Qué dificil se me hace, nadar y guardar la ropa. Sé, lo aprendí hace años, que no se puede contentar a todo el mundo, pero poner dificultades donde no las hay me parece absurdo. Y el tema viene por lo de siempre "estos abuelos ven demasiado a los niños" y al papi no le gusta y yo no lo entiendo, seré tonta, pero no lo entiendo.
Los amores se multiplican, no por querer a los abuelos se deja de querer a los papás y no por tener papás se deja de querer a los hermanos, hay amor para todos.
El caso es que como siempre, la que termina con la cabeza caliente soy yo. Y es que no se puede tener a los abuelos de comodín para echar una mano y luego querer prescindir de ellos en las fiestas de fin de curso. Esto es como el arca de Noé, que caben todos, al menos en mi corazón es así y no entiendo esa manía que tiene a veces mi contrario de querer poner barreras.
En fin, que hoy es la fiesta de fin de curso de Pepón, irá disfrazado de punki con cresta roja y me temo que los abuelos se lo van a perder, qué se le va a hacer, yo hoy ya siento que no puedo más, mi cabeza ha dicho "hasta aquí", así que dejaremos que salga el sol por Antequera...
1 comentario:
¡qué dífil!...tienes razón. Yo que soy muy celosa de mi intimidad familiar, y que mi tiempo de ocio lo comparto con quien siento que quiero, y no con quien se me obliga te diré que invité a mi suegra a la función de fin de curso, porque mi hijo deseaba que ella también estuviera ahí, y aunque ella y yo vivamos en universos paralelos, mi hijo es su nieto. Pero ¡qué díficil es a veces aceptarlo!
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