Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

lunes, 30 de diciembre de 2013

Daniel Rosas: El amor, la piedra angular de la felicidad


Aunque para lograr una relación estable y duradera son necesarios cuatro puntos claves que podríamos definir como las ya conocidas “piedras angulares” que posibilitan la construcción de un hogar, cabe destacar la importancia de la más fundamental de ellas, el amor. Y es que sin amor no habría posibilidad alguna de comenzar algo parecido a una relación a largo plazo. Ahora bien, ¿qué es lo que hace que algunas parejas funcionen y otras no? 

El amor es sin duda alguna la piedra angular de la felicidad. Cuando nos enamoramos se crea un vínculo que nos impulsa a comenzar una relación, siendo la consumación sexual la que sella este vínculo. Sin embargo, pasado un tiempo nos damos cuenta que el otro no es perfecto y que nuestra pareja como nosotros, también tiene defectos. He aquí la cuestión, ¿qué es el amor? Si nos paramos a pensar podemos decir que el amor es el acto de aceptar al otro tal y como es, de aceptar sus raíces familiares así como su propio destino, que no tiene porque ser igual al nuestro. Por lo tanto, el amor es parte de la felicidad pero para llegar a sentir esta dicha es necesario poseer la capacidad de amar a nuestra pareja con sus virtudes y sus defectos.

 

Fuente: http://www.quefrasesdeamor.com/

"Lo que tú me quieras contar"

Empiezo una nueva etiqueta, que es un buena forma de acabar el año.
Y, ¿por qué la empiezo?, pues porque esto de tener un blog te hace abrir las puertas a quien tenga algo que contar, y eso me pasó hace unos días.
Recibí un correo de alguien que me preguntaba si podía publicar algo que había escrito, le dije que me lo mandase para leerlo antes.
No, no penséis que se trataba de fiscalizar, ni mucho menos. Me comprometo a publicar cualquier cosa que queráis mandarme, esté de acuerdo con ello o no siempre que no sea ofensivo para nadie-
Pues ea, aquí está el Reino de la Mermelada, para lo que me queráis contar.

domingo, 15 de diciembre de 2013

El Ratón Pérez se va de puente

Mi Garbancito llevaba unos días diciendo que se le movía un diente, el primero que empieza el baile. Mucho, lo que se dice mucho no, que yo lo miré y la caída no me parecía próxima, así que dejé de pensar en ello.
Como he contado, el puente lo pasamos en Valencia.
El viernes, después de comer, Garbancito dijo que el diente se movía mucho. Yo le veía dale que te
pego y le decía que lo dejara estar, que el ratón no sabía que estábamos en Valencia, pero no paraba.
Estábamos justo sentados en el restaurante para cenar, esperando la comanda cuando me dice "¡mira mami, mi diente!". Todo contento que estaba allí, enseñándome su diente ensangrentado en el
restaurante...
Y yo diciéndole que mejor lo guardábamos para ponerlo debajo de la almohada de casa, que a lo mejor el Ratón no sabía que tenía que venir, pero nada, me dijo que él lo ponía a ver que pasaba...
Y mamá viendo cómo lo hacía. En un momento le dije a los niños que se me había olvidado el móvil en el hotel y que iba corriendo a por él. Salí disparada y me metí en el Corte Inglés, derechita a juguetes. Allí cogí un pack de Basurillas que es lo que le mola a él ahora y volví al restaurante.
Su carita por la mañana era estupenda y más cuando se dio cuenta de que en uno de los cubos del pack venía....¡moco de los basurillas!. ¿Podéis imaginar regalo mejor?.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

De compras por Valencia

¡Madre mía como estamos!, qué pavo tiene mi niña y eso que acaba de cumplir 10.
Y lo peor es que como a mí, desde los 12 a los 30, me repitieron eso de que estaba en la edad del pavo hasta la saciedad juré no decírselo nunca a mis hijos, y me cuesta..., vaya si me cuesta.
Mi hija se hace mayor, tiene mucho carácter y muy diferente del mío (mejor para ella), pide y pide sin parar, como cualquier niña, pero nunca tiene tiempo de venir conmigo de compras, las aborrece, y si soy yo la que le compro las cosas no le gustan, así que la cosa no es fácil.
Como ya os he contado en la entrada anterior, el sábado después de pasar el día en el Oceanográfic fuimos al hotel a descansar. Al cabo de un rato le dije a mi Hada, sin muchas esperanzas, que por qué no nos íbamos al Corte Inglés y al centro comercial Aqua que estaban pegados al hotel.
¡¡¡¡ Y me dijo que sí!!!!
Me había pedido por su cumple un reloj, que no habíamos comprado, y ese fue el primer objetivo, nada de Flick-Flack ("mamá, es que son para bebés"), nada de Swatch, que no le gustaban. Pues chunga iba la cosa, un reloj azul, preferiblemente de plástico, que se pueda mojar... Dimos con un dependiente "experto en regalos", al menos eso decía el cartel de su solapa y sí que resultó de gran ayuda. Fuimos a varios estands y encontramos un reloj azul, pequeñito, con números reflectantes en la oscuridad y sumergible ¡por 19 euros!.
También llevaba un tiempo diciendo que quería un bolso pero, ¿qué clase de bolso puede llevar una niña de 10 años?. Según mi opinión con una mochila pequeña y divertida es suficiente, pero ella quería un bolso bandolera pequeño y plano. Recorrimos mil sitios, en Zara había uno de piel chulísimo por 20 euros, pero era rojo y ella lo quería azul...
Ya digo que pasamos por mil tiendas. Al final pensé que aunque gastara un poco más, quizás si ella no lo usa lo podría usar yo. Fuimos a Purificación García (sí, ya sé, fuera de norma para una niña), y
había unos de piel, planos, bien de precio, pero no lo había azul.
En la puerta de al lado entramos en Bimba & Lola y ¡bingo!, lo encontramos, un bolso bandolera de lona azul marino con un bolsillo verde y encima rebajado. Más contenta que unas castañuelas iba. Salimos a cenar y lo estrenó, entre otras cosas llevaba los Basurillas que a Garbanzo le había
traído el Ratón Pérez.
Cómo, ¿que no os he contado que el Ratón nos visitó el viernes por la noche?, vaya, pues se queda para la siguiente entrada.

Nadando (a favor de la corriente)

Ya llegó, ya se fue, el puente de Diciembre está (casi) superado.
Hoy, día 10, cumplimos cinco años desde el diagnóstico de la leucemia de mi Sol.
Hoy tengo mucho que celebrar.
Hemos sobrevivido 5 años, empezamos a formar parte de la estadística para la que ya no se hacen estadísticas. Lamentablemente se mide el grado de supervivencia a  los cinco años del diagnostico pero no más allá.
Hace más de mes y medio empecé a urdir el plan de escape, necesito aturdirme, no pensar, ocupar mi cabeza y si es posible agotar mi cuerpo durante estos días.
Las posibilidades eran muchas. Mi Hada anda como loca por salir de España, pero tres días escasos son pocos para ver una ciudad, comparado con el coste, claro.
Una amiga, Campanilla, me sugirió la posibilidad de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia y me pareció genial.
Reservé un hotel muy cercano, para ir andando y volvemos a "la parte contratante de la primera parte...", este hotel tiene habitaciones familiares ¡para 4 miembros!, se ve que a partir de ahí no eres familia, eres tribu. Bueno, pues pagamos dos habitaciones comunicadas, que como nos
sobran las perras...
Pero lo que de verdad molaba de la excursión era ir en tren, así que manos a la obra (y a la tarjeta) para sacar los billetes de AVE, ¡súper guay!, si coges una mesa es para 4, así que mamá va dos filas más atrás leyendo una revista.
Llegamos el viernes a media mañana con una temperatura estupenda, dejamos las cosas en el hotel y nos fuimos a un centro comercial cercano a comer, de ahí, derechitos al Hemisferic a ver la proyección de "las fuentes del Nilo"; preciosa.
Salimos y pensamos que no se puede estar en Valencia y no pisar la playa, así que nos fuimos a la Malvarrosa. Ya se había ido el sol y hacía fresco, pero los niños se empeñaron a ir al borde del agua, pero tan, tan al borde llegaron que vino una ola y los mojó (un poco).
Volvimos al hotel, nos cambiamos de calzado y ale, a cenar y dormir rapidito que el sábado era el día fuerte.
Desayunamos a las 9 para estar e la puerta del Oceanográfic a las 10 que es cuando abren. ¡Lo que disfrutamos el día!, es precioso, aunque había mucha gente se ve fenomenal, los niños corrían de un acuario a otro sin parar.
Hicimos un descanso para comer y seguimos hasta que a las 6 ya no podíamos más y volvimos al hotel a descansar. Mientras los hombres se quedaban viendo la tele, mi Hada y yo salimos de
compras, pero eso lo dejaré para otra entrada.
El domingo se nos hizo muy corto. entramos al Museo a las 10 y los tickets para el taller de astronautas a la hora que podíamos estaban cogidas, así que fuimos al taller de electricidad y a experimentar las mil y una cosas que nos enseñaban.
Volvimos al Hemisferic a ver la proyección de "los secretos de la momias" y de regreso al museo.
Teníamos el tren de vuelta a las 5:10 así que no teníamos mucho tiempo para comer, lo hicimos en McDonalds deprisita y nos fuimos para la estación.
A las 8 estaban los duendes metidos en la bañera y mamá poniendo lavadoras como loca.
Misión cumplida, puente superado, lo hemos pasado fenomenal y viendo los peces a veces pensaba que ahora sí que a ratos soy capaz de nadar... a favor de la corriente.

lunes, 2 de diciembre de 2013

Misión cumplida

Como ya os conté en una entrada anterior, este año, mi Hada por su cumpleaños decidió que no quería regalos. En las invitaciones para su cumple puso que todo el dinero que quisieran regalarle iría destinado a un banco de alimentos.
Nos pusimos a buscar y vimos que Banco de Alimentos de Madrid iniciaba una campaña especial de recogida el pasado fin de semana, de viernes a domingo.
Buscamos cual era el punto de donación más cercano a casa y estaba fenomenal, al ladito, podíamos ir andando y todo así que manos a la obra.
El importe total a gastar eran 210 euros. Nos acercamos al súper y preguntamos a los voluntarios si de alguna cosa iban más escasos. Nos pidieron especial colaboración en alimentos infantiles, leche, cereales, cacao soluble, galletas, chocolate... sin olvidarnos del aceite.
La verdad es que los contenedores estaban llenos, había muchísima legumbre y pasta, pero claro, al hacer la compra echar un paquete más de lentejas o arroz no cuesta, pero claro, un bidón de aceite son palabras mayores, que la cosa está como para echar muchas cuentas.
Pues a eso fuimos, a por los alimentos infantiles y a por el aceite. Dos carros llenos sacamos.
Al pagar eran 185 euros, así que dejamos a los voluntarios vaciando los carros y volvimos a entrar, tiramos de nuevo por el aceite , otro bidón de 5 litros y más botellas hasta completar los 210 euros.
No pudimos ajustar más, fueron en total 209,85 euros, no está mal.
Nos fuimos las dos la mar de contentas sabiendo que era un gran regalo de cumpleaños.

jueves, 28 de noviembre de 2013

¡Hecho...!

Si ya me lo dice mi madre: hija que no tienes nada que demostrar
Ya me lo dice mi padre: ¿estás tonta o qué?
Me lo dicen mis hijos: ¡Anda ya!
Me lo dice mi marido: ¡Tú misma!
Si es que mi cabeza no rula bien, de eso vosotras sois testigos, que soy muy terca, que no tengo medida, para nada en mi vida, pues ea, ya está, ahí voy, dispuesta a caerme con todo el equipo, ya es un hecho
¡¡¡Me he apuntado a la San Silvestre Vallecana!!!
¿Se me va, o no se me va la pinza?

viernes, 22 de noviembre de 2013

Batiburrillo nublado

Ha llegado el frío, así de golpe y porrazo, se acerca la Navidad, se acerca el odioso puente de  diciembre y vuelven los fantasmas en forma de dolor de tripa.
Y yo que no puedo, que toda mi racionalidad se pierde en cuanto me dice "me duele...".
No le veo mal, todo lo contrario, está guapo, alto, robusto, precioso, hace deporte, juega, entrena al baloncesto, juega los sábados ¡incluso a veces mete canasta!, pero me dice "me duele..." y me muero.
Tiene un pequeño herpes en el labio, que va a mejor y no sé por qué le ha salido, si ha sido por el cambio repentino de temperatura, porque algún virus le ronda, o por qué. Y está claro que no puedo saberlo todo y también es claro que hay mucha gente propensa a los herpes labiales, pero mi Sol es
mi Sol, vaya perogrullada que he dicho...
Y quiero aturdir mi cabeza yendo a Ikea a por mierdikeas navideñas y si se tercia empezar a poner bolas de navidad colgadas por casa y entonces pienso que aquel fatídico año yo iba súper adelantada con los temas navideños y me echo a temblar, y el miedo me puede se nuevo.
Y quiero estar tranquila y quiero no tener miedo y quiero que mi hijo, que mis hijos estén sanos y quiero una vida tranquila y quiero dormir la siesta sin ataques de ansiedad y quiero no estar loca y que mi mala cabeza no paralice mi vida.
Quiero, quiero, quiero, esta podría ser una carta a los Reyes Magos...

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Cumpleaños solidario

Se me pasan los días, se me pasan las semanas, se me pasa la vida y no doy más de mi. Me prometo a mi misma cada mañana que tengo que actualizar mi blog, que lo tengo que apuntar en mi lista de tareas semanales y al final resulta que sí, que lo apunto en la lista de tareas... pendientes.
Hace casi dos semanas que celebramos el cumple de mi Hada con sus amigos, de nuevo fuimos al parque de atracciones, pero esta vez éramos menos, catorce niños y cuatro adultos. El viernes por la tarde preparé la merienda, sándwiches variados y luego tortillas de patata y empanadas, kit kat para postre, aceitunas y patatas para picotear.
Nos salió un día estupendo aunque cuando el sol se fue hacía frio. Lo pasamos estupendamente, todos lo disfrutamos un montón que era de lo que se trataba, pero no era eso lo que quería contaros...
Cuando mi Hada empezó a hacer sus invitaciones, decidió que no quería regalos, que iba a llevar una hucha para que sus amigos pudiesen aportar lo que quisieran. El objetivo es ayudar a un banco de alimentos, consiguió 210 euros.
Lo fácil hubiera sido ingresar el dinero y punto pero mi contrario, que tiene grandes ideas (de vez en cuando) pensó que lo suyo es que los niños sean conscientes de lo que trabaja un banco de alimentos, de lo que supone la recogida de comida y su distribución.
El fin de semana del 29, 30 y 1 próximos, el Banco de Alimentos de Madrid tiene prevista una macro recogida de alimentos en Madrid, aún no han publicado los puntos de recogida.
El plan es el siguiente: si el punto es a resguardo del frio, nos apuntaremos como voluntarios para la recogida (a mi me da igual pasar frio pero 4 horas a la intemperie con niños no me mola), y llevaremos los alimentos que compremos con el dinero. Si el punto de recogida no es a cubierto iremos todos a comprar los alimentos y luego a llevarlos.
Ya os contaré en que queda todo esto.

domingo, 10 de noviembre de 2013

EQTLC: "Yo ya estoy"

Esta es sin lugar a dudas una de las EQTLC. Se aplica cualquier día y en cualquier situación, en mi casa es de lo más frecuente.
Tengo que decir que en el día a día no soy yo la que se encarga de levantar a los duendes por la mañana, así que de ese momento que TLC me libro, pero hay mil oportunidades más.
En fin de semana los horarios tienden a ir más distendidos, pero tan, tan distendidos van que al final se hace tarde.
Amanece el sábado, hay partido de baloncesto de mi Sol y mamá decide escaquearse, que para eso está el padre de las criaturas. Hay que estar en el colegio a las 10:45.
9:45
Mamá: termina el desayuno, cariño que no vas a poder saltar si no.
Sol: Ya voy (otra EQTLC)
10:00
M: Sol, ¿de qué color vais hoy para el partido? (la camiseta es reversible en dos colores).
S: Pues no sé, lo pone en el papel que me dieron ayer.
M: Vale, ¿y donde está el papel?.
S: No sé, por ahí...
10:10 Aparece el bendito papel...
M: Venga Sol, la camiseta amarilla.
S: Mamá, ¿donde están las zapatillas?.
M: Pues donde siempre cariño.
S: Mamá, ¿me atas los cordones?.
M: No, te los atas tú solo que ya eres mayor.
10:20
M: Cariño, te has puesto los pantalones al revés, no ves que llevas el escudo en el culete...
Entre tanto el padre de las criaturas se ha levantado feliz hace 10 minutos. ¡Venga que nos vamos al baloncesto!...

10:25
M: Venga Sol, peinate. ¿Has cogido la sudadera?.
S: Sí, la he puesto ahí en la barandilla de la escalera para no olvidarme.
(Desde la cocina se oye a mi contrario...): ¡venga, que no llegamos!.

10:30
Mi contrario: ¿pero qué hacéis pesados?, YO YA ESTOY, Sol, date prisa.
Sol va corriendo hacia el garaje cuando se oye un grito: "mamá, que me he olvidado la sudadera, que me la tires". Se la lanzo con cara de mala leche mientras oigo a mi contrario "no se como lo hacéis que siempre tengo que esperaros".
Mientras oigo el coche salir voy corriendo al baño porque ya no aguanto más y pienso en que me merezco tomarme un café (el primero de la mañana) con el culo en la silla....
¿A que mola la expresión?
Pues eso no es nada comparado con cuando tenemos un evento, tipo boda, bautizo o similar.
Mamá corre que vuela, saca ropa, coloca camisas, peina y saca brillo, cuida de que los duendes no se tiren al suelo a jugar mientras ayudo al siguiente, todo esto poco menos que con los rulos puestos y en ropa cómoda, claro, mientras ellos van arreglandose y el padre de las criaturas se acicala también.
Cuando ya están listos, les digo que se vayan al sofá a ver la tele o lo que sea pero que no se manchen y yo me dispongo a emperifollarme y entonces lo oigo... "venga, QUE YO YA ESTOY", pero mira que eres pesada, venga, que ya estás guapísima, date prisa.
Qué, ¿T o no T los C?

jueves, 24 de octubre de 2013

Cabecita loca (Revisión de mi Sol)

Pero loca de remate, aunque a ratos pueda disimularlo.
Vuelve el otoño, baja la luz, se caen las hojas de los árboles y llega la revisión.
El lunes pasado tocaba visita a la oncóloga. Por más que yo vea a mi Sol brillar, por más que le vea correr y saltar, por mejor que coma, por grande que esté, por más rodilleras de pantalones que tenga que poner, el miedo, que siempre anda escondido, asoma la cabeza.
Su papá le recogió del cole antes de comer y lo acercó al hospi, allí me junté yo con ellos para la revisión. Fue breve, la verdad, peso (más de 33 kilos), talla (¡¡¡1,40!!!), palpar todos su ganglios y órganos, mirar garganta, oídos, dientes…
Todo en orden.
Como todo parece estar bien la doctora nos dio los volantes para las analíticas, que juntaremos con los que ya tenemos de endocrino y nefrólogo, pero como aparentemente todo está como debe, no hay prisa en hacerlos. La doctora opina que es mejor dejarlo para diciembre, una vez que pase el día 10 en que se cumplen los 5 años desde el diagnóstico, y así tendremos todos los resultados en los primeros días de Enero que es cuando se cumplirán los 3 años son medicación.
¿Y después?, pues no sé, supongo que continuaremos con revisiones, no sé si semestrales o anuales, al menos de endocrino, nefrólogo, cardiólogo y dermatólogo, no sé si también de oncología…
Salimos del hospi y nos fuimos a comer, deprisita que había que ir de nuevo al cole que teníamos baloncesto.
Le llevé de vuelta y ya me quedé a esperar a los otros. Me quedé dormida en el coche. La noche anterior había tenido dos ataques de ansiedad que me despertaron. Y es que mi cabecita sigue estando loca, aunque casi, casi no se me note, en cuando dejo de estar consciente los nervios me atacan, no lo puedo evitar, no puedo hacer más que esperar el ataque y empezar con mis ejercicios de respiración.

Por cierto, aunque parece que a él no le afecte tener que ir al hospi, eso tampoco es cierto, después de la revisión del lunes, mi Sol ayer se levantó con un herpes labial.

viernes, 18 de octubre de 2013

Corriendo con mi Hada

Como el que no quiere la cosa ha pasado un año desde mi primera carrera
popular y aquí sigo, trotando, sin tiempo ni convicción, sin tener idea de
cuanto duraré y con la esperanza de poder acabar esa San Silvestre
Vallecana.
Este año la carrera popular con la que me estrené se adelantó 15 días,
supongo que intentando evitar el diluvio del año pasado.
Retomé mi rutina de carrera tarde, sin método, corriendo a la vez que los
duendes montan en bici, pero, parece mentira, mi estado físico no era tan  malo como yo pensaba, así que volví a apuntarme a la carrera, al recorrido
de 5km, por supuesto.
En el último momento mi Hada decidió que quería correr conmigo. La organización no dejaba que niños menores de 12 años cumplidos se apuntaran y así se lo hice saber. Le dije que corriera conmigo, sin registrarse, pero
ella quería su camiseta, su chip y saber su tiempo real.
La apunté con 3 años más de los que tiene, bajo mi entera responsabilidad por supuesto.
El domingo la levanté temprano, habíamos dejado la ropa preparada en mi cuarto para no hacer ruido, desayunamos y salimos de casa a las 8:10.
Íbamos en pantalón corto y cuando saqué el coche del garaje y vi el cielo
encapotado y la niebla pensé que moriríamos congeladas.
Dejamos las bolsas con el pantalón largo y la sudadera en el ropero y nos
encontramos con algunos conocidos que se habían apuntado.
Le dejé bien claro a mi Hada que allí habíamos ido a disfrutar y pasarlo
bien y que si en algún momento eso no se cumplía pararíamos y nos iríamos
de vuelta a casa. Le advertí que la distancia era larga  y que si se
cansaba caminaríamos a ratitos para descansar.
Así fue, paramos cerca del kilómetro dos, hasta el 2,300, de allí tiramos
hasta el kilómetro 4 y volvimos a parar hasta el 4,400 y de allí del tirón
a la meta. Distancia oficial 5400 metros, según los dispositivos de
entrenamiento del móvil algo más (5700), tiempo oficial real 38 minutos, un
Hada resplandeciente por su hazaña y una mamá orgullosísima de ella.
El año que viene, más...

martes, 15 de octubre de 2013

Una nueva forma de entrenamiento

Vuelta a Septiembre, vuelta al cole, vuelta a hacer balance y vuelta a la "vida sana", regreso al aerobic y a las carreras, aunque sin ser tan estricta como el año pasado.
Empecé queriendo seguir una tabla para poder correr 10 km en 3 meses, no os olvidéis de que ese es mi objetivo, correr la San Silvestre, pero cuando no es por una cosa es por otra, los días no me cuadran, los ratos que saco no son tan largos así que opté por salir a trotar, sin estrés, a mi ritmo, intentando disfrutar.
¿A que dicho así parece que me he olvidado de que tengo tres duendes?, pues os aseguro que a ellos no se les olvida. Ahora hemos desarrollado un nuevo método de entrenamiento, se llama, entrenamiento comunitario de al menso 4000 metros obstáculos con colisiones frecuentes.
Eso, traducido es, mis tres duendes van en bici, cruzándose, chocándose, peleando y yo haciendo como que no les veo ni les oigo, luego se ponen a mi vera, en plan "todos los guardaespaldas del presidente de los Estados Unidos" ¡y me hablan!, a ver chicos, yo, o corro, o hablo, las dos cosas no puedo.
Terminamos los 4000 metros (pueden ser 3700 0 4500 depende de lo accidentado del entrenamiento) y volvemos a casa, todos contentos (y a veces magullados).
El caso es que este finde hay un par de carreras a las que estoy apuntada con un único objetivo, obligarme a correr. Pero ya puestos si además puedo rebajar aunque sea en 5 segundos mi marca del año pasado, me encantaría. ¡Pues va a ser que no!, mi hada se viene conmigo, así que haremos caminando la mitad del recorrido, es igual, yo no cumpliré con mi objetivo deportivo pero sí cumplo con mi objetivo vital, vivir, por, para, con y disfrutando de mis duendes.

jueves, 10 de octubre de 2013

El corazón partío (fin)

Hasta aquí la casa de mis abuelos, pero el pueblo es mucho más que una casa, es un ecosistema único que hay que entender y creedme que hay que ser
de allí y vivir allí para conseguirlo.
A la entrada del pueblo han germinado docenas de establecimientos dedicados
a la venta de marroquinería, en el pueblo siempre hubo tradición, pero al
amparo de eso creo que ya son demasiados los que intentan hacer negocio.
Dicen las lenguas enteradas que los bolsos de Loewe se hacen allí y que
salen derechitos para estampar en logo en sus fábricas, yo no lo sé.
Pero esa no es para mí la verdadera entrada del pueblo, la de verdad,
verdad es la gasolinera a la izquierda.
Un poco más adelante la plaza de la Hermandad. Hace 20 años, cuando en el
pueblo decidieron ser "ricos" la destrozaron, arreglaron el adoquinado
original y pusieron granito. El viejo pilón en el centro, donde se tiraba a
los mozos de fuera que venían a buscar novia aquí se cambió por una fuente
ornamental (horrorosa) y en el frente, delante de la carretera se pusieron
poyos de piedra donde los abuelos se sientan a arreglar el mundo.
En vez de seguir por la carretera general vamos por "el arroyo" que es
paralelo en el lado izquierdo. Avanzando se llega a la plaza de la iglesia,
una bonita iglesia del siglo XVI remodelada y encalada respetando la parte
de los frescos originales que aún se conservan.
El sacristán está en la puerta, madre mía qué mayor está.
Salimos de la iglesia en la que a los duendes les hace especial gracia ver
la pila bautismal en la que bautizaron a la abuela. Seguimos avanzando por
el arroyo hasta llegar al final.
Me llama la atención el enorme polideportivo recién estrenado a la
izquierda, pero lo que yo busco está a la derecha: las escuelas. Como es
sábado está cerrado, veo que han arreglado el patio y han colocado canastas
de baloncesto y porterías.
En ese patio, hace muchos años, la primera semana de Agosto se celebraba la
"Semana Cultural", había música, teatro, declamación de poesía...
Los niños se sientan en la verja, delante, con la abuela y hacemos fotos.
Me muero de la pena al ver a mi espalda lo que era "el canto de San Pedro".
El canto era una peña en la que se había acoplado un grifo con una fuente,
ahora la fuente ha sido desplazada a la izquierda un poco más adelante y es
anodina, como miles de fuentes. En lugar del canto lo que hay es una fuente
de granito tipo "marvellí" que no pega ni con cola.
Volvemos hacia la casa por la carretera general, aquí las cosas han
cambiado poco, sólo los abuelos que yo recordaba en las puertas, ahora son
otros, los anteriores ya murieron.
No se si quiero volver, no se si puedo volver, todo es tan distinto de como yo lo recuerdo, aunque quizás la que más ha cambiado he sido yo. Me da pena perder mis veranos de niña, me da pena que mis hijos no puedan vivirlos, pero es que lo que no puede ser no puede ser, mis abuelos no están, mi madre vino a vivir a Madrid cuando tenía 14 años, sus años en el pueblo son sólo anecdóticos y yo creo que el pasado seguirá en mi aunque mi vida camine hacia adelante.

sábado, 28 de septiembre de 2013

El corazón partío (IV)

Vuelvo a salir al patio. Desde la puerta miro a la izquierda, veo el pozo, por suerte tapado y detrás la cocinilla.
Por aquellas cosas de los pueblos, por herencia, a mi abuelo le tocó la parte final derecha de una cuadra que tenía la entrada por una calle perpendicular. Esa parte final, cuyo tejado caía hasta hacerla impracticable, se fraccionó con un tabique y pasó a ser "la cocinilla", allí había una cocina antigua, es decir, un rincón con chimenea donde antiguamente se cocinaba. El suelo era de piedra. Con los años mi abuela la acondicionó a modo de cocina en el sentido en que hoy lo entendemos, puso una cocina de gas con horno, una pila y una nevera.
Por más que la casa tuviera una cocina, mi abuela sólo la usaba si iba en invierno, por no tener que atravesar el patio, en verano, con todo el calor del mundo, atravesaba, puchero en mano, los metros entre su cocinilla y la casa.
 
 

Hace 25 años que los dueños del resto de la antigua cuadra decidieron remodelarla, toda la cocinilla se vino abajo.
Mi abuela se tuvo que ir de casa, no quería ver su cocina caer.
Al levantar la nueva se hizo en dos plantas, la baja, con cocina y arriba una hermosa habitación con dos camas. Mal pensado, no se hizo aseo.
Ahora en la habitación de arriba no están las dos camas, está la cama grande que estaba en la habitación de la izquierda.
Pero quiero pararme en el patio, un patio de vecinos, cuatro en concreto, el patio al que yo salía por las noches al fresco, donde escuchaba a los abuelos contar sus historias, donde miraba un cielo en el que no cabía una estrella más.
Justo delante de la habitación de mis abuelos está la higuera. Es una higuera centenaria que da unos higos deliciosos, sólo como higos de allí, los que yo cojo ("por la mañana temprano, hija, que están más frescos", decía mi abuela).
En ese patio cuando yo era muy pequeña mi madre ponía una piscinita de plástico al sol, para que se calentase el agua y mi hermano y yo chapoteábamos felices un rato.

El corazón partío (III)

Cojo la foto de mi abuela y decido que voy a hacer copias, me gustaría quedarme con la original pero quizás lo mejor es que la tengan sus hijos.
Bajo las escaleras y entro al salón.
El calor de fuera no traspasa los enormes muros de la casa que dejan unos poyos en los huecos de las ventanas que te permiten sentarte a mirar el patio.
En el salón hay pocos cambios, sólo las fotos que no están, las mías, las de mi hermano y las de algunos de mis primos han desaparecido, supongo que mi madre y mi tía se las llevarían.
El viejo cuadro con la representación de "La última cena" sigue enfocando la mesa, flanqueado por dos platos de cerámica de Talavera.
En la pared del fondo, en los dos extremos surgen dos puertas, a la izquierda la de la cocina, a la derecha el baño.

Cuando yo era muy niña, detrás de la librería que ahora está entre esas puertas había una única que daba acceso a una habitación grande, la habitación en la que nacieron mi madre y mis tíos, pero la casa se reformó hace más de treinta años.
Al entrar en la cocina recuerdo otra de las actividades fijas de cada verano, limpiar los azulejos. Había dos barreños, dos gamuzas y un paño de secar, primero se limpiaba con el agua jabonosa, luego se aclaraba con el agua con una gota de amoniaco y finalmente se secaba. Era así y no podía ser de ninguna otra manera. Con el baño pasaba igual.
En el pequeño cajón de la mesa de la cocina está el tenedor de puntas desgastadísimas que mi abuela usaba para cocinar.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

El corazón partío (II)


...
Salí del corral hacia el patio y entré en la casa.
Subí los 3 escalones de granito pensando en dónde exactamente apoyaba mi abuelo la mano para subir.
Las cortinas tras la puerta están descoloridas.
En el recibidor todo parece en el sitio de siempre, me faltan las butacas verdes pero las veo a la derecha, dentro del pequeño salón.
A mi izquierda la habitación de mis abuelos. A la cama de mi Torina le hace  falta una buena limpieza.
Es de bronce, de barandillas estriadas, con  flores en el cabecero. Cuando pasaba mis veranos en el pueblo, cada año  dedicaba una mañana entera, con mi abuela, a sacarle brillo, es una cama  muy bonita, en ella me colaba yo con mi abuela que me contaba historias  sobre los carreteros que pasaban por el pueblo.
La cama de mi abuelo es más alta y estrecha, de forjado. A los pies de  ellas está el armario ropero, con su espejo.

 Las cortinas están echadas, a ella le gustaría así.
Subo las escaleras, aún se me hace raro ver la barandilla de madera, la  abuela no quiso ponerla hasta que ya el miedo a caerse le imposibilitaba  subir.
 
Al final del tramo de catorce escalones, dos cuartos, a la derecha en el  que yo dormía. Tiene dos camas, en la de la derecha, pintada de azul con colchón de lana, la mía y a la izquierda otra, más ancha con colchón de muelles también pintada de azul.
Entre ambas la mesilla, en su puerta inferior dos pares de zapatos,
perfectamente guardados, unos marrones del abuelo y unos negros de rejilla de la abuela, no puedo tocarlos.


La habitación de la izquierda está cambiada, ya no está la cama grande, ahora están las dos que estaban en la cocinilla, no me gusta el cambio. A  los pies, la cómoda con su espejo y la fotografía antigua en la que se ve a  mi abuela con dos o tres años posando con un gran lazo en la cabeza, en la  trasera aún se lee "E. Rodríguez, fotógrafo, c/Comercio 2?, Toledo".

martes, 24 de septiembre de 2013

El corazón partío (I)

Pasen y siéntense, que esto va a ser largo.
El pasado no vuelve, cada vez se aleja más y cualquier intento de acercarlo no lleva más que a la morriña de lo que fue y no volverá.


Como os he contado otras veces, la parte árida, seca y dura de mi carácter
viene de su origen en un pueblo de los Montes de Toledo, el pueblo en que
nació mi madre y mis abuelos, ese pueblo en el que yo pasaba parte de mis
veranos, ese que olía a cerdo por la noche y el polvo del granito flota de
día.
Desde que mis abuelos se fueron tuve claro que volver allí sería difícil,
nada más que mis recuerdos me atan a aquello, a mi contrario le aburre y
razón no le falta. Pero yo quiero que mis hijos conozcan el pueblo de mi
abuela, que para ellos no sea un sitio del que oyeron hablar.
Como quiera que sea, la semana pasada organicé la excursión. No tenía claro
si quedarnos a dormir en la casa o volver a Toledo, esa última opción fue
la definitiva.
Salimos de Madrid tarde y llegamos al pueblo a eso de las 12. ¡Vaya
aventura!. Yo les había hablado a los niños del corral y ellos lo
imaginaban lleno de pollos...


Cuando entré al corral mi corazón se paró, no vi a mi abuela barriendo el
suelo, ni el abrevadero que usaba como pila de lavar estaba lleno de agua.
Todo estaba vacío, pero yo podía sentirla...

viernes, 20 de septiembre de 2013

La vuelta al cole

Acaba hoy mi cuarta semana laboral después de mi descanso estival, vaya que  descansé tres y ya han pasado cuatro.
La vuelta al cole es dura, no sé si tanto para mis duendes como para mí, pero os aseguro que para mí no es una época fácil.
Al igual que ver pasar las 12 campanadas de fin de año no me supone más que  un cambio de calendario, el mes de septiembre es siempre el de empezar de
nuevo, haciendo balance de lo pasado y estableciendo metas para un nuevo
curso.
Las metas básicas son las que son, estar tranquilos y sanos, nada más, pero
la vida es eso que pasa mientras tú haces planes, así que si no haces
planes parece que la vida no pasa.
Vuelvo a septiembre, vuelvo a casa y se hace evidente que las casas
necesitan un mantenimiento mínimo. Vuelta a las limpiezas generales, a los
retapizados de sofás llenos de Nocilla y al almacenaje de las tareas
escolares del curso pasado.
Pero las paredes están ahí, llenas de roces, manchas y marcas de zapatos de
hacer el pino contra la pared sin descalzarse...
Y de repente me encuentro sola queriendo pintar la casa, sola porque
tendíamos que pintar viviendo en ella, con el desbarajuste que ello supone
y parece que nadie lo ve necesario salvo yo.
Miro las cortinas, las maravillosas cortinas de hilo y vainicas que mi
madre y yo (más ella que yo) hicimos hace casi 15 años, las pobres no van a
aguantar mucho más. De lavar y lavar el hilo se desgasta y aparecen
pequeños agujeritos, las vainicas se rompen por zonas y voy poniendo
entredoses de tira bordada como parche pero no puedo parchear mucho más.
Y yo quiero una casa bonita, cuidada y ordenada, y eso es muy difícil en mi
caso, por más que mis duendes sean cuidadosos, son niños y las cosas se
caen, se rozan las paredes y lo de recoger en un concepto que nos cuesta
interiorizar.
Eso por un lado. Por otro la vuelta a la actividad escolar de los duendes.
Lo que es en sí el horario escolar lo tengo organizado, ruta mañanera y
recogida por mamá a la tarde, pero ¡ay madre que empiezan las
extraescolares!, Garbanzo y Sol tienen baloncesto los lunes, pero es que
además Sol entrena también el viernes y se supone que tiene partido los
sábados, pero es que además la salida de la clase de baloncesto de Sol de
los viernes coincide con la hora de inicio de la clase de golf de mis tres
duendes y mía en el otro lado de Madrid y yo, volar, os aseguro que no
vuelo.
Tengo que ver como cambiar la hora del golf, no me vale con borrar solo a
mi Sol porque alguien tiene que recogerlo y ese alguien soy yo (pito, pito,
gorgorito...).
Y los otros que no quieren cambiar de día de profe ni de compañeros y yo
que sólo quiero vivir tranquila.
En estas diatribas estaba yo cuando ayer salieron de clase con su nueva
pila de libros para forrar y allí estaba mami papel adhesivo en mano
dispuesta a no sucumbir ante tal reto. Forré los libros de mi hada, me
planté las zapatillas y salí a trotar 40 minutos, volví , me di una
reconfortante ducha y mientras los duendes cenaban hice 5 litros de
gazpacho. Acosté a los duendes y justo después de cenar terminé con el
forrado de los libros de mi Sol conseguí acostarme a las 12:30.
¡Que dura es la vuelta al cole!

lunes, 16 de septiembre de 2013

La casa de Riverton

De Kate Morton.
Necesitaba comprar un libro en papel.
A mi vuelta de la Costa Brava, para sufrir en silencio esa semana en casa sin mi familia, no llevaba el ipad, así que entré en la librería de la estación y de entre los libros de bolsillo que allí había escogí. Leí el resumen de la trasera y me pareció interesante, muy distinto de lo que había leído este verano así que salí de allí con el libro en la mano y cuatro horas de tren por delante para leer.
Me ha gustado mucho, la historia en sí quiero decir. Es una historia de amor, en realidad varias, pero sobre todo es un libro que describe una época y unas convenciones con las que estoy muy poco de acuerdo.
La clase del "servicio doméstico" inglés ha dado para mucho, no olvidemos por ejemplo "Arriba y abajo" o "Lo que queda del día". Yo no puedo con ese sistema, un sistema servil en el que los sirvientes se sentían orgullosos de ese engranaje, como dice la protagonista del libro en una ocasión "¡yo no soy una criada, soy una doncella!" y ella misma se lo cree...
Pues eso, que para leer algo diferente a todo lo anterior que os he contado, este es un buen libro.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Mis veranos en gris y verde: de los 10 a los 19 años

Y ahora es cuando llegará de nuevo RAL y dirá: "eres muy rara", eso en el mejor de los casos, espero que después de esta entrada no me odiéis...
Después de tanta felicidad infantil, tantas horas de playa al sol, tanta ropa fresquita, tanto... todo, mis padres decidieron que era hora de cambiar de tercio.
Mi padre, de niño, por el trabajo de mi abuelo, vivió en sitios muy diferentes, entre ellos Asturias. De allí tiene muy buenos recuerdos y amigos a lo que queremos como familia, así que, ea, al norte.
Pues eso, el verano que cumplí 10 años fui por primera vez a Gijón. Dicho así no suena mal. No me malinterpretéis, Gijón es una ciudad maravillosa, pero, uf, ay, madre que sufrimiento.
Nos alojábamos en el barrio del Musel, el antiguo puerto de mercancías y pesca, pero allí sólo parábamos a dormir.
La idea de mis padres y la mía en lo que a vacaciones se refiere no puede ser más discordante. Mis padres disfrutaban levantándonos a mi hermano y a mí a eso de las nueve de la mañana para salir "tempranito" a ver sitios nuevos.
Supongo que lo sabéis, pero si no, os lo digo yo, en Asturias llueve, mucho y la temperatura, el día que hace mucho calor, ronda los 27, cuando más, así que salías de casa con el bañador puesto (por si acaso), ropa abrigadita (nada de pantalón corto), una rebeca, la bolsa de la playa con toallas, la bolsa de la merienda, por aquello de comer en la playa si era posible, y sino en cualquier "prao". Y ale, al coche, ¡por esas carreteras de dios con más curvas que una cuerda en un bolsillo!, y ale, kilómetros
por delante. ¿Que salía el sol?, rápido a despelotarse en la primera playa a la vista y justo cuando te armabas de valor para meter el pie en el agua helada, cuya temperatura no subía de los 21 grados, zás, ¡la calabobos!, sí esa lluvia que dices "esto no es na" y terminas chorreando, ale, a correr otra vez a taparse con las toallas y al coche...
Conozco creo que todos los pueblos, aldeas y demás de Asturias, de norte a sur, de este a oeste.
NO PUEDO SOPORTARLO.
Para que me entendáis, para que yo empiece a plantearme que me quito la manga larga y el pantalón largo, la temperatura no puede bajar de 30 grados y para meterme en el agua, al menos esta tiene que estar a 27 o 28, así que ya me diréis...
Y no me vengáis con que en Asturias también hace sol, ya lo sé, el día que sale aprovechan a hacer la foto para mandarla a todos los conocidos y decir eso de "uf, qué sudada tenemos", aprovechando que llegan a 24 graditos.
Pues eso, que Asturias, guapina ye, sin duda, pero que a mí no me vuelven a ver el pelo por allí entre los meses de Mayo y Octubre ¡ni de coña!, en cualquier otro mes estaré encantada de ir.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Conversaciones con mis duendes: mi Sol

Mamá: Amor, ¿tú quien eres?
Sol: pues yo mamá.
M: que no, ¿que tú quien eres?
S: mamaaaaaa
M: ¡que me contestes!
S: (muerto de risa por las cosquillas que le hago) ¡el amor de tu vida!
M: pues que no se te olvide nunca.

Conversaciones con mis duendes: mi Garbanzo

Mamá: hola Garban... (así en plan zalamero)
Garbanzo: hola (mientras sigue enganchado al mando de la wii sin mirarme)
M: ¿Te quieres casar conmigo?
G: no (sigue atento a la pantalla)
M: ¿por qué?
G: porque tú ya estás casada con papá
M: Pues me "descaso" y me caso contigo
G: es que yo soy pequeño (sigue atento al juego)
M: pero a mí no me importa, yo te quiero
G: ...
M: ¿que si quieres casarte conmigo?
G: ...
M: (en una maniobra desesperada me coloco entre el mando y el receptor de
la wii para fastidiarle el juego y repito) ¿que si te quieres casar conmigo?
G: quita mamá
M: no quiero
G: que te quites
M: ¿si me quito te casa conmigo?
G: siiiiiiiiii
No hay nada como tener un buen motivo para hacer las cosas.

Conversaciones con mis duendes: mi Hada

Mamá: Princesa, hace mucho que no me hablas de novios
Hada: porque no tengo novio, mamá
M: ¡Cómo que no, si antes tenías siete!
H: pero eso era hace mucho cuando era pequeña y no sabía
M: ¿no sabías, qué?
H: que los chicos son un rollo
M: ¿y por qué son un rollo?
H: porque no entienden nada
M: ¿y las chicas sí entienden?
H: claro
M: entonces tendrás que buscar una novia
H: ¡una novia!, eso es raro
M: bueno hay chicas que tienen novia
H: pero yo no quiero
M: ¿ni novia ni novio?
H: mamá ¿y en vez de novio no puedo tener un perro?
M: por poder puedes, sólo tienes que elegir o un perro en casa o una mamá.
H: bueno, pues cuando tenga novio ya te lo diré.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Mis veranos de niña: hasta los 9 años

Soy una copiona, así que allí voy, a plagiar a Sonia y sus "Cosetes Petites" la entrada de #cuandoyoerapequeña.
Tengo que decir que en mis veranos ha habido diferentes etapas que sólo tienen un único punto en común, todos y cada uno de esos veranos de mi vida he ido a la playa.
Siendo muy pequeña solíamos pasar quince días en Santa Pola, un amigo de mi padre nos dejaba una casa, no recuerdo mucho de ella, porque en esa playa disfruté hasta los 7 años. Era una casa baja a la que se accedía por un gran jardín, bueno, al menos a mí entonces me parecía grande. En ese jardín
había una gran palmeta ¡con dátiles!.
Recuerdo la playa (Playa Lisa) recuerdo caminar con un cubo en la mano adentro, adentro recogiendo chirlas, no os aseguro que luego no las soltáramos, no me acuerdo y también sé que cazábamos grillos con ayuda de una botella de plástico rellena de lechuga.
Hacia los 7 años mi tita compró un apartamento en la playa de poniente en Benidorm, y cambiamos de playa, ¡eso era vida!, castillos en la arena, helado de postre, paseos vespertinos.
Y después, al pueblo, una semanita con los abuelos que me sabía a gloria. Mientras mi padre trabajaba y hasta irnos a la playa mis días transcurrían felices, bajaba al patio de mi casa, que no era particular ni mucho menos, era parecido a los de alrededor, allí jugábamos con las bicis o las
pelotas, eso por la mañana, porque por la tarde la cosa cambiaba. Los poníamos los pantalones más cortos y la camiseta más fresca y nos dedicábamos a chinchar al portero, Adolfo, que con una manguera larguísima regaba el jardín.
Cantábamos aquello de "la manga riega, que aquí no llega..." y él nos enchufaba a todos hasta que terminábamos empapados y tan fresquitos, no, yo no tenía la suerte de disfrutar de piscina en mi casa, pero a manguerazos o jugando con globos de agua lo pasábamos estupendamente.
¿Y esos cumpleaños?, íbamos a los merenderos de la Dehesa de la Villa, con la piñata y los sándwiches.
Eso era felicidad, sin duda...

miércoles, 28 de agosto de 2013

Era viernes

En realidad da igual que día de la semana era, pero era viernes.
Para ella cada día era igual al anterior. Y al siguiente. Ya no recordaba los tiempos, en que esto no era así.
Se levantó y se duchó deprisa, era increíble que entre tanta falta de futuro ella siempre lo hiciera todo deprisa. Mientras tomaba una taza de café sonó el timbre, como cada día a esa hora.
Benito entró y por costumbre se dirigió con ella a la cocina a por una taza de café. Este ritual era lo que la acercaba al exterior, él le hablaba del tiempo, de las noticias, de todo y de nada. Pero antes de terminar el café mamá llamaba. Entraban con su mejor sonrisa en el cuarto y soltaban un buenos días alegre que contrastaba con la cara inexpresiva de mamá que los miraba como el que no ve.
Con gran esfuerzo le hicieron el avío diario, la lavaron con paciencia, despacito, para que sus "ays" fuesen los menos posibles. Ella le hizo un moño con sus cuatro pelillos blancos brillantes, a mamá
siempre le había gustado así. Y la sentaron en ese sofá articulado y con ruedas que había supuesto todo un avance en el día a día. Benito la llevó al salón y ella empezó la dura tarea de darle el desayuno. Mamá seguía mirando sin ver.
Benito se despidió hasta la noche y el mundo exterior se fue con él. Todo un día por delante, la rutina de cocinar, contándole a mamá cosas que antes ella repetía a menudo, con el silencio como respuesta.
Y sobremesa (es un decir) en la que la conversación se cambiaba por una lectura en voz alta de algún cuento conocido, una y otra vez.
Por delante, el abismo.
Una vida que no había elegido pero que le tocaba, su madre dependía de ella, no sabía hasta cuando. ¿Y después?, lo desconocido, mejor no pensarlo.
Cuando Benito llamó a la puerta a las 9 de la noche ella supo que había pasado un día más.

Gracias a todos los que cuidan a sus seres queridos.

lunes, 26 de agosto de 2013

De vuelta al redil

Así, como oveja que bala y da la lana, así estoy yo, aquí, de vuelta a casa, al trabajo, no diré que a la rutina porque mi rutina son mis duendes y mi contrario y ellos siguen en la playa.
Un año más adelanto mi vuelta respecto a la suya, y me cuesta, por más que mis cuentas de guardar días para Navidad no salgan si me quedo con ellos ahora me cuesta mucho dejarlos.
La casa se me cae encima.
Las tres semanas que han durado mis vacaciones y mi veraneo (no mezclar conceptos, por favor) se me han pasado volando.
Somos animales de costumbres, así que de nuevo volvimos a Tenerife, mismo hotel, mismo vuelo, mismo modelo de coche alquilado, mismo todo y nueva ilusión por descansar mucho y disfrutar unos de otros que cumplimos: vacaciones.
Los duendes encantados, yo contenta, ni gruñidos, ni regañinas, todo paz, mi contrario y su afición al golf compartida por mis duendes mayores.
Por aquello de no volver a decir que después de cinco veranos allí no habíamos visto el Teide fuimos el último día. ¡Maldita la hora!, qué calor, los duendes mareados, cansados de coche...
Pues eso que como ya lo hemos visto el año que viene no tenemos que volver...
De vuelta en la península la ruta de siempre, Alicante (Benidorm)  y la Costa Brava: veraneo. Mucha playa, mucha piscina, mucha risa y mucho juego. Así tiene que ser.
Y yo como siempre que me aferro a mis rutinas y talismanes, la caja con el Apiretal y el termómetro y una banda de neopreno que usaban mis niños cuando tenían otitis en verano y que llevo sin usar más de cinco años, pero yo me la llevo, por si acaso.
Y un suspiro al aire al sentir la soledad de Sant Feliu de Guixols y saber que ella no podrá volver a pasear conmigo por la rambla...


"La felicidad es un te contigo"

Entretenidísimo libro de Mamen Sánchez, escrito en un lenguaje coloquial, sin frases subordinadas que ocupen cinco líneas.
Una historia amable, de enredo, amor y situaciones más o menos predecibles con la que la sonrisa no se separa de los labios.
Un libro que sin duda recomiendo, el amor triunfa, todos son felices, los malos pagan sus fechorías, los medio malos se redimen y un personaje, Moira, con el que me siento bastante identificada, intentando no llegar a sus extremos, claro está.
Lo dicho, uno que apuntar a vuestra lista de pendientes.

"Brujulas que buscan sonrisas perdidas"

Un libro gris de Albert Espinosa. Mucho en qué pensar, un final que se acerca, una promesa que cumplir sin muchas ganas de hacerlo, el rencor...
Profunda  moraleja...
No es libro para verano y playa.

lunes, 19 de agosto de 2013

"Te dejo es jódete al revés"

De una tal Señorita Puri (Purificación García) que tiene un blog del que no pongo en enlace porque sinceramente no me ha llamado la atención, aunque algo debe tener para pasar de los 1000 seguidores...
Queridísima señorita Puri, tengo que decirle que su libro me ha parecido un soberano tostón, tanto que las 10 últimas páginas no veía forma de acabarlas. Lo siento, de verdad que de blogger a Blogger (la de mayúsculas es usted, por supuesto), su libro no me aporta nada, ni siquiera una sonrisa de medio lado, aunque la felicito por haber llegado a alcanzar la felicidad.
Lo dicho, si lo sé, me lo ahorro...

"Los besos no se gastan"

Bueno pues ahora que he cogido carrerilla y he dejado la carrera (uf madre que lejos veo la San Silvestre) he seguido con los libros, el siguiente: "Los besos no se gastan" de Raquel Martos.
No tenía referencia ninguna de este libro y la verdad es que no se ni porqué lo empecé, pero me alegro.
El libro cuenta la historia de amistad compartida de dos mujeres jóvenes en sus treintas, una amistad que empezó a fraguarse a los siete años, cuando una de ellas pierde a su madre. Son tan distintas como complementarias, con sus idas y venidas, con sus vidas entrelazadas aunque discordantes que termina fusionándose por la fuerza de una amistad inquebrantable.
Según lo iba leyendo me parecía que hablaba de mi barrio, del de siempre y casi estoy convencida de que realmente es así porque casi al final hace una alusión a la Dehesa de la Villa que me lo confirma.
Os lo recomiendo sin duda.

lunes, 12 de agosto de 2013

"La lista de mis deseos"

No, como he dicho antes no deseo reencarnarme en hormiga. Ni en hormiga ni en conejo, ni en perro ni en vaca, eso no entraría a formar parte de mi lista de deseos.
"La lista de mis deseos" de Gregoire Dalecourt se resume exactamente en la primera frase del libro: "Cuando puedes tenerlo todo... ¿Qué es lo que importa de verdad?".
"La lista..." es la historia de una mujer con los pies en la tierra traicionada por un marido que prefería poner los pies en los pedales de un cochazo, ¡imbécil!.
Mi lista de deseos probablemente no empezaría por "una lámpara para la mesa de la entrada", como la de Jocelyne, la protagonista, pero quizás sería un juego de espátulas nuevas de silicona para la cocina, quiero decir, por muy obvio que parezca, que todo lo que de verdad se desea, la salud, el amor, la felicidad, la paz, todo eso no se compra con dinero.
No voy a caer en el idealismo, en absoluto, uno es más feliz sabiendo que tiene dinero para comer que sin tenerlo, pero, salvando unas necesidades básicas, el resto no se consigue con dinero, de eso estoy segura.
Este es un libro gris, con final agridulce y verdades como templos, a mí me ha gustado.

"Maldito karma"

Después de tanto espionaje, contraespionaje, guerras, torturas y sufrimientos quise leer un libro que como dice mi amiga May "solo necesita de una neurona, mientras las otras siguen de vacaciones", ese libro es "Maldito Karma" de David Safier.
El libro es tontísimo, pero tiene moraleja, eso sí, confío en no tener que morir y reencarnarme en hormiga para darme cuenta de que con michelines también se puede ser feliz.
Es divertido, fácil y entretenido, se lee en un pis pas y te hace pasar un buen rato, ¿qué más se puede pedir para una lectura de verano?

"Dime quien soy"

¡Estoy leyendo!, venga, una vez más: ¡estoy leyendo!, ¡Libros de mayores, sin dibujos!
Pues sí, a ver lo que me dura.
Había empezado a leer hace meses "Dime quien soy" de Julia Navarro, pero lo dejé por falta de tiempo. Lo poco que había avanzado me gustaba, así que leí en diagonal hasta donde había llegado y seguí adelante.
El libro es estupendo, te atrapa, te intriga, te engancha. La historia tiene mucha miga, peeeeeero...
Yo siempre encuentro peros.
Es la historia de una mujer equivocada, valiente, dirían algunos, egoísta diría yo, con ideales, me responderían, pero sin principios según mi opinión.
Amelia Garayoa es una joven burguesa nacida a principios del siglo XX, vive acomodadamente con sus padres y su hermana, tiene servicio en casa y hace lo que se espera que haga, buscarse un buen partido y casarse.
Lo cierto es que es inquieta, le indignan las diferencias sociales y no termina de adaptarse a su estatus social, bueno, sí de adapta pero "juega" a que no, que ella pude cambiar el mundo y que tiene que luchar por uno más justo.
Hasta ahí vale, pero tiene un hijo, y se enreda en reuniones políticas y se enamora de Pierre, que resulta ser un espía que la utiliza, como casi todos los hombres de su vida.
En un arranque de "valentía" (???) abandona a su marido y a su hijo y se marcha con Pierre, que la introducirá sin ella darse cuenta en el mundo del espionaje.
Su vida es una huida hacia adelante, un no poder escapar del error de haber abandonado un hijo.
No voy a contaros la historia, pero sí os la recomiendo. De todos los personajes admiro a Max, muchísimo, él es el amor, siempre, incondicional, ciego y sordo.
Ahora que lo he acabado me quedan muchas preguntas por resolver, el libro deja muchas historias paralelas inacabadas, quizás la autora, algún día nos las desvele, me gustaría mucho la verdad.

lunes, 29 de julio de 2013

"Eres muy rara"

Me encanta internet, mi contrario dice que soy adicta y se equivoca, pero la verdad es que me mola mogollón. Eso de interactuar con gente que no conoces de nada y que a ti sólo te conocen por lo que quieres que de ti vean tiene su punto.
Hace unos días recibí un correo de alguien que se identificaba como RAL que decía literalmente lo que pone el título: "eres muy rara".
¡Y me dio por pensar! ¿Y si de verdad soy rara?, pues reflexionando he llegado a la conclusión de que sí, que soy más rara que un perro verde, pero no lo digo yo, lo dicen los hechos, muchos de los cuales ni RAL ni vosotros conocéis hasta este momento pero que yo os voy a revelar.
* Nací en una familia de clase media, mi padre trabajaba fuera de casa y mi madre peleaba con mi hermano y conmigo, hasta ahí, normal pero, fui a un colegio privado y mixto...
* Tengo la inmensa suerte de que ambos viven y disfrutan de relativa buena salud.
* Crecí rodeada de amor, de mis padres, de mis abuelos, de mi hermano, de mis tíos, siempre me he sentido querida, sin dudas al respecto
* Nunca, jamás en mi vida he suspendido una asignatura para septiembre, jamás he pegado un palo al agua en verano y mi media de bachilletato se acercaba peligrosamente al 8.
* Mi media de la facultad se acerca al 9, lo cual es todo un logro para haber estudiado algo que aborrezco y que me importa un bledo: economía.
* Tengo muy pocos amigos y todos ellos fantásticos y lo son desde hace bastante tiempo. Mi amiga María y yo celebraremos nuestra fiesta de 30 años de amistad en Septiembre (pero ella aún no lo sabe).
* Todos y cada uno de los veranos de mi vida los he compartido con mis padres, siempre he pasado días con ellos, siempre y espero que sea así muchos años más, jamás me fui de vacaciones con una pandilla de amigos y no lo echo en falta.
* Aprobé el carnet de conducir a la cuarta y os prometo que sólo en un caso me merecí el cateo.
* Jamás tuve un novio hasta que no conocí a mi contrario, a mí perder el tiempo con tonterías que crea que no me van a llevar a ninguna parte no me va.
* Fuimos novios más de siete años
* Jamás a ninguno de los dos se nos pasó por la cabeza irnos a vivir juntos sin estar casados.
* La primera casa que compartimos fue por compra, nunca he vivido de alquiler, me parece tirar el dinero, aunque tal y como están ahora las cosas...
* Me casé de blanco, por la iglesia y convencida de ello.
* Mi objetivo vital desde que tengo uso de razón es tener una familia e hijos y sí, eso es lo que tengo, una familia preciosa y unos hijos maravillosos.
* Para relajarme sólo necesito mucha ropa que planchar y una buena plancha, de esas de calderín.
* Si después de planchar aun necesito relajarme, si me das un bote de Viakal y unos azulejos que limpiar me haces feliz.
* Cocino en cantidad, me encanta.
* Quise ser madre por primera vez a los 28 años y la ciencia me ayudó a conseguirlo a los 31, sí, mi Hada es una bebé probeta.
* He tenido tres hijos y me queda el hueco para el cuarto, con todos y cada uno de ellos me excedenté de mi trabajo para cuidarlos durante su primer año de vida.
* Nunca he estado en paro, ni me he tomado un "año sabático" según terminé la carrera empecé a trabajar, este es mi segundo empleo y en él llevo 15 años.
* Trabajo con jornada reducida, lo cual es un lujo con los tiempos que corren.
* Uno de mis hijos fue diagnosticado de leucemia antes de cumplir los 4 años.
* Educo a mis hijos para que sean buenas personas, más allá de ser buenos o malos profesionales, quiero que sean educados y que respeten y se hagan respetar.
* Voy a cumplir 14 años casada y espero que sean muchísimos más, con el mismo contrario, claro.
* Me importa un bledo el futbol, no sé nada en absoluto ni del Madrid ,ni del Atleti ni falta que me hace.
* Acabo de cumplir 41 años y no que quito ni uno.
* Soy de izquierdas pero aspiro a que la riqueza se extienda a todos, no a que la miseria nos trague a todos.
* Me maquillo cada día.
* Cuido mi aspecto, permanentemente (a veces sin grandes resultados).
* Empecé a hacerme la manicura semanalmente a los 14 años, a esa edad mi abuela me regaló mi primer estuche de manicura, era de corcho de color marrón.
*  Llevo las uñas bastante cortas y cortadas en cuadrado.
* No me gusta la ensaladilla rusa.
* No como endivias (puaj).
* ...
 Sabes, RAL, definitivamente creo que tienes razón, soy, rara no, rarísima
y que así sea por mucho tiempo...

Tanto que celebrar...

Otro más, y van 41, los últimos 6 los hemos celebrado juntos...
Ya he pasado la barrera psicológica de los 40, y es duro, os lo aseguro, pasas a ser ya "mayor" al menos para los ojos de los demás. Pues eso, que ayer celebré mi cumpleaños, con mi familia, que es lo que más me gusta en el mundo.
Nos levantamos tarde, los niños vinieron a mi cama a saltarme encima, cargados de los regalos que mi contrario se había encargado de comprar siguiendo sus indicaciones.
La estrategia del año pasado pareció buena, cada uno pensaba en lo que me gustaría o necesito, así quedó la cosa. Mi hada, que como buena chica tiene una gran memoria se acordó que repasando un catálogo de charms de Pandora vi que tenían el castillo de la bella durmiente y me encantó, mi comentario fue algo así como "esto es lo que necesita toda princesa, un buen castillo, dejémonos de principes y chorradas". Ahí que fue mi contrario, catálogo en mano, a buscar el castillito que ya luce en mi pulsera. Los chicos fueron ya otra cosa, tengo que contaros que soy muy friolera y me meto poco en la piscina, y cuando me meto, rara es la vez que me mojo el pelo, me da rabia que luego me choree, sin contar que tengo que lavarlo, secarlo... Pues mi Sol decidió que lo que yo necesitaba era un gorro de silicona, de esos ajustaditos que me tapase el pelo para no tener que mojarmelo pero
poder bucear y ya que buceo, mi garbanzo quiso regalarme unas gafas de bucear para que vea como toca el suelo de la playa y de la piscina y lo bien que bucea.
Veis que de cosas, luego los mayores han tirado por pulseras este año, de perlas y cuero, o elásticas como Aztecas o así.
Pero sin duda, mi mejor regalo son todos ellos, mi familia, mis hijos, mi marido, mis padres, mi hermano, mi suegra, todos ellos y para vosotros también tengo un huequecito especial.
Muchas gracias a todos.

miércoles, 17 de julio de 2013

Mujeres reales (y no es un anuncio de Dove...)

En un lugar de la mancha, de cuyo nombre no voy a dar pistas, este fin de semana pasado tuve un cumpleaños. Era un cincuenta cumpleaños, aunque la verdad es que parecía una fiesta de veinteañeros, será porque todos nos sentimos así.
Es un hecho, estoy más cerca de los 50 que de los 20, en pocos días pasaré la edad fatal de los 40 y me adentraré en mi avance hacia los 50 con más ilusión que nunca y esperando los achaques que irán llegando. Y que lleguen, porque sino, mal asunto.
Lo que os contaba, así se organiza un cumpleaños, 200 amigos, comida, bebida, música y hasta orquesta en directo versionando clásicos de los 80 que te reviven y te hacen bailar.
Soy cotilla, analítica y analista social sería la otra forma de decirlo. El caso es que me encanta mirar a la gente, ver su comprotamiento, su forma de vestir, de peinarse, su forma física, su fisonomía. No lo hago con intención de crítica sino por sacar patrones, yo y mi manía de cuadricularlo todo.
Debíamos ser, mi contrario y yo, la pareja más joven de la fiesta, dejando aparte a los hijos adolescentes del cumpleañero. Bailando y bebiendo, charlando animadamente me di cuenta de que las chicas que había allí (sí, con cincuenta se sigue siendo una "chica") eran chicas normales, lejísimos de lo que podría considerarse "it girls", pero felices, bailando y disfrutando sin pensar en si el tacón se tuerce o el vestido se sube. ¡Ni un sólo vestido ajustado había!, mucho mono pantalón, nucho vestido corto y suelto (airear las varices alivia mucho), pocos tacones y muchas ganas de
fiesta. Y allí estaba yo cual "hortera de capital" sin ser capaz de quitarme la faja, aún cuando el vestido que llevaba fuese lo suficientemente suelto como para seguir engullendo tortilla de patata y empanada.
Me queda mucho que aprender...