Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

lunes, 15 de septiembre de 2025

La "pantalonera limitada"

 No se me ha ocurrido ningún título mejor para la entrada. Seguro que no entendéis el por qué, tendríais que leer "El color púrpura".

Mi cabeza no para, ni de día ni de noche, insisto en que no me encuentro bien, intento disimular todo lo que puedo, no quiero preocupar la nadie, mis padres están para poca broma, mi contrario tiene sus cosas, entre las que se encuentra sin duda la situación de mi Hada y mis hijos tienen que disfrutar la vida y atender sus estudios.

Y yo no encuentro mejor manera de parar la cabeza que no dejar quietas las manos, tengo que hacer cosas y, como tampoco soy un hacha para el bricolaje, cosa que me vendría muy bien, tiro por otras manualidades, costura o tejido. En cualquier caso son cosas sencillas porque quiero empezar y terminar y ver los resultados que en mi vida normal no veo.

Este verano me ha dado por tejer trapillo. Es barato, fácil de encontrar, no mancha y se recoge en un momento. Vi un tutorial en Instagram y me pareció fácil, compré unos cierres metálicos en Pontejos y empecé. Soy tremendamente chapucera, miro el tutorial, lo paro, voy para atrás y para adelante y el subir las vueltas no me sale, así que las hago a mi manera, que está mal pero el fallo se ve menos. Primero hice el bolso más grande, pesa demasiado porque es trapillo de algodón, lo usaré en casa para guardar otras labores, luego compré otro trapillo menos pesado en marrón para mí y otro en varios colores tornasolados en azul que eligió mi Hada. Me encanta hacer cosas con ella.

Fui perfeccionando la forma de colocar el cierre hasta conseguir formar un asa que lo haga más cómodo. Pero me quedaba trapillo de algodón pesado y seguí y seguí y seguí haciendo bolsos, pequeños, grandes, con asa de mano o para colgar. Sinceramente ni valen de mucho, son graciosos es o sí y quizás alguna vez los utilice, no estoy segura. Con lo último que me quedaba de trapillo blanco hice una cesta, para colocar los ganchillos, o mejor dicho para intentar colocar mi cabeza.

No me queda trapillo, algo tengo que hacer ahora, si mis manos paran mi cabeza no descansa y no puedo permitírmelo.

jueves, 11 de septiembre de 2025

Quiero una higuera

 Mi Pepito Grillo interior, ese que no me deja vivir, llevaba meses avisándome de que tenía que pasarme por aquí, pero me faltan las fuerzas.

Hacía mucho tiempo que no me encontraba tan mal, físicamente y anímicamente, que es peor, en mi caso siempre es peor lidiar con mi cabeza que con mi cuerpo.

El verano no ha sido bueno, ni malo, ha sido desesperante y raro. Conseguí alguno de mis pírricos objetivos, ir a Benidorm (5 días) pero con toda mi familia y también a la Costra Brava (7 días con toda mi familia y 7 más con el resto de la familia de mi contrario pero sin mi hija). Entre medias fuimos a Islandia, con parte de la familia de mi contrario pero sin mi hija.

Mi hija, mi mayor preocupación en estos momentos. Se graduó Cum Laude, volvió a Madrid, sus amigos de allí vinieron a pasar unos días y su novio también, el novio..., él y todo aquello le tiran para volver a Estados Unidos, pero ahí llega Trump y su política anti inmigración (de cualquier clase y condición), NADIE, pero nadie, le da trabajo a mi hija. Ella tiene un visado que le permite trabajar por un año hasta julio de 2026, pero con un plazo hasta este 10 de octubre para conseguir un empleo, de lo contrario quedaría en situación de ilegal allí.

Pasó un muy mal mes de julio y peor en agosto, haciendo entrevistas on line en docenas de sitios con idéntico resultado, ninguno, nadie quiere emplear recursos económicos ni de ninguna clase en un empleado para el que tendrá que presentar una solicitud a un SORTEO, sí, SORTEO, para ver si se puede quedar.

Llora cada día, se desespera cada día. Pensamos que sería mejor que se fuera para allá y así lo hizo, a vivir en un sótano oscuro en Brooklyn por el módico precio de 5000 USD por mes y medio, 40 metros para ella solita, cerca del metro, eso sí. Ahora sigue haciendo entrevistas a saco, telefónicas, on line y presenciales cada día, pero el resultado no cambia.

El dead line es una condena, ese día tendrá que volver a casa... o casarse. No quiero pensarlo. 

Eso es lo que me quita el sueño, pero literal, las ojeras me llegan a las rodillas, llevo con una conjuntivitis vírica en ambos ojos desde el 27 de julio, sí, leéis bien, ahora ya puedo abrirlos, especialmente el izquierdo, pero ha sido de asustar durante las tres primeras semanas.

De mis otros duendes no hablo porque, en este momento, no tengo más sueño que poder quitarme y porque ellos van rodando solos.

Pero yo estoy mal, pero mal, de verdad, de necesitar de nuevo medicación y no quiero. Mi hija por un lado, todas mis ilusiones que se van a la mierda porque veo que son sólo mías y que ni a mi contrario ni a mis hijos les interesan. Mi contrario que va a lo suyo, que desgraciadamente nunca coincide con lo mío. No le critico, no puede interesarte lo que no te interesa, pero es duro para mi.

Y como ya no puedo más, he decidido que tengo que buscarme una ilusión, la que sea, pero una que pueda llegar a conseguir yo sola, por mis propios medios, sin ayuda de ninguna clase de nadie y he encontrado esta, quiero una higuera, una higuera en un patio de una casa vieja en el pueblo de mis abuelos, una higuera que me devuelva a mis raíces. Creo que la he encontrado, sólo tiene un problema, la casa a la que pertenece el patio donde está mi higuera está que se cae a pedazos. Puedo comprar la casa pero no puedo reformarla, sólo puedo ir a ver mi higuera. Si os digo la verdad sólo necesito eso, una higuera. Tengo que ver como conseguirla.