Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

miércoles, 25 de abril de 2012

Cuando te sientes como una cucaracha.

Así es como me siento algunos días, ¡y lo malo es que se me pasa! Y no debería pasárseme porque entonces sigo sin hacer “nada”.
Es muy probable que pueda acercarme a la presentación del libro “Héroes Sociales 2.0” el viernes a La Casa Encendida, aún tengo que “colocar” a los duendes y sus actividades extraescolares pero creo que voy por buen camino, a lo que iba, que me voy…
En el blog de Jòse (http://unoentrecienmil.blogspot.com.es/) hay un link muy interesante a todos aquellos que aparecerán en este libro. Para mí todos son, no héroes, sino súper héroes, pero quizás por lo cercano de algunas de sus actividades, unos me tocan más de cerca.
No voy a hablar de Guzmán, ni de Cristian Eslava, que los leo y los sigo, tampoco de “Cadena de favores”, que la conozco hace tiempo porque ayudaron a un buen amigo, hoy “el macarrón http://elmacarronsolidario.blogspot.com.es/ me ha tocado la patata” (para los que nunca vieron la serie “Los Serrano” esta expresión sobra).
¿Hay algo más fácil que cocer unos macarrones y repartirlos a quien no tiene qué comer?, no, ¿y cuanta gente lo hace?, nadie, cuatro gatos en Valencia…
Y yo lo pienso y lo pienso y no veo más que dificultades. Repartir macarrones cada domingo significa que tus actividades de domingo quedan reducidas a los macarrones (que no es poco), que si te vas de fin de semana, o tienes una boda o te vas de vacaciones, esa gente que depende de tus macarrones se queda sin comer. Mi contrario dice que se me han subido los macarrones a la cabeza, y razón no le falta.
Yo, nosotros, hacemos cosas, colaboramos con muchas instituciones, de forma continuada y algunos casos con implicación personal fuerte, pero me faltan los macarrones…
Quiero hacer macarrones, tengo que ver cómo pero necesito macarrones en mi vida.

1 comentario:

Gunillo dijo...

Sí, te doy la razón. Hay personas, entre las que me incluyo, que lo peor que pueden tener es comodidad. La comodidad nos aborrega, nos abotarga los sentidos, bajamos la guardia y miramos para otro lado.
La cucaracha tiene que picar para que haya una reacción.