Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

lunes, 25 de diciembre de 2023

Black Friday 2023

¡Qué desorden!, poner la entrada de Black Friday después de la del puente, mi cabeza hace aguas.

El año pasado no la hice, supongo que más por falta de tiempo que por falta de compras... Este año decidí ser "sensata", en la medida de lo posible, vamos, que ya nos conocemos.

Pensé racionalmente en algo que verdaderamente hiciera falta o mucha, mucha ilusión. Dejé a mi Garbanzo en el cole y me lancé al centro de compras, objetivo, zapatillas Adidas, Gazelle en gris para mi Sol y Hamburg gris y negra para mi Garbanzo. Pues ni unas ni las otras. Y además, sin descuento, compré unas Gazelle negras para Garbanzo y marino para mi Sol, además de unas Campus grises para mi Sol. Fracaso, Garbanzo no quiere zapatillas con la suela blanca y Sol seguía prefiriendo las Gazelle en gris y las Campus le parecían feísimas (os juro que si ponéis las Gazelle gris y las Campus gris una al lado de la otra, no sois capaces de encontrar 7 diferencias... sin comentarios).

El jueves por la noche me metí en Zara on line. Tenía en mente unas sudaderas para Garbanzo, que es un tío dificilísimo de vestir, entre que tiene unos gustos particularísimos y que es laaaaargo laaaaargo y flaco flaco, no os cuento. Pues eso, que añadí al carro un par de sudaderas, un chaleco negro para mi y... bueno, tenía ganas de un vestido rojo, pero no quedaba mi talla on line y tampoco era una prioridad.

Cuando salí de El Corte Inglés cargada con las zapatillas me fui a Zara, que, como siempre en Black Friday era la guerra. Como iba a tiro hecho agarré a una dependienta y le pedí que me dijera dónde encontrar el vestido, de la que iba a por él se me cruzó otro por el camino. En realidad uno es rojo y otro granate. Sin probar me trae a casa los dos. El rojo es muy bonito pero el tejido es poliéster y se pega demasiado, así que lo devolví. De momento me he quedado con el granate, el tejido de viscosa tiene bastante mejor caída, pero el color..., no se, no lo tengo nada, pero nada claro, quizás aún lo devuelva.  Las sudaderas fueron un fracaso absoluto, así que volvieron a Zara, pero el chaleco me lo he quedado. Aún no lo he estrenado pero me gusta.

Hasta ahí "lo que hacía ilusión", ahora vamos a lo que hacía falta: fundas nórdicas para mis hijos. No, no es que no tengan, es que han decidido que son demasiado infantiles, tanto coche de bomberos o monigotes..., pero, ay amiga, dificultad añadida. Las fundas nórdicas que se cierran con botones y que tienen la misma medida que el edredón no se pueden remeter por los pies de la cama y a mis hijos, que dan más vueltas que tiovivos se les deshace la cama y no les gustan. ¡Lo que pude recorrer buscando!. Buscaba una fundas que no se cierren por abajo y que sean al menos medio metro más largas que el edredón. Las hay, porque yo tengo un juego de Dalini que es así, también de Tolra y de Burrito Blanco. Pues en El Corte Inglés nada, en cada casa de ropa de cama (que lástima, cada vez hay menos), nada, en Zara menos, ni siquiera en Carrefour.

Fui al on line, a Burrito Blanco y las conseguí. Diseño neutro, ni infantil ni demasiado serio, bien, eso sí, tardaron 15 días en llegar, pero valió la pena.

Y hasta aquí mos compras de Black Friday, ¿y vosotros?'.





Puente de diciembre 2023

 Han pasado quince años, madre mía, quince ya. 

Para mi el puente de diciembre siempre significa lo mismo, miedo y angustia, ¿irracional?, pues no lo se, no puedo evitarlo.

Mis hijos se hacen mayores y tienen sus planes, no se por qué no suelen coincidir con los míos. Les propuse ir a Candanchú a esquiar. Hace un año que a mi Sol le dieron el alta de su operación de rodilla y quiere probar el esquí de nuevo. Otra vez el miedo, diferente, pero miedo. Reservé en el hotel de mis sueños allí, el Edelweiss pero finalmente no abrieron la estación y cancelamos.

El día 6 madrugué con idea de visitar el belén napolitano del palacio real, cuando llegamos (sólo mi contrario y yo, por supuesto) a las 10 resulta que como había cambio de guardia, ese día no abría hasta las 4..., San Ginés imposible para tomar chocolate, nos fuimos al belén de Sol y nos gustó, de ahí al de las Descalzas Reales que ... tampoco estaba abierto. Paseando por Gran Vía llegamos a Cibeles, a ver el belén. A las 12:30 de la mañana el gentío nos hizo volver a casa.

Así, como plan de última hora se nos ocurrió buscar alojamiento en Ávila, que está cerquita. Tuvimos suerte de que en el Hotel Palacio de los Velada quedaban habitaciones. Fui a Ávila hace unos cinco años a ver una representación de flamenco sobre Teresa de Jesús, pero sólo a eso, no visité nada más. Mi contrario tenía ganas de comer lechazo en Arévalo, así que reservamos para comer el día 7. Madre mía el agua que nos cayó ese día. Comimos estupendamente y de ahí pasamos por Velayos, que es un pueblo diminuto en el que nació el abuelo de mi contrario y, de paso, compramos legumbres. Llegamos a Ávila sin poder soltar los paraguas y así estuvo toda la tarde. Ya por la noche salimos a ver la muralla desde abajo y a pasear. No conseguí entradas para ver la torre del campanario de la catedral, estaban completamente agotadas. Nos levantamos sin prisa y, después de desayunar como si no hubiéramos comido en años, nos fuimos a recorrer la muralla por arriba y a visitar cuanta capilla quedaba dentro de la muralla. Llegamos a la puerta de la catedral a las 12:30 a hacer cola, porque yo les avisé de que sin ver la catedral no me iba. Entramos sobre la 1 y nos dispusimos a hacer la visita guiada con la audioguía. Mi Garbanzo, cuando vio que la duración de los audios estaba cerca de la hora y media me miró con desesperación. Me dio igual. Al final salimos de la visita a las 3:30. Me hubiera gustado seguir por los otros puntos de interés de fuera de la muralla pero estaban cerrados hasta las 5. Los chicos se rebelaron, "tenían mucho que estudiar". A las 5 estábamos en casa. Bien. El sábado fue tranquilo. Mi contrario me había comentado que tenía ganas de ver la representación de "La francesa Laura" que es una obra de teatro que estaba custodiada en la Biblioteca Nacional y que, recientemente, habían atribuido a Lope de Vega, el domingo, después de comer sacamos la entrada y nos fuimos a verla. Me gustó muchísimo.

Fin. Fin de otro puente de diciembre, pero no fin de mis miedos y mis taras mentales. Mañana día 26 de diciembre tenemos la revisión anual de mi Sol. Mi Sol que en este momento está durmiendo después de unos días de mucho estudiar y mucho salir por las noches, ya preparado para el fiestón de fin de año. Otro puente de diciembre pasado...


jueves, 16 de noviembre de 2023

Así pasen 30 años

 Treinta sólo, no, treinta y tres para ser exactos.

¿Vosotros tenéis relación con vuestros antiguos compañeros del colegio, no de la Universidad, que tampoco, salvo que te cases con uno como es mi caso, del colegio?.

Pues yo la verdad es que no, salvo contadísimas excepciones. Es verdad que al seguir viviendo en el mismo barrio en el que me crié y en el que está el colegio, muchos de mis compañeros siguen estando cerca y me los encuentro, en el súper, por la calle y, antes, cuando los duendes eran más pequeños, en el parque.

Pero no hay una relación de amistad con ellos, vamos a dejar aparte que a María la conocí en el cole con 11 años y ella sí es muy importante para mí y la veo constantemente. En realidad yo fui bastante feliz en ese colegio, nunca fui de las más populares ni fiesteras, era NERD y tenía como hora máxima de llegada a casa las 10 de la noche...

Pero sí que tenía un grupo con el que salía y en el que María no estaba. Ellos sí que "molaban", iban de discotecas, fumaban y ligaban. Yo como mucho iba de discoteca... hasta las 9:30 que luego me tenía que ir volando.

El caso es que no se ni como me metieron en un grupo de WhatsApp con varios de mis antiguos compañeros. Siempre estaban con la idea de quedar a cenar y nunca se conseguía. Con alguna de las chicas sí que había quedado a tomar café pero muy de tarde en tarde.

Bueno, pues consiguieron poner a todo el grupo de acuerdo para salir a cenar el 3 de noviembre. Uf, yo me había apuntado con idea de que no saldría, como siempre, pero no pude encontrar excusa. Si os digo la verdad no me apetecía nada, hacía treinta y tres años que no veía a alguno de ellos y, sinceramente, si en tanto tiempo no los había echado en falta es, porque no me hacen falta. Pero fui.

Oye, y lo pasé fenomenal, ellos están todos calvos y nosotras todas más gordas y pasotas, hablamos de hijos, los hay con y sin, de parejas y exparejas y de trabajo o paro. Hicimos risas recordando a algún profe y sus motes y yo me quedé con la sensación de que al final, todos habíamos encontrado nuestro lugar, sin tener que "aparentar". Me gustó.

No creo que repitiera todos los meses, pero estoy dispuesta a ser yo la que organice la próxima que, si dejamos otros treinta años...

miércoles, 8 de noviembre de 2023

Cuidarse

Palabra de moda donde las haya. 

Nos bombardean con que nos cuidemos, sobre todo por fuera, para qué nos vamos a engañar, somos una sociedad de apariencias...

Además, como "lo de dentro" no se ve, para qué vamos a preocuparnos, y vamos a dejar las tonterías de Mr Wonderful aparte que me enciendo...

Yo intento cuidarme, por fuera y por dentro. En los últimos diez años mi mejoría interior es inversamente proporcional a la exterior. "Y ¿qué quieres si cada vez eres mas vieja?" (eso dice mi contrario, con la misma razón que falta de tacto). Es un hecho, llevo muy mal ver el avance de los años en mi y, sobre todo, no poder hacer nada para revertir el paso del tiempo.

Pero me cuido, por supuesto. hace ya mucho que dejé las dietas, total, para el resultado que me daban..., eso no quiere decir que coma todo lo que me da la gana, por supuesto que no, pero ahora ya soy capaz de comer sin culpa, o con menos culpa. 

Dejé el "cardio", era entretenido pero mi ginecólogo lleva años insistiendo en los ejercicios de fuerza para no perder masa muscular. Por mi parte me apunté a pilates y me gusta, peeeeeero, y ahí es donde entran mis duendes mayores, ¡soy chulita de gimnasio!. 

Ahí me tenéis, con ellos, con mi Sol al menos cuatro días a la semana y con mi Hada, cuando está en casa, lo mismo. Y hago pesas, press de banca, y una rutina variada de "push, pull y legs" como ellos dicen.

Poco a poco voy subiendo el peso y acentuando el esfuerzo, sin pasarme, que tampoco estoy para romperme. Me da mucha risa el gimnasio porque la fauna es muy variada. Por la mañana hay mucha gente de edad avanzada con una disciplina admirable y también forzudos y forzudas de esos que no paran de hacer posturitas mirándose al espejo. Con esos estoy fascinada.... Pero ahí voy yo, hago mi rutina con el duende que toque y me vuelvo contenta a casa.

Contenta estaba hasta que caí en que mi "outfit" está fuera demodé (os dejo foto para que lo veáis). Yo lo que necesito es una de esas mallas que se meten por el culo y que te hacen los cachetes como dos calabazas, bueno eso y un top a juego que me haga las tetas mas grandes, es que sino, no veo la manera de mejorar... mi Sol se parte de risa conmigo y mi hija, que es más vergonzosa me mira con cara de "no te atreverás...". No se, no se.

Pues ahí estaba yo pensando en mis mancuernas cuando tocó ponerse seria. Justo al irme de vacaciones, empezó a picarme una parte del escote, parecía una quemadura del sol, pero ¡no me había dado el sol!. El picor se pasó pero me quedó una mancha de dos colores que no me caía nada bien. Pedí hora en el dermatólogo y..., no parece que sea "mala", lo sabré en quince días, pero "buena", tampoco, así que tenía que ir fuera. Me dieron dos opciones, hacer una biopsia con una muestra pequeña y sólo un punto, a la espera del resultado o quitarla entera. ¡A la mierda, todo fuera!. Si os fijáis en la foto del outfit se ve la mancha entre el colgante... y no parecía tan grande pero sí. Ocho puntos, tres por dentro y cinco por fuera, pero ya está, aún llevo los puntos y, aunque relativamente tranquila porque el médico no cree que haya que hacer nada más, un poquito de come-come sí que tengo, ya os contaré.

Mientras tanto me sirve de excusa para flojear un poco con el push y el pull que una ya no está para estros trotes.


viernes, 8 de septiembre de 2023

A Tanzania por mi cumpleaños


 Llevo días, semanas, intentando pasarme por aquí. ¿Quien roba las horas de mis días?, no lo se, pero no me llegan.

He tenido un verano de lo más completo. Empecé con vacaciones, la última semana de julio. Os cuento el plan. 

La otra abuela de mis hijos es tremendamente activa, decidida y viajera. Viajar es su mejor regalo e intenta compartirlo con su familia. Ya os conté que por su 75 cumpleaños invitó a toda su familia a un crucero por los fiordos. de eso hace cinco años, pero, su primera idea era un safari en África, que no pudo hacerse porque los primos de mis hijos eran demasiado pequeños.

Por eso, en cuanto cumplió 79 el año pasado, empezó a planificar el viaje de sus 80 años. Ni que decir tiene que poner de acuerdo a tres familias con fechas e itinerarios no es fácil. Las fechas al final fueron un poco más fáciles, después del colegio y de los viajes de idiomas de los nietos y antes de que en agosto cada uno hiciera sus planes, el destino ya fue otro cantar.

Nosotros no pusimos ningún problema a la opción del safari, pero a algunos no les parecía buena idea. Pero ella decide, es así, no da su brazo a torcer por nada ni por nadie, nunca, el destino era Tanzania, el que quisiera venir estaba invitado...

Pues salimos el 24 de julio destino Kilimanjaro, el trayecto es laaaaargo por los enlaces de aviones, en fin. Llegamos a Arusha el 25 y dormimos alli para, al día siguiente salir rumbo al parque de Taranguire. Del hotel "europeo" de la ciudad pasamos a un lodge precioso con cabañas a la orilla de un lago donde las cebras venían a beber a la orilla.

El parque nos encantó, vimos leones, cebras, elefantes, jirafas... De allí salimos atravesando el Ngorongoro hasta llegar a Serengueti, el trayecto es agotados, 6 horas para un trayecto de menos de 400km por caminos de tierra, pero mereció la pena. Los dos días siguientes recorrimos varias zonas del parque, conseguimos ver hasta al leopardo...

El último día, desde allí deshicimos parte del camino para llegar al cráter del Ngorongoro donde la acumulación de animales es difícil de imaginar, un espectáculo maravilloso, tuvimos suerte y pudimos ver al rinoceronte.

Volvimos a Arusha a pasar el día para embarcar por la noche de vuelta a Nairobi, el retraso era de cuatro horas. Llegamos a coger el enlace para Doha, pero perdimos el enlace a Madrid por lo que la salida se retrasó 16 horas... Bueno, era la oportunidad


de visitar Doha.

Madre mía, me faltaba el aire por el calor, tened en cuenta que íbamos con pantalón largo y manga larga porque en Arusha la temperatura rondaba los 20 grados. En Doha, a las 7 de la mañana la temperatura era ya de 43 para subir hasta los 48 a mediodía. Me alegro de haber tenido la opción de visitar Doha, así ya no tengo que volver...

Como resumen del viaje, además de recomendarlo sin duda, me quedo con muchas reflexiones. Tanzania es un país pobrísimo, pero somos capaces de ir allí de turistas y alojarnos en hoteles que parecen sacados de lugar europeo sin pararnos a pensar qué sentirá la gente que vive y trabaja allí cuando nos vea, felices y despreocupados cuando ellos no tienen ni agua corriente.

Cuando llegas a Doha, si sólo miras a la gente, te encuentras en otro siglo, ellos con esas túnicas blancas hasta los pies y con la cabeza cubierta con el típico pañuelo y ellas, de negro, apenas se les ven los ojos y caminando por detrás, eso sí, con bolsos de marca al hombro y la última tecnología en las manos, anacrónico.

Y como guinda del pastel os cuento que celebré mi cumpleaños allí. Me prepararon una preciosa tarta y todos los camareros del hotel salieron a cantar y bailar, junto con el resto de huéspedes, para felicitarme, fue muy bonito.

Os dejo algunas fotos, entre ellas, la del último atardecer de mis 50 años. Maravilloso.



martes, 20 de junio de 2023

En rebeldía

 No tengo alma de rebelde.

Si alguna vez la tuve, no lo recuerdo, siempre he hecho "lo que había que hacer", sin dar que hablar y sin dar disgustos ni quebraderos de cabeza en casa. Ya os conté en una entrada anterior que muchas veces me arrepiento de ello, pero no hay marcha atrás.

Cuando era jovencita, empezaron a ponerse de moda los segundos (y terceros) agujeros en las orejas, de los de otras partes del cuerpo no hablaré porque no les encuentro ninguna gracia, a los de las orejas sí.

Empecé a darle vueltas a hacerme otro agujero hace treinta años, ¡treinta!. Supongo que se lo comenté a mi madre y me respondería lo de siempre, "anda hija, deja de decir tonterías". 

Por supuesto que no me lo hice, pero siempre fue algo en lo que seguí pensando. Me fijo mucho en los agujeros de las orejas de la gente, eso me sirvió para decidir que lo adecuado, para mí, era sólo otro más y sólo en una de las orejas. Pero ahí quedó la cosa.

La navidad pasada, en aquella escapada familiar de la que os hablé en la entrada "Navidad 2022", me fijé en que uno de los primos de mis hijos (12 años), llevaba un pendiente nuevo. No pude evitar admirarlo, me gustó y me dijo que se lo había pensado mucho antes de hacérselo, ¡había pasado tooooooda una tarde dándole vueltas al tema!.

Cuando le dije que yo llevaba 30 años no se lo podía creer. Tampoco es algo tan, tan importante. Ahí quedó la cosa.

Me decidí, decidí que lo haría, no sabía cuando. Primero pensé en esperar a que volviera mi Hada por Navidad y hacérmelo con ella, pero ella no lo quiere, así que lo dejé. Pero no se iba de mi cabeza. Cuando operaron a mi madre, en el hospital, pasaban continuamente a requerir donaciones para el banco de sangre. 

Me enteré en Navidad, cuando repetía visitas con mi padre a urgencias, día sí, día no, de que, después de una prueba médica invasiva, una colonoscopia, por ejemplo, hay que esperar 4 meses para donar. Esos 4 meses en mi caso se cumplían el 8 de febrero, así que ese día fui a donar.

En las preguntas que respondes en el cuestionario previo, presté más atención al tema de los tatuajes y los piercings y pregunté por el segundo agujero de la oreja. Efectivamente, después de hacerlo hay que esperar 4 meses para donar. Fue el cohete en el culo que me faltaba. Doné, mi madre salió del hospital, la llevé a casa y cuando fui a la farmacia a por sus medicinas me lo hice.

Mira que marqué con un boli el sitio donde lo quería, pero me pareció que estaba demasiado lejos del anterior y lo acerqué, error, está un poco demasiado cerca, pero está. Ahí esta treinta años después mi segundo agujero.

Mis padres mi miraron con ojos de "esta chica necesita descansar", mi contrario lo miró y no dijo nada (debió pensar que para qué) y a mis hijos sinceramente les dio igual.

A mis amigas les gustó.

Pero lo mejor es que a mí me gustó.

El día 8 de junio de cumplieron los 4 meses para poder donar, esta tarde toca, iré contenta con mi segundo agujero en la oreja a donar sangre como hago tres veces al año.

De los tatuajes ya si eso, hablamos otro día

lunes, 15 de mayo de 2023

Reparar

 Casi nada hoy en día se repara. Se tira y se cambia por algo nuevo. En general eso aplica para casi cualquier cosa que no sea un coche, una vivienda o un gran electrodoméstico (y en este último caso tengo mis dudas).

Tampoco se tiende a reparar las relaciones, las de amistad, las de compañerismo, las de pareja... Supone un esfuerzo, lo se, soy consciente de ello y a veces ese esfuerzo no merece la pena, o creemos que no la merece.

Yo sufro de apego enfermizo, es igual de irracional que lo contrario, pero estas son mis cosas. A mí me gustan mis cosas, me gusta que duren, me gusta verlas y disfrutarlas.

Cuando me iba a casar, en mi primera casa, mi madre y yo hicimos todas las cortinas. Todas de lino grueso de color blanco roto, unas con vainicas, otras sin..., de eso hace 24 años. 

Cuando cambiamos de casa hubo que adaptarlas a las nuevas ventanas y se pudo. Pero los años y el sol sobre todo, se comen los tejidos. Las de mi cuarto son las últimas que quedan, habíamos adaptado una caída del antiguo salón para completar el hueco de mi ventana. Se caen a trozos. Cada vez que las lavo sale un nuevo agujerito, o, a nada que las coges con fuerza, se rompen, y yo no quiero cambiarlas.

¿Poner parches es buena idea?, pues no lo se, pero de momento y para mis cortinas me vale. Yo encuentro que les dan carácter.




jueves, 27 de abril de 2023

Tempus fugit

 El tiempo vuela, a la velocidad de la luz.

Es una realidad, te comes el turrón y te empiezas a preparar para el verano. Todo es un corre corre, al menos para mí y creo que es por mi forma de entender, o más bien de no entender, la vida.

Ahora sigo madrugando, pero mis quehaceres son mucho más amables de lo que solían ser cuando "trabajaba", pero yo sigo corriendo y agobiándome. Y cuando me paro me angustio, porque me doy cuenta de como corre la vida, de como se pasa, de como voy caducando. 

No, no es una forma de hablar. No me gusta el efecto que el paso del tiempo tiene en mi, ni en mi físico ni en mi cabeza.

Me caigo, me descuelgo, todas mis chichas sufren el efecto de la gravedad y del paso de los años. Mi cabeza también, veo que la vida evoluciona mucho más deprisa de lo que ayer me gustaría. Ayer mismo, entré a una tienda de Zara y al ir a los probadores me daba la impresión de que entraba en un laboratorio cósmico..., no me gusta. 

Veis, en eso también se ve que me hago vieja, vieja sí, nada de eufemismos de "mayor", "madura" o "interesante", vieja y punto. Porque no termino de ver la ventaja de muchos de esos supuestos "avances" y mucho me temo que no van a parar por más que a mí no me gusten.

No quiero hacerme vieja, claro, que la otra opción es peor..., pero no quiero. Y mi cabeza se rebela contra un cuerpo que a veces no me responde de la manera ni con la rapidez que solía, pero del que no me puedo quejar, bueno, puedo pero no debo.

Yo me hago vieja y mis hijos mayores. ¿Estoy preparada para ser "la suegra"?, ¡ni de coña!. ¿Y como lo hago?, porque antes o después va a pasar y no quiero.

¿Si me meto a un convento de clausura superaré esta crisis?, no os riáis que me lo estoy planteando seriamente.

martes, 18 de abril de 2023

Él no quiere...

 He tenido que mirar la fecha de la última vez que publiqué en la etiqueta maldita, 15 de diciembre de 2018. Hace mucho tiempo, por suerte.

Y me cuesta, una barbaridad volver a escribir aquí, pero quiero hacerlo.

Mi Sol brilla con fuerza, con muchísima fuerza, mi miedo agazapado sale a la luz cada dos por tres, el pánico me paraliza como si estuviéramos hace catorce años, creo que nunca lo superaré y aunque hago avances, no se si realmente estoy aprendiendo a vivir con ello.

Me enrollo y no quiero. A lo que iba. Mi Sol brilla, en todos los aspectos de su vida, en el académico es más que posible que tenga una beca de excelencia para empezar su carrera, en el deportivo vive feliz en su equipo de baloncesto de toda la vida que está a tope este año y que en unos días jugará la gran final de un campeonato nacional. Él es, en Madrid, de los máximos anotadores de triples... vale, ya lo dejo. A nivel personal no puede ser más maravilloso, me da pudor decir que, con mucha frecuencia, sus profesores e incluso la dirección de su colegio nos felicitan por su saber estar.

Vale, ya he presumido bastante y no era esto lo que quería contar. Resulta que hace unos meses le propusieron participar en un evento para recaudar fondos para la "aceleradora de Uno entre Cien mil" para el Hospital de La Paz. Refunfuñando accedió, un par de fotos, unas palabras de ánimo para los que están en la lucha y ya. Pasó un mal rato.

La semana pasada, a cuenta de esa final que os mencionaba, no se como el periodista que hará la crónica lo relacionó con el tema de la aceleradora. Como aún es menor de edad (le quedan 12 días) nos llamó a nosotros. La idea era hacer un reportaje sobre superación y de cómo se puede llegar a una final deportiva y ser un buen estudiante. 

Mira que no suele quejarse, pero esta vez se negó en redondo, no quiere hablar del tema, no quiere ser protagonista por este tema, no quiere "recordar" cosas de las que no se acuerda pero de las que ahora es consciente de la gravedad. No quiere.

Y yo le entiendo, por un lado se que a algunos padres y a los que estén en la lucha les animaría pero, no quiero que pase un mal rato. No hay posible discusión en ese tema. Pero el chico es listo (¿os lo había dicho ya?) y se le ocurrió que podría hablar de su lesión de rodilla, que fue muy seria, y de cómo los meses de rehabilitación y el esfuerzo habían dado sus frutos. 

No sabemos en qué quedará la cosa, si se hará así o buscaran otra opción. 

De una u otra manera, el cáncer sigue condicionando su vida y mucho, en las cosas más absurdas. Por poner un ejemplo, tuvo que descartar salir a estudiar a EE.UU como su hermana porque, aún con beca deportiva y de estudios, NINGUNA compañía de seguros, NINGUNA, le aseguraba allí. Tampoco la que tenemos aquí y de la que no podemos salirnos ni cambiar, se hace cargo de nada en el extranjero salvo de traerle a España si fuese necesario (y posible). Esa es nuestra realidad.

Pero hay más. Prepara su viaje de Interrail para este verano, no os podéis hacer una idea de mi ansiedad y pánico con ese tema, pero hay que dejarle, tiene que ser así.

Y así seguimos...

jueves, 16 de marzo de 2023

Aniversario múltiple

 El 13 de marzo de 2008 empecé a regar este huerto, ese día se cumplían 15 años desde que la muerte me dio la primera bofetada seria. Este 13 de marzo de han cumplido 30 años desde que A se fue.

No me gusta el 13 de marzo, no puedo olvidar a A, ¿Cómo sería hoy a sus 80 años?. No tengo respuesta y las preguntas sin respuesta me ponen nerviosa.

El lunes fue un día regular. Digamos que tengo incidentes domésticos comunes que van camino de convertirse en considerables por la falta de profesionalidad de ciertos "reparadores". Voy a dejarlo ahí que me enciendo.

También tenía una cita por un inmueble que estoy llevando y, después de desplazarme hasta el lugar y llamar al interesado me dice que no va a ir y que "me llamó pero no contesté el teléfono". ¡Y una mierda me llamaste!.

Odio la falta de palabra, como podéis imaginar estoy encabronada frecuentemente por este tema.

Pero hubo cosas buenas, la mejor de las no relacionadas con mi familia, que es lo que de verdad importa es que tuve la sentencia del juicio contra mi antiguo empleador. GANÉ.

A pesar de que, para mí y para cualquiera que tuviera una media idea de lo que fue el caso era obvio que tenía que ganar, el abogado siempre me dice que las obviedades son de cada uno y es como el sentido común, que es el menos común de los sentidos.

Sigo esperando, imagino que no perderán la oportunidad de seguir dando por culo y recurrirán. Sólo puedo esperar. Ya os contaré.

Y aquí sigo, comiendo más de lo que debo pero moviéndome mucho más de lo que solía, eso es bueno. Este fin de semana celebramos San Pepe, San Padre y el cumpleaños de mi contrario. Loca estoy buscando una tarta de hojaldre, nata y fresas sin ningún otro ingrediente, mira que es difícil el amigo...

Y ya, que intentaré seguir por aquí porque me da la vida y que si a alguna os saco, aunque sea una sonrisilla de medio lado, yo me quedo feliz.

See you soon.

viernes, 17 de febrero de 2023

"La Colonia..."

 Dieciocho años sin ti, Pepa.

¿Sabéis eso de que las personas mayores siempre cuentan historias?, y ¿eso que a menudo piensan de que cualquier tiempo pasado fue mejor?. Pues mi Pepa cumplía ambos.

Mi Pepa siempre hablaba de "la colonia". Ella tenía poco más de quince años y aquello debía ser el paraíso. Casitas bajas o de una planta, todo nuevo, con gente conocida, un paraíso. Y ella se iba a bailar, y su padre se quedaba dormido sentado esperándola y ella llegaba tarde y se cuidaba muy mucho de hacer ruido. Se acostaba y cuando su padre se despertaba sobresaltado e iba a su cuarto la encontraba ya dormida y encima ella, con todo su morro, le echaba en cara que siempre estaba dormido "cuando ella  llegaba a su hora".

Tremenda mi abuela.

En la colonia conoció al que sería mi abuelo, ese gran desconocido para mi. Hablaba sin parar de la colonia y de que ella y sus tres hermanos tenían conejos, cuánto se acordarían durante la guerra de aquel pan duro que antes daban de comer a los conejos...

Había en la colonia un club social que era donde iban a bailar, ¿idílico, no?, todo gente conocida en un espacio seguro y controlado.

Todo eso era lo que yo, hasta la semana pasada, sabía de la colonia.

Operaron a mi madre, todo salió de la mejor manera posible pero las horas de quirófano se nos hicieron laaaaaargas. Allí, mi padre y yo, esperando que el cirujano llamara, intentando no pensar y charlando de todo un poco y de nada en concreto. Y le pregunté qué sabía él de la colonia y resultó que sabía mucho.

Esa colonia era la Colonia Popular Madrileña que se construyó a primeros de los años 30 del siglo pasado en la carretera de Andalucía y mi padre tenía el folleto oficial que es de donde salen las fotos de este post.

Tenía lo que cualquiera podría soñar, conducción de aguas, alcantarillado, pavimentación, arbolado y ¡luz eléctrica!. Había dos tipos de hoteles (casitas), los de tipo A "con siete metros de fachada y fondo y doce metros de medianerías, teniendo una superficie de noventa metros y cincuenta decímetros cuadrados", "quedando por el frente una zona de dos metros cincuenta centímetros por siete metros cincuenta centímetros, destinado a pequeño jardín". Debía ser ahí donde estaban los conejos. Aunque quizás estuvieran en el patio trasero que era de la misma medida, ¡ojalá pudiera preguntarle!. Los hoteles de tipo B eran muy parecidos, en ambos casos la casa tenía dos plantas.

Para su adquisición se pagaba una cuota fija que no podía superar las ochenta y cinco pesetas mensuales durante treinta años.

Allí vivía feliz mi abuela y allí conoció al que sería mi abuelo. Gracias a este folleto me enteré de que el padre de mi abuelo se llamaba Santiago y que era Sereno en la colonia, en la última foto que adjunto se le ve en la parte derecha, con su uniforme. Con su letra ilegible mi abuela escribió el nombre del que era su suegro, lo he recortado...

De allí salieron en guerra, sin nada, a su padre lo fusilaron y a su madre le dio un infarto al saberlo. Sus dos hermanos más pequeños estaban en el norte con alguien de la familia de mi abuela, sólo ella y su hermano Manolo supieron del hambre y la penuria de Madrid.

Al acabar la guerra fueron a los restos de lo que había sido su casa, según ella, la cocina debía haber sido un polvorín porque había restos de balas. Allí estaba aún esa tetera que yo guardo y uso con tanto amor. Fue lo único que de allí sacaron. Ella tenía 21 años, su hermano siguiente 19, no tenían papeles, no supieron como demostrar que aquello era suyo, todo lo perdieron, lo único que no pudieron quitarle a mi abuela fueron los recuerdos felices de aquellos días.

Pienso tanto en mis abuelos... Los que aún los tengáis, no desperdiciéis ni un segundo a su lado, son un tesoro.



viernes, 27 de enero de 2023

¿Shakira o Miley?

 El ser humano es como es, por mucho que lo intentemos no podemos dejar de ser pasionales, vengativos, rencorosos, soberbios, no podemos dejar de ser humanos.

Y nos manifestamos, cada uno con las herramientas que tenemos a mano. Es evidente que un enfado mío se quedará en tres gritos o tres semanas cabreada, sin que nadie, o muy poca gente, se entere. Es posible incluso que el destinatario de mi enfado ni se de por aludido.

Pero, ay amiga, cuando eres un personaje público, un gran artista en estos dos casos, capaces de convertir tu despecho en royalties, la cosa cambia.

Vivía yo feliz en mi ignorancia cuando, en una de las asiduas visitas a urgencias, en una pantalla sin sonido pero con subtítulos "me enteré" del huracán Shakira. Tuve que esperar a llegar a casa para oír su temazo. Porque sí, señores, a mi me parece un temazo. ¿Hubiera hecho yo algo así de haber tenido la opción?, no lo creo. Sus canciones anteriores, "Te felicito" y "Monotonía" ya deban pistas, y aunque musicalmente me gustan menos, creo que son más "elegantes". Entiendo que se cansó de ser elegante.

¿Hay que ser elegante para mandar a la mierda a quien te ha puesto los cuernos?, pues yo creo que sí y en cualquier caso "si un tipo como él" se lo merece, a la suegra yo la dejaría aparte. No te digo nada de la tercera en discordia, en este caso una niña a la que nadie conoce a nivel mundial y a la que has hecho mundialmente "famosilla". Está también el tema de los niños. Malo que todo haya ocurrido como ha ocurrido, malo porque el que tiró la piedra fue el otro y malo porque los pones en una situación donde pueden hacerles mil comentarios que no les van a beneficiar en absoluto.

En cuanto a Ferraris y Twingos, lo importante es que caminen y tengan gasolina. No me parece "cosificar" a la tercera en discordia, es una comparación que da juego en la canción, nada más.

Pues así estaba yo, oyendo en bucle la canción, que como os digo, me gusta, cuando llegó Miley y sus flores. Otro temazo, lo mires por donde lo mires. Mucho más sutil, pero dejando las cosas claritas. Es cierto, ella puede comprarse flores o ir a bailar pero, ¿no le haría más ilusión que alguien se las regalase?. Ojo, que entiendo todo el mensaje de autoafirmación y lo comparto, es una mujer fuerte que puede valerse por sí misma pero, ¿es que acaso quienes somos felices cuando alguien nos regala flores o nos lleva a bailar no nos valemos por nosotras mismas?. Yo creo que sí. Me gusta hablar con mi contrario, aunque sé que hay muchas cosas que no entiende de mi manera de pensar y que no comparte, pero, llámame rara, no me veo discutiendo con mi voz interior en una conversación conmigo misma. Y de la discrepancia se aprende y se evoluciona. Yo puedo amarme a mí misma, pero soy infinitamente más feliz regalando mi amor a otros.

Así que ahora escucho en bucle las dos. Confío en que ambas canciones les estén ayudando a sanar sus heridas y que salgan mucho más fuertes de todo esto y que no dejen de regalarnos canciones, de lo que sea.

domingo, 15 de enero de 2023

Navidad 2022

Intensa, demasiado intensa, así podría resumir mi Navidad de este año.

He visitado más médicos y hospitales que mercadillos navideños o belenes. Uf.

Después de que llegara mi Hada hicimos una escapada rápida con toda la familia de mi contrario a un sitio que os recomiendo; el Castillo de Grisel. Estupendo y muy diferente. Como os digo fue un visto y no visto, nos fuimos el 20 por la tarde y volvimos el 22 temprano porque yo a la una tenía colonoscopia con mi madre.

De sus múltiples revisiones salió que tiene un mucocele en el apéndice y que hay que operar, la colonoscopia era para ver si se puede hacer por laparoscopia, el próximo martes lo sabremos...

Pero como la vida no para llegó Nochebuena y yo, aunque agotada, sigo siendo muy feliz de preparar todo. Estrené el primero de los manteles navideños que compré en las rebajas del año pasado, puse una mesa preciosa y no me partí demasiado la cabeza con el menú, sopa de pescado con la receta de la abuela y lombarda con manzana, pasas y piñones a elegir (o no) de primero. De segundo cambié la pularda de otros años por secreto ibérico relleno de mango y piñones y lo hice al horno, salió rico. Hice por supuesto, compota de Navidad que a los abuelos les encanta. A la mesa, los de siempre, nosotros cinco y los santos padres, los míos.

Tener a mi hija en casa es otro rollo, salgo, voy de tiendas, veo pelis o series que al personal masculino no les interesa. Todo es bien.

El día 30 estaba haciendo la cena para el 31 cuando llamó mi madre. Mi padre había llamado que se había caído en El Corte Inglés y se lo llevaba el SAMUR al hospital. Había quedado con un amigo a desayunar, lo hace cada semana y ese día, no sé ni como, en las escaleras mecánicas él se desequilibró y arrastró a su amigo.

Corrí a recoger a mi madre y de ahí al hospital. Nos tranquilizó cuando llegamos y les vimos a los dos en sus sillas de ruedas, pero bien, al menos aparentemente. Mi padre tenía una herida abierta en la pierna y como está anticoagulado no paraba de sangrar, necesitó puntos. Pero además tenía un golpe fuerte en el costado. Su amigo no tenía herida pero sí golpes por todo el cuerpo.

La recuperación está siendo lenta y dolorosa, luego sigo con el tema.

Terminé la noche del 30 con la cena del 31. Este año éramos once a la mesa, nosotros cinco, los santos padres, la otra abuela de mis hijos (hasta ahí como siempre) y este año se unió la hermana de mi contrario y su familia. A mi me gusta el bochinche, y lo disfruto, y además fue la excusa perfecta para estrenar el otro mantel navideño de las rebajas del año pasado. Lo pasamos bien. El menú, el de siempre, sopa de cebolla, patatas a la importancia (teníamos dos vegetarianos a la mesa y eso venía bien a todo el mundo), y de postre, el tronco de Navidad lo compré, no me quedaba fuerza...

Este año mis dos duendes mayores salieron, mi Hada a una fiesta y mi Sol a casa de un amigo, así que me acosté a las 3 y a las 6:30 llamó mi hijo para que fuera a buscarle (se fue sin abrigo, indocumentado y sin abono transpoerte...) de la vuelta recogimos a mi Hada.

Volví a la cama a las 8 hasta las 12...

Ahí se acaba mi trabajo de cocina. El día 5 hice mi tradicional merienda de roscón con chocolate para 16, el trabajo es mínimo, calentar el chocolate, poner la mesa y comprar los roscones y de eso, este año se encargó mi contrario.

El día de Reyes es el cumpleaños de mi madre y comimos en su casa. Ellos estaban agotados, además mi madre lleva constipada desde antes del puente de diciembre y empezó con tos y bronq
uitis.

Así que el día 7 volvimos a urgencias y más médicos a curas de la pierna de mi padre y revisiones de mi madre y este jueves más de lo mismo, a urgencias otra vez por orden del médico de cabecera.

Van despacito pero van mejor y yo tengo que aprender a relativizar o esto me va a pasar factura, de mi contractura ya si eso, hablamos otro día.

Ayer se fue mi Hada, cada día la echo más de menos.

Puente de diciembre 2022

 Nos fuimos.

Los mayores malos con COVID, pero sin más molestia que la falta de gusto y olfato. A mitad de puente yo ya di negativo, mi contrario un par de días después.

Fue una escapada exprés, mis hijos no tenían ninguna gana, pero yo me empeñé. Hace tiempo que tenía ganas de ir a Córdoba, echando cuentas hacía 41 años que no iba.

Nos fuimos el lunes y nos llovío todo lo que no había llovido en todo en año. Paseamos por Cordoba y comimos en los restaurantes más renombrados. El martes por la mañana tenía reservada la visita a la Mezquita y al barrio de la judería, maravillosos ambos. Después de comer tocó hacer "reposo obligado" para ver el bendito partido de futbol de España en el mundial...

Más paseo y menos lluvia. El miércoles, ya de vuelta fuimos a Medina Azahara, que no lo teníamos previsto pero que nos encantó. De ahí, derechitos para casa y todos contentos, mamá porque había escapado de Madrid y los chicos porque habían visto el fútbol y volvían con un día para estudiar y hacer deberes.

Contaba los días hasta el 19 que fue cuando llegó mi Hada. Es difícil explicar cuánto la echo de menos, mucho, muchísimo. No es que con el resto de la familia "no esté entretenida", pero no es igual, ni mucho menos.

Y llegó el día, y llegó mi Hada y llegaron una vacaciones de Navidad en las que, sinceramente, me gustaría haberme aburrido un poquito más.