Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

miércoles, 17 de julio de 2013

Mujeres reales (y no es un anuncio de Dove...)

En un lugar de la mancha, de cuyo nombre no voy a dar pistas, este fin de semana pasado tuve un cumpleaños. Era un cincuenta cumpleaños, aunque la verdad es que parecía una fiesta de veinteañeros, será porque todos nos sentimos así.
Es un hecho, estoy más cerca de los 50 que de los 20, en pocos días pasaré la edad fatal de los 40 y me adentraré en mi avance hacia los 50 con más ilusión que nunca y esperando los achaques que irán llegando. Y que lleguen, porque sino, mal asunto.
Lo que os contaba, así se organiza un cumpleaños, 200 amigos, comida, bebida, música y hasta orquesta en directo versionando clásicos de los 80 que te reviven y te hacen bailar.
Soy cotilla, analítica y analista social sería la otra forma de decirlo. El caso es que me encanta mirar a la gente, ver su comprotamiento, su forma de vestir, de peinarse, su forma física, su fisonomía. No lo hago con intención de crítica sino por sacar patrones, yo y mi manía de cuadricularlo todo.
Debíamos ser, mi contrario y yo, la pareja más joven de la fiesta, dejando aparte a los hijos adolescentes del cumpleañero. Bailando y bebiendo, charlando animadamente me di cuenta de que las chicas que había allí (sí, con cincuenta se sigue siendo una "chica") eran chicas normales, lejísimos de lo que podría considerarse "it girls", pero felices, bailando y disfrutando sin pensar en si el tacón se tuerce o el vestido se sube. ¡Ni un sólo vestido ajustado había!, mucho mono pantalón, nucho vestido corto y suelto (airear las varices alivia mucho), pocos tacones y muchas ganas de
fiesta. Y allí estaba yo cual "hortera de capital" sin ser capaz de quitarme la faja, aún cuando el vestido que llevaba fuese lo suficientemente suelto como para seguir engullendo tortilla de patata y empanada.
Me queda mucho que aprender...

1 comentario:

SOL dijo...

JAJAJAJA!! Una servidora hace mucho tiempo q anda suelta y sin refajo mami ;)
En ese pueblo hay muy buena gente y hacen unas gachas muy ricas. MUACKKKK!!