida puedan hacerse con el triunfo.
Ella, estupenda, resalada y fresca, la canción, alegre y sin pretensiones, una combinación ganadora.