Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

jueves, 23 de mayo de 2019

Elegir las batallas

(Cuando se puede)
Sigo de baja, no pensé que se iba a alargar tanto, es muy probable que ya el lunes vuelva a la rutina, el pie va bien pero despacio, no me duele de la misma manera que antes pero lo noto "blandito" e inseguro, sigo con calzado cómodo aunque sin plantillas ya.
Me he aburrido mucho, las tres primeras semanas no podía andar más que unos pocos minutos cada hora y el resto del tiempo lo pasé con el pie en alto y con hielo. Luego ya, cuando me quitaron el vendaje y pude calzarme, con los mismos zapatos acolchados que llevaba antes de la operación la cosa cambió un poco. El cambio importante fue cuando pude volver a conducir, casi cinco semanas después.
El caso es que he tenido mucho tiempo de comer más de lo que debía, de dormir todo lo que el cuerpo me pedía y más y de pensar.
Y no se si pensar tanto es bueno.
Llevo toda mi vida, la laboral y la civil batallando, peleando, contestando y enfadándome  constantemente y eso es realmente agotador. Después de muchos años he entendido a aquellos que no discuten, ahora he decidido pasarme a su equipo.
A ver si me explico.
No quiero decir que no vaya a volver a discutir nunca, eso es imposible, lo que digo es que tengo que ser capaz de elegir las batallas que merecen la pena ser luchadas, el resto las dejaré pasar, intentaré que sea con mi mejor sonrisa y con la menos afectación posible, haré como cuando voy a hacer la compra, dejo pasar aquellos productos que no me interesan sin que por ello signifique que los desprecie.
Os diré que ya llevo una temporada así, tiene mucho que ver la medicación que me hace poner orden a mi cabeza, ahora, mi objetivo es dejarla y que mi cabeza siga en orden.
Tanto como he criticado algunos conceptos ahora empiezo a ver su utilidad.
Es verdaderamente útil, ser empático, requiere de un esfuerzo mínimo y de cara a la galería da grandes resultados.
Igual que ser resiliente.
Pues en ello estoy. Desgraciadamente hay batallas que no se pueden elegir, contra una enfermedad luchas y punto, por sacar a tus hijos adelante peleas con uñas y dientes, pero por llegar a un acuerdo con alguien no, simplemente hay diferentes opciones y no tienen por qué llegar a concurrir nunca.
No se si me he explicado.

lunes, 20 de mayo de 2019

Eurovisión 2019

Me encanta Eurovisión, pero me gusta desde siempre, estos "advenedizos" que de la noche a la mañana se han vuelto súper fans me chirrían un poquito.
Este ha sido el primer año que he medio-visto las semifinales. Digo medio porque durante la cena no se enciende la tele y después lo veo a saltos mientras hago otras cosas.
De las semifinales sólo me acuerdo de Portugal, aunque sinceramente, preferiría no recordarlo, es tan, tan, tan esperpéntica que no os dejo ni el enlace.
Pero me preparé a conciencia para la final, y mis duendes también, que se lo pasan pipa. Yo había estado leyendo estadísticas con datos de casas de apuestas, pero tenía mis favoritos.
"De las mías" como dicen mis amigas era Islandia. Era rara como ella sola, pero me parecía especial, teniendo en cuenta que el Hard Rock Alleluya de Lordi es de mis favoritas no es de extrañar.
A nadie más en casa le gustaba.
Después de mi primera favorita llegaba Noruega, eso de que uno de los cantantes tuviese una abuela de Ayamonte me llegó al alma, pero verdaderamente la canción me gustaba.
Más que la de Suecia, que era mi siguiente candidata, aunque esta tercera tenia mucho ritmo.
Y llegó Chipre... Vamos a dejar a un lado la envoltura de celofán que llevaba la muchacha, pensaron que con una canción balionga al estilo de la del año anterior se llevarían el gato al agua. A mí me gustaba, pero debí de ser de las pocas.
Y mi quinteto favorito se completaba con Bielorrusia. La estética choni-chic esta que tan de moda se ha puesto no me gusta nada, pero la chica me pareció salada y la canción pegadiza.
Este año hice una segunda lista, sin dejarme influir por lo que decían las apuestas. Pensé sólo en aquellas que creía que tenían posibilidades de ganar.
Puse a Noruega en Primer lugar y a Bielorrusia en segundo. Después Suiza,  tengo que decir que para este tipo de festivales prefiero las canciones con ritmo a las baladas y que de los últimos años la única balada que me conquistó fue la de Salvador Sobral. Por último Suecia y Chipre.
Vamos, que como podéis ver no dí una, bueno, con Suecia no me estrellé tanto, pero fue la única.
Cuando empezaron las votaciones cada vez estaba más perpleja, se ve que mi gusto no es de los más comunes.
¿Macedonia del Norte?, ¡Cómo se podía votar eso!, pues allí estaba ese muermo de canción en lo más alto de la tabla, jamás le hubiera dado ni un punto, me pareció malísima.
Como también me decepcionó Italia. Se me vienen a la mente grandes canciones de otros años, pero esta no me gustaba nada,
Sabía que Paises Bajos estaba en lo alto de las casas de apuestas, la canción no me disgustaba, ni me gustaba, ni fu ni fa, sosa (intimista dicen ahora). El chico guapo, es lo mejor que se me ocurre decir de ella.
Como cada año el espectáculo se supera a sí mismo, eso de ver a participantes de otros años cantando canciones ganadoras que no eran suyas me encantó.
Los presentadores correctos, la escenografía maravillosa y un año más de fiesta de palomitas y apuestas que no llevan a nada más que a pasar una velada agradable en familia.
No, no voy a mencionarla, me niego...