Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Patas arriba


Así es como siento yo que está mi vida, patas arriba.
Intento mantener el equilibrio sobre un suelo que no para de moverse. Se mueve día a día. No puedo hacer nada sola, siempre voy con algún churrumbel colgado.
No, no quiero parecer estúpida, estoy encantada, más que encantada con mis duendes, pero añoro una cierta soledad.
Claro que siempre puedo contar con los abuelo que me hagan algún relevo con los niños, pero cuando lo hago, me voy con un terrible sentimiento de culpa por abandonarlos.
Y por otro lado me siento tan sola..., bueno no sé si sola o perdida en un camino que no conozco y que así, apriori, no me gusta nada.
Siento cada vez más lejos la posibilidad de volver a tener una vida "normal", como la antes. Siento como si a cada paso que doy el suelo se fuera a hundir debajo de mí.
Por si todo lo que tengo en la cabeza fuese poco, otro asunto más me ronda.
Me comentan en el hospital que la inspección médica se está poniendo muy borde con las bajas por depresión como la mía. Creo que están mandando a todo el mundo a trabajar, intentando "hacer hueco" para las próximas bajas por gripe A.
¡Sólo me faltaría eso, que me mandaran a trabajar!, pero, si pasa ¿qué hago?. Necesito trabajar como respirar, necesito el oxigeno que me proporciona el contacto con mis compañeras, con temas alejados de los domésticos, pero, no puedo abandonar mi barco ahora, no tal y como están las cosas.
Madre mía, qué tonta estoy.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Majestad, tienes todo el derecho del mundo a tener tu propia soledad, y no por ello te sientas mal. Yo tengo hijos, y los amo por encima de todo, pero hay días que necesito mi paz, mi propia isla desierta, sin escuchar nada, más que mis pensamientos. El trabajar por supuesto que te vendría bien, el volver a tu rutina, pero el ahora el príncipe te necesita y tú lo necesitas a él. Eso sí, mi consejo, escápate un fin de semana con tu marido, los dos solos (te invito a Huelva), y desconecta, te servirá para coger una nueva bocanada de aire fresco y emprender de nuevo los quehaceres diarios.

No te rindas nunca, nunca nunca. Aquí tienes un amigo para lo que necesites.

Un abrazo a toda la famila real

Lamardestrellas dijo...

¿Tonta? Lo que no sé es cómo consigues mantenerte firme y andar con destreza, aun boca abajo. Pero lo haces, te las arreglas para caminar patas arriba y llevar de la mano a tus hijos, sin dejarlos caer. No, de tonta nada. Déjalo en humana. Ojalá esa amenaza quede en eso, nada más, y sigas con tu baja, bien merecida. Besotes.

Anónimo dijo...

((((ánimo))))

Miles de besos.