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Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

domingo, 18 de diciembre de 2016

Huyendo a León

Al fin pasó el puente de diciembre. Me enferma, me hace tamblar, mi cabeza vuelve una y otra vez a 2008 y no para.
No puedo pasarlo en Madrid, desde aquel año, que nos quedamos en casa, intento escapar, a donde sea, lejos, este año, como lo pensé y organicé con poco tiempo, la escapada fue breve y relativamente cerca, a León.
Tengo que deciros que el destino lo elegí yo, sin consultar con nadie. Tenía muchas ganas de volver a ver la catedral, esta vez sin los andamios de la visita anterior.
El alojamiento para los cinco nunca es fácil, y menos con el tiempo justo. Quería un hotel en el centro peatonal, para poder ir andando a todos lados. Eso excluía el Parador de San Marcos, que es maravilloso, carísimo y que está a más de 2 km de la catedral.
El centro estuvo complicado. Al final encontré la Hospedería Monástica Pax, que está como a 500 metros de la plaza mayor. Tiene sólo 20 habitaciones, enormes y comodísimas, eso sí, ninguna comunicada con la contigua, así que hicimos habitación de chicas y habitación de chicos.
Salimos el jueves 8, sin prisa y llegamos a la hora de comer. Dejamos las maletas en el hotel y nos fuimos a picar algo. Mucha cecina, buen embutido, alubias y vino, todo "ligerito".
Yo estaba como loca por coger una visita guiada a la catedral, la conseguimos para las 4 de la tarde, fue estupenda. Hay pocas cosas que me gusten más que las grandes construcciones y la catedral de Leon es para quedarse a vivir.
A mi Hada le gustó, porque le servía para repasar lo que está estudiando. A mi Sol también le impresionó y mi Garbanzo, bueno, él se portó como un campeón durante la hora y media de explicación.
Salimos y nos fuimos a merendar, chocolate con churros, luego seguimos de visita caminando por la calle Ancha hasta la muralla.
Los chicos estaban cansados, así que cenamos en el hotel y nos retiramos pronto a dormir.
Al día siguiente, viernes, nos levantamos pronto, desayunamos y salimos en dirección a las Cuevas de Valporquero. Yo iba nerviosa, no había conseguido las entradas por internet porque la página no funcionaba y, al ser puente, no tenía claro el horario. Al final nos salió redondo, llegamos a las 11:15 y la visita larga de hora y media empezó a las 11:30. Nos encantó, a los chicos creo que mucho más que la catedral, la verdad es que son impresionantes.
Salimos y nos fuimos a comer y de ahí, de vuelta a Leon. Nos acercamos caminando al Parador, a ver la iglesia anexa y el museo, no tuvimos suerte y no pudimos ver la sillería del coro...
Cenamos y nos fuimos al hotel a jugar a los barcos todos juntos y revueltos.
El sábado teníamos prevista la vuelta, pero fuimos primero a Astorga. Vimos la catedral, el museo romano y un museo nuevo que abrieron en 2015, el museo del chocolate, que nos gustó mucho a todos, de una de sus paredes colgaba este cartel que me pareció muy instructivo.
De ahí nos fuimos al parador de Tordesillas a comer y luego, muy, muy despacito por culpa de una densísima niebla, de vuelta a casa.
Misión cumplida, tuvimos el domingo para descansar, poner lavadoras y terminar deberes, pero sobre todo para ser consicentes de que el puente había pasado y que se han cumplido ocho años del diagnóstico de mi Sol.
Hemos empezado con la revisión. El cardiólogo nos dio buenas noticias, no hay rastro alguno de que la quimiterapia haya causado daño, el día de la lotería, nosotros jugaremos nuestra ruleta particular. Le miro y le veo estupendo, pero el miedo no se va nunca. Nunca.
Un año más llega Navidad.
Ha pasado otro año.
Ha pasado otro maldito puente de diciembre.


4 comentarios:

Amaya Ascunce dijo...

Espero que todo siga igual de bien. Un beso

Irene, Umpa Lumpa & cía dijo...

Y que así sean muchos puentes de diciembre. Con un viaje y con todo en un recuerdo.

MATT dijo...

Ocho años ya y todo va bien, no sufras. Te entiendo perfectamente porque el miedo por los hijos es así.
Que pases muchos puentes de diciembre más así de buenos.
Un beso

Sara M. dijo...

Ánimo Lou, otro más para celebrar. ¿Cómo lo lleva él?