Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

lunes, 16 de junio de 2014

Nombre de cuatro letras…

Me encanta meterme en la cama con mis hijos a la hora de acostarlos. Voy cambiando de una cama a otra mientras ellos me van contando sus historias o vamos haciendo planes. Normalmente papá y mamá pasamos un ratito con ellos cada día en ese juego.
La semana pasada, mi contrario tenía cena de trabajo y no llegó a tiempo, así que fueron toooooodos míos y hablamos de pájaros y flores. En un momento dado llega Garbanzo y me dice: “mamá, ¿qué haremos si te nace un nuevo bebé?”.
Entonces ya me dio pie y la conversación pudo ser más o menos como sigue:

Mamá: A ver Garban, pero ¿tú quieres tener un hermanito nuevo?
Garbanzo: Sí, yo quiero otro hermanito, pero que sea un chico, eh, mamá, un chico.
Hada: pues yo quiero una niña chinchorrera como yo.
Mamá: ¿Y tú Sol, qué opinas?.
Sol: pues a mí también me gustaría más un chico porque Hada, uf, es que nos chincha todo el rato.
Garbanzo: lo que pasa es que se tiene que llamar con un nombre que tenga cuatro letras, porque todos nosotros tenemos nombres de cuatro letras.
Mamá: pues es verdad, venga, a ver si nos decidimos y así ya se lo contamos todo a papá de una vez.
Hada: Rita, tiene que llamarse Rita. ¿A ti te gusta Rita, verdad mamá?.
Mamá: Pues sí, pero a papá no le gusta nada.
Sol: Hugo, Hugo tiene cuatro letras.
Hada: pero no es nombre de chica….
Garbanzo: ¡ya sé! Se llamará “caja”, porque caja tiene cuatro letras ¿verdad mamá?.

Ea, pues ya tenemos nombre por si “nos nace” un hermanito…

martes, 10 de junio de 2014

Los primeros panties de mis abuelas

Las que seáis más jovencitas quizás no lo podáis creer pero hubo una época, no tan lejana, en la que las mujeres no usaban pantalones.
Mi abuela Pepa, antes de la guerra, se ponía los pantalones de sus hermanos en Carnaval para disfrazarse de "destrozona", no me digáis qué tipo de disfraz era ese que no lo sé. Esa era la única ocasión en que una mujer podía usar pantalón.
Para todo lo demás, falda ¡y no demasiado corta!. Supongo que de niñas usaban media calcetín de lana o algodón, pero la ilusión de hacerse mayor se cumplía un poco cuando estrenaban su primer par de medias, allá por los 14 ó 15 años. Eran medias "de cristal" y cuando digo "medias" es porque
eran "medias", para que no se cayeran iban sujetas a la faja con ligueros y
si no se usaba faja, se sujetaban con unas ligas de goma a la pierna.
Yo he visto a mis abuelas sujetarse las medias con ligueros, pero claro, con los años, dejaron de usar fajas, que les apretaban y no les resultaban cómodas y se pasaron directamente a las ligas de goma.
Las ligas de goma, que sujetan las medias por presión, son malísimas para la circulación sanguínea. Los médicos se cansaban de repetírselo a mis abuelas, pero ellas ni caso.
Las dos tenían una talla más que generosa, no menos de una 54-56, por lo que lo de los panties para ellas era una tarea casi imposible. No se quien me habló de una corsetería de tallas grandes que hay en la Calle Toledo, así que allí que me fui yo.
Para probar, les compre un par de panties a cada una, de color natural, recuerdo que eran de la marca Golden Lady, ninguna de ellas usaba nunca medias negras.
¡Qué descubrimiento!.
Bueno, como chicas con medias nuevas estaban, qué contentas, aquello no se caía, no apretaba y  encima abrigaba la tripita en invierno, es que todo eran ventajas.
Ni que decir tiene que me tocaba hacer visitas regulares a aquella corsetería porque en ningún otro lado encontraba tallas tan grandes, pero siempre iba contenta, la recompensa merecía la pena, muchos besos de mis abuelas y en ocasiones.... ¡arroz con leche!. Nadie me prepara un arroz con leche tan rico como mi Torina, desde que ella falta no he vuelto a comerlo...
Cuánto os echo de menos...
Por cierto, feliz cumpleaños Pepa, hoy cumplirías 96.

lunes, 9 de junio de 2014

Adicciones poco anónimas

Muchas veces he manifestado públicamente mi adicción a las "guarriporquis" (chuches que dicen por ahí). Es verdadera afición lo que tengo, pero no por todas, no os vayáis a pensar, no, lo mío son, en primer lugar los regalices, preferentemente los enrollados, rojos o de cualquier color que no sea negro, luego los regalices de barra, pero los rojos sin relleno, por favor.
De ahí pasamos a las gominolas, si pueden ser sin azúcar por encima mejor y ya, después, las esponjitas (nubes).
En mi bolso, en cada guantera de mi coche, en el cajón de mi mesilla, en los bolsillos de mis abrigos no es (era) raro encontrar bolsas llenas de guarriporquis.
Lo cierto es que sé que no me hacen bien, mi cuerpo no metaboliza bien el azúcar, quizás sea por mi SOP (Síndrome de Ovario Poliquístico), pero supongo que mi adicción es como la de los alcohólicos, que saben que no es bueno, pero no paran (salvando las distancias por supuesto).

Lo curioso es que, por suerte, a mis duendes no les gustan las porquerías esas, bueno, a Garbancito sí, pero no se las doy, que hay que educarles también en temas de alimentación.
El caso es que como vuelvo a estar a dieta estrictísima he decidido que es el momento de (intentar) dejar el vicio para siempre.
Leí en muchos sitios que cuando repites una pauta durante 90 días, se convierte en una costumbre y ya lo haces por sistema. Yo creo que soy más lenta, coger el hábito de trotar me costó un año, pero quiero probar. Hace 20 días decidí que dejaba las chuches y (si era posible) el chocolate. Me
hice este calendario que os enseño.
Voy tachando cada día que pasa y de momento cumplo, lo malo es que el día 90 será justo cuando empiece mis vacaciones, y ya sabemos lo que pasa en vacaciones...
En fin, que ya os contaré si lo consigo.