Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

jueves, 24 de octubre de 2013

Cabecita loca (Revisión de mi Sol)

Pero loca de remate, aunque a ratos pueda disimularlo.
Vuelve el otoño, baja la luz, se caen las hojas de los árboles y llega la revisión.
El lunes pasado tocaba visita a la oncóloga. Por más que yo vea a mi Sol brillar, por más que le vea correr y saltar, por mejor que coma, por grande que esté, por más rodilleras de pantalones que tenga que poner, el miedo, que siempre anda escondido, asoma la cabeza.
Su papá le recogió del cole antes de comer y lo acercó al hospi, allí me junté yo con ellos para la revisión. Fue breve, la verdad, peso (más de 33 kilos), talla (¡¡¡1,40!!!), palpar todos su ganglios y órganos, mirar garganta, oídos, dientes…
Todo en orden.
Como todo parece estar bien la doctora nos dio los volantes para las analíticas, que juntaremos con los que ya tenemos de endocrino y nefrólogo, pero como aparentemente todo está como debe, no hay prisa en hacerlos. La doctora opina que es mejor dejarlo para diciembre, una vez que pase el día 10 en que se cumplen los 5 años desde el diagnóstico, y así tendremos todos los resultados en los primeros días de Enero que es cuando se cumplirán los 3 años son medicación.
¿Y después?, pues no sé, supongo que continuaremos con revisiones, no sé si semestrales o anuales, al menos de endocrino, nefrólogo, cardiólogo y dermatólogo, no sé si también de oncología…
Salimos del hospi y nos fuimos a comer, deprisita que había que ir de nuevo al cole que teníamos baloncesto.
Le llevé de vuelta y ya me quedé a esperar a los otros. Me quedé dormida en el coche. La noche anterior había tenido dos ataques de ansiedad que me despertaron. Y es que mi cabecita sigue estando loca, aunque casi, casi no se me note, en cuando dejo de estar consciente los nervios me atacan, no lo puedo evitar, no puedo hacer más que esperar el ataque y empezar con mis ejercicios de respiración.

Por cierto, aunque parece que a él no le afecte tener que ir al hospi, eso tampoco es cierto, después de la revisión del lunes, mi Sol ayer se levantó con un herpes labial.

viernes, 18 de octubre de 2013

Corriendo con mi Hada

Como el que no quiere la cosa ha pasado un año desde mi primera carrera
popular y aquí sigo, trotando, sin tiempo ni convicción, sin tener idea de
cuanto duraré y con la esperanza de poder acabar esa San Silvestre
Vallecana.
Este año la carrera popular con la que me estrené se adelantó 15 días,
supongo que intentando evitar el diluvio del año pasado.
Retomé mi rutina de carrera tarde, sin método, corriendo a la vez que los
duendes montan en bici, pero, parece mentira, mi estado físico no era tan  malo como yo pensaba, así que volví a apuntarme a la carrera, al recorrido
de 5km, por supuesto.
En el último momento mi Hada decidió que quería correr conmigo. La organización no dejaba que niños menores de 12 años cumplidos se apuntaran y así se lo hice saber. Le dije que corriera conmigo, sin registrarse, pero
ella quería su camiseta, su chip y saber su tiempo real.
La apunté con 3 años más de los que tiene, bajo mi entera responsabilidad por supuesto.
El domingo la levanté temprano, habíamos dejado la ropa preparada en mi cuarto para no hacer ruido, desayunamos y salimos de casa a las 8:10.
Íbamos en pantalón corto y cuando saqué el coche del garaje y vi el cielo
encapotado y la niebla pensé que moriríamos congeladas.
Dejamos las bolsas con el pantalón largo y la sudadera en el ropero y nos
encontramos con algunos conocidos que se habían apuntado.
Le dejé bien claro a mi Hada que allí habíamos ido a disfrutar y pasarlo
bien y que si en algún momento eso no se cumplía pararíamos y nos iríamos
de vuelta a casa. Le advertí que la distancia era larga  y que si se
cansaba caminaríamos a ratitos para descansar.
Así fue, paramos cerca del kilómetro dos, hasta el 2,300, de allí tiramos
hasta el kilómetro 4 y volvimos a parar hasta el 4,400 y de allí del tirón
a la meta. Distancia oficial 5400 metros, según los dispositivos de
entrenamiento del móvil algo más (5700), tiempo oficial real 38 minutos, un
Hada resplandeciente por su hazaña y una mamá orgullosísima de ella.
El año que viene, más...

martes, 15 de octubre de 2013

Una nueva forma de entrenamiento

Vuelta a Septiembre, vuelta al cole, vuelta a hacer balance y vuelta a la "vida sana", regreso al aerobic y a las carreras, aunque sin ser tan estricta como el año pasado.
Empecé queriendo seguir una tabla para poder correr 10 km en 3 meses, no os olvidéis de que ese es mi objetivo, correr la San Silvestre, pero cuando no es por una cosa es por otra, los días no me cuadran, los ratos que saco no son tan largos así que opté por salir a trotar, sin estrés, a mi ritmo, intentando disfrutar.
¿A que dicho así parece que me he olvidado de que tengo tres duendes?, pues os aseguro que a ellos no se les olvida. Ahora hemos desarrollado un nuevo método de entrenamiento, se llama, entrenamiento comunitario de al menso 4000 metros obstáculos con colisiones frecuentes.
Eso, traducido es, mis tres duendes van en bici, cruzándose, chocándose, peleando y yo haciendo como que no les veo ni les oigo, luego se ponen a mi vera, en plan "todos los guardaespaldas del presidente de los Estados Unidos" ¡y me hablan!, a ver chicos, yo, o corro, o hablo, las dos cosas no puedo.
Terminamos los 4000 metros (pueden ser 3700 0 4500 depende de lo accidentado del entrenamiento) y volvemos a casa, todos contentos (y a veces magullados).
El caso es que este finde hay un par de carreras a las que estoy apuntada con un único objetivo, obligarme a correr. Pero ya puestos si además puedo rebajar aunque sea en 5 segundos mi marca del año pasado, me encantaría. ¡Pues va a ser que no!, mi hada se viene conmigo, así que haremos caminando la mitad del recorrido, es igual, yo no cumpliré con mi objetivo deportivo pero sí cumplo con mi objetivo vital, vivir, por, para, con y disfrutando de mis duendes.

jueves, 10 de octubre de 2013

El corazón partío (fin)

Hasta aquí la casa de mis abuelos, pero el pueblo es mucho más que una casa, es un ecosistema único que hay que entender y creedme que hay que ser
de allí y vivir allí para conseguirlo.
A la entrada del pueblo han germinado docenas de establecimientos dedicados
a la venta de marroquinería, en el pueblo siempre hubo tradición, pero al
amparo de eso creo que ya son demasiados los que intentan hacer negocio.
Dicen las lenguas enteradas que los bolsos de Loewe se hacen allí y que
salen derechitos para estampar en logo en sus fábricas, yo no lo sé.
Pero esa no es para mí la verdadera entrada del pueblo, la de verdad,
verdad es la gasolinera a la izquierda.
Un poco más adelante la plaza de la Hermandad. Hace 20 años, cuando en el
pueblo decidieron ser "ricos" la destrozaron, arreglaron el adoquinado
original y pusieron granito. El viejo pilón en el centro, donde se tiraba a
los mozos de fuera que venían a buscar novia aquí se cambió por una fuente
ornamental (horrorosa) y en el frente, delante de la carretera se pusieron
poyos de piedra donde los abuelos se sientan a arreglar el mundo.
En vez de seguir por la carretera general vamos por "el arroyo" que es
paralelo en el lado izquierdo. Avanzando se llega a la plaza de la iglesia,
una bonita iglesia del siglo XVI remodelada y encalada respetando la parte
de los frescos originales que aún se conservan.
El sacristán está en la puerta, madre mía qué mayor está.
Salimos de la iglesia en la que a los duendes les hace especial gracia ver
la pila bautismal en la que bautizaron a la abuela. Seguimos avanzando por
el arroyo hasta llegar al final.
Me llama la atención el enorme polideportivo recién estrenado a la
izquierda, pero lo que yo busco está a la derecha: las escuelas. Como es
sábado está cerrado, veo que han arreglado el patio y han colocado canastas
de baloncesto y porterías.
En ese patio, hace muchos años, la primera semana de Agosto se celebraba la
"Semana Cultural", había música, teatro, declamación de poesía...
Los niños se sientan en la verja, delante, con la abuela y hacemos fotos.
Me muero de la pena al ver a mi espalda lo que era "el canto de San Pedro".
El canto era una peña en la que se había acoplado un grifo con una fuente,
ahora la fuente ha sido desplazada a la izquierda un poco más adelante y es
anodina, como miles de fuentes. En lugar del canto lo que hay es una fuente
de granito tipo "marvellí" que no pega ni con cola.
Volvemos hacia la casa por la carretera general, aquí las cosas han
cambiado poco, sólo los abuelos que yo recordaba en las puertas, ahora son
otros, los anteriores ya murieron.
No se si quiero volver, no se si puedo volver, todo es tan distinto de como yo lo recuerdo, aunque quizás la que más ha cambiado he sido yo. Me da pena perder mis veranos de niña, me da pena que mis hijos no puedan vivirlos, pero es que lo que no puede ser no puede ser, mis abuelos no están, mi madre vino a vivir a Madrid cuando tenía 14 años, sus años en el pueblo son sólo anecdóticos y yo creo que el pasado seguirá en mi aunque mi vida camine hacia adelante.