Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

domingo, 20 de julio de 2008

AMIGOS


Así, con mayúsculas.
La vida nos lleva y nos trae haciendonos creer a veces que somos dueños de nuestro destino, cuando en realidad, las redes de cariños y afectos se tejen sin que seamos demasiado conscientes de ello.

Nuestra relación surgió de la forma más simple. Coincidimos en unos cursos de idiomas hace ya veinte años. Yo tenía 15, MJ 21, R 14 y V 18, dos chicas y dos chicos de gustos y vidas dispares, MJ terminaba su licenciatura en historia del Arte, R y yo estabamos en BUP y V acababa de empezar su licenciatura en Económicas.
Sólo nos veíamos dos veces en semana, pero sin saber cómo ni por qué empezamos a querernos, a querer formar parte unos de la vida de los otros, y lo conseguimos.

Es fácil imaginar que 20 años dan para mucho. MJ dejó a su novio de toda la vida, encontró a V y se casó. Llegaron a su vida R y A, dos niños guapos y simpáticos que hicieron las delicias del grupo, que para eso son los mayores.
R encontró a A prácticamente a la vez que yo a mi contrario, aunque se casaron después, también tienen dos niños J y J.
V no lo ha tenido fácil, trabaja y trabaja sin parar, es un tio estupendo, bueno, simpático, un amor, pero no tiene suerte con sus relaciones, esperemos que esta que tiene ahora progrese, pero yo no lo veo claro la verdad.

Pues lo que decía, ¿cómo de una relación tan superficial como un "hello" dos veces por semana, hemos llegado a ser lo que somos?.
No nos vemos tanto como nos gustaría, pero entre nosotros no hacen falta demasiadas explicaciones. Ayer nos vimos. qué placer ver a nuestros niños chapotear en el agua, churretearse con helados de chocolate y caer derrotados a las mil en el sofá mientras los mayores seguíamos de palique.
Me gustó verlos, sentirlos físicamente cerca, me gusta pensar que dentro de otros 20 años seguiremos queriéndonos.

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