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Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

sábado, 7 de julio de 2018

De vacaciones

Ha sido sólo una semana pero verdaderamente ha merecido la pena.
Según a los duendes les dieron las vacaciones cogimos un avión directo a Copenhague y de ahí embarcamos en un crucero hacia los fiordos.
Todo fue idea de la otra abuela de mis hijos, de ella se pueden decir muchas cosas, entre otras que es espléndida consigo misma y con los que la rodeamos.

Este año cumplió 75 y ya desde hace dos llevaba barruntando la manera de festejarlo. Siempre había querido ir a Egipto con nosotros, pero las cosa no están para viajes por allí.
Otra opción, que era la que más  me gustaba a mí era la de un safari fotográfico en Kenia, pero el resto del equipo lo descartó rápido por las edades de mis sobrinos, demasiado pequeños. La tercera opción fue el crucero.
No fue fácil cuadrar las vacaciones de todos y en honor a la verdad tengo que decir que todos aguantaron pacientemente hasta que a mi me dieron el ok a esa ultima semana de junio.

Sinceramente os diré que la opción del crucero me echaba para atrás y mucho, pensaba que me marearía, que estar en un sitio cerrado tantas horas no era lo mío y encima ir hacia el norte ¡a pasar frío!, uf, qué pereza.
Me equivoqué, sinceramente el barco era fantástico, en absoluto te daba sensación de claustrofobia y no se movía apenas.
Embarcamos un sábado por la tarde y navegamos todo el domingo hasta llegar el lunes por la mañana a Flam que es un pueblo de cuento al final del fiordo de Aurland, maravilloso el paisaje. Hicimos una excusión panorámica en la que apenas vimos nada por la niebla.

De ahí salimos a Bergem, segunda ciudad más grande de Noruega y os aseguro que pensé en mudarme definitivamente allí, el frío me hizo replantearme la mudanza.

En fin, pues eso que navegábamos de noche y visitábamos de día. Era muy curioso salir a la terraza del camarote por la noche y ver que a las 11:30 había una luz pasmosa porque el sol acababa de meterse, volvería a salir hacia las 3.

Una de las excursiones que más disfrutamos todos fue la de Legoland.
Total que la semana se nos pasó volando, llegamos a Madrid con mucho retraso por la huelga de los controladores franceses y ya ha pasado una semana desde entonces.
Un viaje totalmente recomendable.









1 comentario:

Sara M. dijo...

¡Pero bueno, qué es eso de salir así en las fotos sin avisar! ¡Encantada de conocerte!
Yo soy muy friolera, pero un viaje por esas tierras... en fin, sería un sueño. Me alegro de que lo hayáis disfrutado.