Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

lunes, 7 de enero de 2019

Mesas bonitas

Chin pon.
Se acabo, la Navidad ya pasó, acabo de terminar de recoger el árbol, el belén y todos los adornos navideños. Me da pena, por más que a veces termine un poco hasta el gorro, lo cierto es que me encanta.
Quiero dejaros en esta entrada un detalle de las cuatro mesas festivas de estas fiestas. La primera corresponde al día de la lotería de Navidad. Para celebrar que no nos tocó pero que seguimos adelante, invitamos a comer a mi amiga María, su contrario y sus piratas, de menú, rico cocido madrileño que salió rico, rico, que diría Arguiñano.
Puse un mantel con estampados en plateado, muy navideño, gracias a un tutorial de Internet aprendí a hacer arbolitos navideños con las servilletas. Si os fijáis, para darle un poco de color combiné dos vajillas, una blanca y otra con decoración en rojo.

La segunda mesa es la de la cena de Nochebuena. Me apetecía cambiar un poco el tradicional rojo y sacar un mantel de hilo con bordado de Lagartera que me regaló mi madre hace años y que, por aquello de lo que se tarda en planchar, apenas uso. Puse los bajoplatos de plata (esas cosas útiles a más no poder que tengo de los regalos de mi boda). Las luces siempre me gustan. A mi Hada le pareció que la mesa quedaba desteñida...





La tercera mesa es la de la cena de Nochevieja. Pasé del rojo de otros años, bueno, no del todo que igual que en la mesa del 22 combiné dos vajillas. Aquí sí que saqué las copas para el cava. La verdad es que, aunque tengo muchas copas, siempre me parece que los vasos son más cómodos, en especial para los duendes, aunque ahora que se están haciendo grandes ya puedo empezar a cambiar. Para el centro, además de las luces puse unos arbolitos muy monos que había comprado en Ikea.

La última mesa, pero no por ello menos importante es la de la merienda del roscón de Reyes del pasado día 5. Esta vez éramos menos, no por falta de invitaciones sino por falta de respuesta (dejaré este tema para otro momento). Saqué aquel mantel para el que compré la tela pocos días antes de que le detectaran la leucemia a mi Sol y del que hice los dobladillos a oscuras por las noches en el hospi mientras velaba sus sueños. No se por qué, pensé que era más largo.
Bueno, pues estas han sido mis mesas festivas.
Me gusta cuidar los detalles, aunque si os soy sincera creo que el arte de las mesas no lo tengo, aún así pongo todo mi amor en cuidar que todo quede bonito.
¿Vosotras ponéis mesas bonitas?

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