Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

jueves, 29 de septiembre de 2011

“Esas cosas pasan…” (Disertaciones sobre la infidelidad)


Lo reconozco, manifiesto públicamente desde aquí mi fijación con este tema. De verdad que nunca lo había pensado tanto como últimamente, pero es que otra vez el dominical de un periódico de gran tirada, el fin de semana pasado, ofrecía un artículo bastante extenso sobre el tema.
Ya os he comentado en otras ocasiones que la infidelidad me parece que se comete, primero, contra uno mismo. Si engañas a tu pareja eres infiel a tu propia decisión de compartir tu vida exclusivamente con alguien. Ya por ahí me parece una estupidez. No creo que buscar excusas como que tu relación “oficial” esté deteriorada me sirviera.
Hoy, comentaba en el desayuno con mis compañeras de trabajo este tema y como siempre surge la polémica. La mayoría de ellas creen que es “algo que pasa” y mi respuesta es siempre la misma, “pasa, si tú quieres que pase”. Entonces intentan ponerme en situación: “tú imagina que sales una noche, con las amigas, y conocéis a un grupo de tíos geniales, guapísimos, interesantísimos y divertidos”, pues hasta ahí todo bien, probablemente pasaría un rato estupendo y punto, es mi decisión si voy más allá o no, y no pasa si yo no quiero que pase.
Situación dos: no es un encuentro casual, es alguien a quien conoces y con quien mantienes una relación constante, digamos, un compañero de trabajo, el papá de algún amigo de tus hijos, entonces “la cosa surge”, y yo insisto, “surge, si tú quieres que surja”y si surge, ahí estás tú para pararlo.
Lo siento, seré una siesa, una antigua, una aburrida, lo que queráis, pero hay cosas que pasan quieras o no (una enfermedad) y otras que sólo pasan si tú quieres, y de esas tú y sólo tú eres responsable, no vale echarle la culpa al destino, a las circunstancias o a la vida misma.

6 comentarios:

Lunhya dijo...

Yo pienso igual que tú...

Sara dijo...

AMÉN. Totalmente de acuerdo.
Un besazo

missi dijo...

Tan sencillo como no buscar! me explico: yo no veo posibles candidatos ni cuando salgo, ni con los padres de algun niño, ni con un supuesto compañero de trabajo, ni con ningun hombre que este cerca mio, porque yo no quiero que pase nada ni tener que plantearme nada, ser infiel mentalmente me doleria tanto o mas. uo creo en mi matrimonio, en mi historia en mi compañero, creo y lucho por ello. No lo concibo de otra manera.

Chus dijo...

Totalmente de acuerdo.
hi, hi, Hurra!!

Besos

Leucemia Linfoblástica aguda Philadelphia positivo dijo...

Totalmente de acuerdo, somos todas unas siesas y unas antiguas... a mi creo que me ha trastocado el empezar a hacer ganchillo.... jajjaja. cómo va todo hermosa?

Conrad López dijo...

Muy buena reflexión. Eso de "la infidelidad me parece que se comete, primero, contra uno mismo" me parece crucial

En realidad, todo pecado (con independencia de su gravedad) es en primer lugar eso: una profunda falta de fidelidad a si mismo, a la esencia y naturaleza de uno mismo. La cuestión moral va después, pero la consecuencia personal (la muerte óntica que decía Kierkegaard) es inmediata.

Ahora bien, no todos estamos hechos de una pasta tan dura como para decir no frente a toda ocasión. Es más, es una buena práctica la de asumir que todos somos capaces de los mayores errores y los mayores horrores, porque eso realmente nos hace estar en guardia permanentemente, y porque en última instancia es una gran verdad. Ya decía mi abuela (antigua y siesa a tope, vaya) que quien evita la ocasión evita el peligro.

Un saludo