Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

sábado, 3 de junio de 2017

Dentro de ¡Hola!



Acabo de llegar de Sevilla y si os digo la verdad me hubiera quedado sin dudarlo. Vale que hace calor, pero es tan bonita la ciudad que todo se perdona.

La visita ha sido muy breve. Llegué el jueves a las 7 de la tarde. Tenía cena de protocolo así que me duché y me puse mona. Cenamos en Abades Triana, que es un sitio precioso completamente acristalado frente a la Torre del Oro, no me acuerdo de la cena, no prestaba atención más que a las luces de fuera.
El viernes hice por la mañana un recorrido turístico que se me quedó corto.

 
Pasear por el barrio de Santa Cruz es fantástico, y la plaza de España, pero me faltó entrar en la catedral y en la Macarena y en el Gran Poder.

Si os digo la verdad era un viaje de trabajo de mi contrario y no tenía intención de acompañarle. Coger un día de asuntos propios no me cuadraba. Pero nos pasaron el programa oficial y esa "comida en el palacio de Las Dueñas" me sonó a gloria.

Llamadme hortera pero era la primera vez que el palacio se cerraba para una comida privada, en el patio y me pareció una oportunidad única. No me equivoqué.
Tomamos un aperitivo en el antepatio, gazpachos de remolacha, ajoblanco de hierbabuena, ibéricos y buen vino.

Nos sentamos a cubierto, en mesas dispuestas alrededor del patio pero teníamos permiso para acceder a las estancias que habitualmente están abiertas al público. Me pareció que el palacio tenía duende. No es la decoración, demasiado recargada, es el edificio en sí mismo, son los patios, las fuentes. Al entrar vino a mi cabeza la imagen de Cayetana de Alba, saliendo a la puerta a bailar el día de su última boda.
¡Que señora más lista!. Os diré que la comida empezó a las 2:30 y terminó a las 6:30 y que de verdad mereció la pena.
Y yo, que me vuelvo con la idea de que Madrid ya no es para mi y que necesito otra forma de vida.
Ya he decidido cual será el destino de nuestro viaje en el puente de Diciembre.

3 comentarios:

Irene, Umpa Lumpa & cía dijo...

jajaja, solo he visto el palacio desde la reja. Es como un Oasis. Como si no le tocase estar justo en esa parte de la ciudad. Como si estuviera dentro de una burbuja y justo detrás de esa reja hiciera un tiempo diferente.
He vivido 7 años en Sevilla. Hace un par de meses (o menos, no me acuerdo...) volví de visita. Y nada más salir de la estación... ¡¡por fin!! me olió a azahar!!! jajaja (debía ser que antes de olerlo en día a día no lo percibía)
Ya son dos años sin vivir ahí el día a día. Dicen que uno no es de donde nace... sino de donde pace... Y quizás es que allí fue el último sitio donde pací (he tenido que buscar cómo leches se conjuga ese verbo... jajaja) Porque desde entonces, como en otras ocasiones, me vuelvo a sentir una desarraigada del mundo.

Y el calor pesa... pesa mucho. Sobre todo de junio a noviembre... pesa... jaja. Y es lo único que le veo malo a Sevilla. Pero es que es mucho...
Mi recomendación: octubre, abril-mayo... son meses preciosos para ver Sevilla. Yo vuelvo siempre a los mismos sitios. A los mismos sitios donde iba cuando vivía allí. Y es que a mí, el parque de María Luisa no me cansa.

Relatos de una nostálgica...

Alejandra dijo...

Hay un Aparthotel con más que encanto, "La luna de Cristal". Necesitarás una cama supletoria, no creo que sea problema. Búscalo, es una maravilla. Besos.

Susana dijo...

Qué suerte poder estar allí. Un saludo.