Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

miércoles, 9 de abril de 2008

La mejor sorpresa de mi vida

Ese es mi amor rubio, Pepón.
Después de tanto buscar, desear y sufrir hasta que Inés nació, teníamos claro que en cuanto en médico nos diera el ok volveriamos a la carga. Luego de la lactancia de Inés no tuve la regla hasta 7 meses después de su nacimiento, Mayo.
De cara al verano no parecía buena idea empezar un tratamiento, así que el médico nos citó para septiembre, pero no hizo falta.
En el mes de agosto, el día que me tocaba la regla yo tenía calor en los pies. Vale, para el resto del mundo puede parecer una estupidez, pero las únicas veces en mi vida que he tenido sensación de calor en los pies ha sido estando embarazada. No me hice el test de embarazo hasta 15 días después, y a partir de ahí empecé a creer en los milagros.

El embarazo fue más tranquilo que el de Inés, con menos miedos, aunque con más molestias. El muy pachón se sentó sobre mi ingle derecha desde el principio y ahí se quedó, hasta que decidió salir y los médicos lo sacaron, no sin antes discutir hasta la saciedad conmigo sobre la necesidad (que yo no veía, ni aún hoy veo) de hacer una cesarea.

Pero como tener hijos es, tristemente, cosa de médicos, me rajaron la panza y lo sacaron a rosca. ¡Y a mí me pareció tan bonito!.

Pepón es cariñoso, zalamero y bastante menos decidido que Inés, es el rubio de mi vida, mi Robert Redford particular. Se deja querer, le gustan los mimos y dormir "contigo, contigo", como él dice.
Pues ese es mi segundo duende, con el tercero empecé la casa por el tejado, en el próximo comentario hableré de Juan sin miedo, mi bebé.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Preciosa la llegada de tu principe. Aunque fuera con cesárea...Preciosa.