Siempre me ha gustado cocinar, para mí es la mejor de las terapias, me hace ocupar la cabeza en asuntos vanales, sacar de mis pensamientos lo que me atormenta aunque sea sólo por un ratito.
El jueves me encontraba fatal, he caído con unas terribles anginas. Entre la fiebre, el agotamiento, la preocupación y todo decidí que la mejor terapia era atacar los fogones.
Además, ahora tengo que agudizar el ingenio para que mis hombrecitos coman. Mi sol aborrece casi todo por culpa de la medicación y mi garbancito simplemente ha decidido que no quiere comer...
El jueves tocó hacer gazpacho, lasagna y pavo en salsa. Me quedó tan aparente todo que hice fotos para compartir con vosotr@s.
Por supuesto, todo es mejorable y opinable, la cocina es una gran afición para mí, como lo es la costura que sí que tengo definitivamente abandonada.
En fin, que espero seguir cocinando.
4 comentarios:
Tanto tu lasaña como tu pavo tienen una pinta estupenda, ¿sabes? a mi tb me gusta cocinar, y me relaja, como el punto de cruz el que tb tengo definitivamente abandonado.
Un beso muy muy fuerte
Buf, pues a mí me admira puesto que para mí cocinar o coser son habilidades de ciencia ficción... ¡pobres niños míos! Ellos nunca podrán decir aquello de "nada tan bueno como las croquetas de mi madre". Snif.
Yo lo intento. A mi me encanta dar cenas para amigos en casa, pero mi gran problema son las croquetas caseras..por ejemplo. pero lo intento...en algun lado tengo que tener talento y no ceso en buscarlo...será la cocina?
animo princesa....
Me pasa como a Pepi, que además de que hay que cocinar todos los días, es que disfruto haciéndolo...pero el punto de cruz y la costura.....a ver si para cuando tenga nietos tengo más tiempo libre....
Besitos, te quedó todo estupendo.
Publicar un comentario