Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

sábado, 26 de septiembre de 2015

Salvando las distancias...

Antes que nada quiero pediros que, si alguien se siente ofendido por este post, cree que se frivoliza sobre un tema que considero muy serio o por la razón que sea no considera la comparación adecuada, me comprometo a borrarlo.
Dicho esto...
A veces, incluso a mí misma, que estoy metida en harina, me resulta difícil comprender cómo he llegado al grado de hastío en el que me encuentro a nivel laboral.
A ver, visto desde fuera, lo que se ve es a alguien con un puesto fijo, lo que ya hoy en día es una inmensa suerte, con un horario estupendo, de lunes a viernes de 8 a 14:30 (vale sí, nunca salgo a mi hora, pero intento no pasarme más de 20 minutos) y un sueldo bueno, si comparamos con lo que se paga hoy en día podríamos llegar a pensar que es excepcional.
Lo que yo veo desde dentro es una carrera profesional completamente truncada, que cada vez ha ido a menos y un trabajo aburrido a tope, que no me aporta nada y, lo peor, en el que se me hostiga sin parar para que venda y venda y venda, productos que en algunos casos creo inadecuados para los clientes.
¿Pido mucho?, sí, quizás lo pido, pido un trabajo, que si no me va a aportar satisfacción personal, por lo menos no me origine ansiedad, que si no me va a hacer rica, no tenga la espada de Damocles encima de manera permanente, no quiero amenazas, veladas y directas, no quiero no dormir, no quiero...
Y ahora es cuando viene la comparativa, que me hago yo misma para intentar entenderme y que quizás pueda llegar a molestar a alguien.
Comparo mi situación con la de una mujer maltratada. Entrad en papel, una señora, casada, con una buena casa (trabajo fijo) un marido solvente que no le regatea el dinero (un buen sueldo), una posición desde fuera envidiable (¡cuantos querrían estar en mi pellejo!), pero a la que su marido (mi empresa) maltrata, golpea moralmente hasta hacerle sentirse una basura.
Pero aguanta, ella aguanta, yo aguanto, llevo aguantando esta situación 10 años, pero cada vez el acoso es mayor, ya "el marido" la desprecia en público, la empresa me arrincona donde nadie quiere estar.
Y entonces qué ¿aguantas?, mi integridad física no creo que se vea en peligro, no así la mental. No es una decisión fácil.
Te vas y renuncias a una casa caliente, comodidades, reconocimiento social, ¿a cambio de qué?. Porque suena muy bonito decir "a cambio de la libertad", pero de la libertad no se come ni da para pagar facturas.
¿Qué puede, qué puedo obtener a cambio?, quizás la posibilidad de recuperar mi auto estima, quizás la posibilidad de iniciar una actividad que me guste, pero que quizás sólo me reporte gastos.
No es una elección fácil, creo que hasta ahora no había entendido el por qué de tantas mujeres maltratadas que aguantan, ahora lo entiendo...

sábado, 19 de septiembre de 2015

"La chica del tren"

Uf, como se me pasan los días.
Fue a final del verano, el último domingo de Agosto cuando, volviendo a Madrid en tren, terminé de leer este libro.
No tenía referencias de él. Tengo un grupo de amigas que nos pasamos libros unas a otras, este me llegó junto con "El amante japonés" y lo dejé para después.
Es un libro raro. El principio es farragoso, tardas en acostumbrarte a los cambios de narrador y no resulta fácil identificar quien es quien entre los personajes con nombres inventados que luego conoceremos en su vida real y un hilo conductor único, el tren y su paso por un determinado barrio de las afueras de Londres.
No puedo decir que sea un libro que me ha gustado especialmente, de hecho, leerlo me originaba una tremenda ansiedad, nadie es quien parece ser, salvo la narradora principal, que es una alcohólica solitaria que engaña a todos haciéndoles ver que tiene un trabajo cuando hace meses que la despidieron.
Piensa en lo que fue su vida de casada, pasa cada día por la casa donde vivía con su ex marido, del que sigue siendo tremendamente dependiente, y en la que él sigue viviendo con su actual mujer.
Una vecina de ellos desaparece misteriosamente y ella, entrometida, intenta encontrarla.
Y al final la encuentra, pero lo que además encuentra por el camino es la inmensa farsa de lo que ha sido su vida en los últimos años y unos personajes que interactúan en la mentira, en el miedo y en las relaciones escondidas.
¿Os lo recomiendo?, bueno, si os gustan las historias complicadas y sin final "feliz!...