Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

viernes, 31 de enero de 2025

Viaje con nosotros

 El puente de diciembre de 2008 fue el último que pasé en Madrid, ahí empezó nuestra pesadilla y desde entonces no puedo quedarme en Madrid esos días, ya os lo he dicho otras veces.

El caso es que este año, con lo de la mononucleosis de mi Sol no tuve fuerza, ni ánimo, ni tiempo para planear ninguna escapada, pero tenía claro que aquí no me quedaba. El miércoles 4, después de cenar nos pusimos a buscar. Como podéis imaginar, para cuatro y a última hora las opciones se reducen. 

Pensamos en Soria, que yo no lo conozco, pero no fue posible, Ciudad Rodrigo, lo mismo. Las opciones se quedaron en dos, Burgos, que a mí siempre me parece una opción maravillosa y Salamanca. Mis duendes dijeron que Burgos no les apetecía, así que el destino fue Salamanca. 

Debía hacer 40 años que no iba por allí. Reservé desde aquí las entradas para ver la catedral, pero nada más, bueno sí, el hotel, en la misma puerta de la catedral, estupendo. Salimos el día 6 sin prisa, llegamos a la hora de comer y nos encontramos con que todo estaba a rebosar de gente. Comimos tarde, visitamos un museo del automóvil que nos gustó mucho y paseamos sin rumbo fijo. Entramos también en la universidad antigua y nuestro intento de ver el huerto de Calixto y Melibea fue en vano, había miles de personas haciendo cola.

El sábado visitamos la catedral, la nueva, la vieja y las torres, también las torres de la universidad pontificia y ya por la tarde la misma universidad. Fue un día súper agradable. Las noches las disfrutamos cenando en la plaza mayor con su enorme árbol de Navidad y sus luces y ya, el domingo 8, después de desayunar, nos volvimos a casa. 

Lo pasamos muy bien, estos viajes cortos de turismo cultural nos encantan a todos.

Tanto así, que, como echamos mucho de menos a mi Hada, que sigue en Trumplandia (madredelamorhermoso) pensamos en hacer una escapada cuando ella volviera para vacaciones, pero más lejos. Ella tenía muchas ganas de conocer Roma y a los chicos les pareció buena idea, también a nosotros, que la última vez que estuvimos allí fue en 2006. 

Salimos el día 26 de diciembre muy temprano por la mañana. También teníamos las reservas para visitar los museos Vaticanos, el Coliseo y el foro romano, lo demás, pues según iba surgiendo. Roma maravilloso y lleeeeeeeeno de gente, por todos lados, no se podía dar un paso. Pero fue genial. Siguiendo las recomendaciones de Instagram mis hijos iban buscando restaurantes y lugares de interés, aparte de los típicos. Yo nunca me canso de ver iglesias pero mi garbanzo ya no podía más, según él son todas iguales, o muy parecidas.

La Fontana de Trevi estaba preciosa recién restaurada y lo peor... la plaza Navona, el mercadillo navideño que habían puesto te impedía disfrutar de la grandiosidad de las fuentes, en fin.

Caminamos como locos y, por supuesto, nos quedaron mil cosas que ver, la que más rabia me dio a mi fue la Boca de la Verdad, que nunca en ninguno de mis viajes he conseguido verla.

Volvimos muy tarde, por la noche el día 29. Para mi organización era mejor así. El día 30 madrugué mucho para ir a hacer la compra y empezar a reparar la cena de Nochevieja para once personas.

Me encanta ir de viaje con mi familia, vale que a ratos todos nos ponemos un poquito insoportables, vale que no siempre nos apetece ver los mismo, todo me vale con tal de estar con ellos.

jueves, 30 de enero de 2025

Cuando el miedo sale de una teta.

 Después del puente de diciembre (que da para otra entrada) tocaba mi revisión anual de ginecología. Es fantástico cumplir años, a la revisión normal se suma la posible osteoporosis. 

Pues vale. Voy. Revisión médica, ecografía abdominal y vaginal, densitometría y, por supuesto, mamografía. Aparentemente todo bien. Siempre me llaman por la tarde cuando la radióloga estudia en detalle la mamografía y así lo hizo. Me dijo que si podía volver para hacer una eco mamaria. 

No me resultó raro, ya lo había hecho alguna otra vez, pero al llegar, me puso en imagen mi mama izquierda, con una ampliación como de 4 balones de baloncesto y me enseñó una zona con un leve moteado blanco. Me dijo que eran calcificaciones, que el año pasado había 3 y que este año, en un espacio pequeño se concentraban al menos 8. Por protocolo hay que biopsiar.

Si os digo la verdad, no me gustó, obviamente, pero por otro lado, supuse que entraba dentro de las estadísticas normales y me tocaba a mí y no a ninguno de mis hijos. Si hubiera podido hacer la biopsia en ese momento hubiera sido genial, pero no, hubo que esperar unos días a tener el quirófano y el médico.

De verdad que estaba bastante tranquila, el médico me dijo que en el 80% de los casos eran sólo calcificaciones y que en caso de no ser eso, el tratamiento era muy efectivo. Ya, claro...

La prueba fue dolorosa, y os prometo que no soy queica
, además, no comenté nada ni a mis padres ni a mis hijos ni a nadie, así que hice vida normal, buscando ratitos para ponerme hielo y evitar hematomas.

La espera de resultados se me hizo muy larga y eso que fueron 7 días hábiles. La mañana de Nochebuena el médico me llamó para decirme que todo estaba bien y que, efectivamente, sólo son calcificaciones. Hay que repetir mamografía en 6 meses.

Susto pasado, teta agujereada levemente y sensación de que necesito calma.

Baches y asfaltados

 No tengo palabra, pero tampoco fuerzas, no tengo excusas y lo peor es que tampoco las busco.

Feliz año nuevo, poco importa si mañana acaba ya el mes de enero, ¿quien me roba los días?...

Ha llovido mucho, en el sentido literal y en el figurado desde mi última entrada y sinceramente, me han faltado fuerzas para pasar por aquí. Tengo que empezar por el principio, eso es.

A primeros de noviembre me llegó un aviso a mi móvil con el título "revisión oncología pediátrica". La cita era para el viernes 8 de noviembre. Me pareció pronto, siempre hacemos la revisión de mi Sol en diciembre, pero le pregunté si podía ir al hospital ese día y me dio que sí. Vamos a obviar que me equivoqué y que el aviso era sólo para fijar una cita telefónica y darme la fecha definitiva. El caso es que finalmente la revisión se hizo ese día. Y mi Sol como una rosa..., hasta esa tarde. 

Fiebre alta, sin foco, sin nada. Intento ser racional, os lo juro, vigilamos y ya. Febrícula el sábado, febrícula el domingo, lunes no, el martes viene del entrenamiento con fiebre y con mal estado general. De la analítica del viernes se podía intuir algún tipo de virus respiratorio, pero él no tenía nada. Visita a urgencias, analíticas, placas de torax, ecografías..., nada, sólo vigilar. Miércoles febrícula, jueves bien, viernes febrícula, y sábado 39 de fiebre. Vuelta a urgencias, cultivos, más placas de tórax, más ecografías y tres analíticas a lo largo de 4 horas. No saben... No parece nada "de lo suyo", pero todas las enzimas y valores hepáticos estaban mal.

Le dan el alta y me remiten urgente a medicina interna y más ecografías por sospecha de mononucleosis. El jueves siguiente empezó con la garganta fatal y, aunque la analítica no estaba completa, la médico de medicina interna me dijo que era mononucleosis. Quedó en llamar al laboratorio y confirmarme. Ahí empezó lo malo, porque en realidad hasta ese momento, salvo por la fiebre él se encontraba bien. La cosa cambió, no había manera de controlar la fiebre. Fuimos a hacer una ecografía y se mareó, entre una enfermera y yo no podíamos sostenerle, estuvimos tres horas en la clínica hasta que se recuperó un poco. La médico de medicina interna me llamó para confirmar el diagnóstico. Descanso absoluto hasta que la fiebre remitiese y NADA de deporte, de ninguna clase, ni siquiera bicicleta estática. Eso fue lo que peor llevó. 

Poco a poco empezó a remontar, más analíticas, más ecografías, todo va mejor. Aun nos queda una analítica este martes próximo pero ya pudo empezar a moverse desde Reyes.

Y yo no razono, se me olvida comer, se me olvida hasta respirar. Tenía un viaje súper chulo a Bilbao que por supuesto no hice, no se si fue de cargar con él tuve (tengo) una tendinitis que me impide mover el hombro izquierdo, me infiltraron de urgencia y me olvidé del tema hasta que él empezó a hacer vida normal, ahora estoy rehabilitando.

Él se enfada, me ve preocupada y piensa que "aquello" de lo que él ni se acuerda le está condicionando y quiera o no, le va a condicionar de por vida.

Hay veces que sinceramente no puedo más, el terror me paraliza, no me deja pensar. Pero vamos mejor, él está bien y eso ya es bastante.

Por cierto, en mi revisión de ginecología (que da para otra entrada), en la analítica pedí que me sacaran la información de la mononucleosis y, efectivamente, la he pasado, nunca voy a saber exactamente cuando, pero si me preguntan a mi, lo tengo claro, entre febrero y marzo del año 2000, de vuelta de un viaje de trabajo a Paraguay. Ya da igual.

jueves, 17 de octubre de 2024

Gijón... 33 años después

 Los años pasan sin apenas darnos cuenta. Sólo tomamos consciencia de ello a través de referencias y a veces se nos hace imposible creer que haya pasado tanto tiempo.

 

En esta entrada os conté que durante diez años mi familia me "castigó" a ir a Asturias cada verano. Juré que no volvería en temporada de verano, para mí, de mayo a octubre es territorio prohibido. Pero las reglas están para incumplirlas. No sé bien la razón pero a finales de agosto empecé a pensar en todos los años que hacía que no iba a Gijón y me apetecía tanto... 

La opción era aprovechar la primera semana de septiembre que mi garbanzo estaba de viaje de estudios y mi sol aún no había empezado la uni, así que decidimos, mi contrario y yo, que nos íbamos de miércoles a sábado. Viaje relámpago. La idea, ninguna, caminar y caminar y caminar por todas y cada una de las calles de una ciudad de la que recordaba muchas cosas que posiblemente ya no estuvieran. Así fue. Llegamos y soltamos la maleta en el hotel, el elegido no fue mi primera opción pero el Príncipe de Asturias estaba completo y lo cambiamos por un NH estupendo al final del muro de San Lorenzo. Salimos a caminar, llegamos a saludar a la estatua de Don Pelayo y seguimos. Me sorprendió ver que lo que yo recordaba como un pedrero detrás del muelle deportivo es ahora una playa. Está preciosa, además, es una playa bastante cerrada por lo que el peligro de San Lorenzo queda lejos, y seguimos caminando, sin rumbo. 

Llegó la hora de tomar una sidrina, ¿Y que hora es esa?, cualquiera, cualquier hora es buena. Fuimos a la plaza mayor, a una sidrería donde tomamos una tapa de queso y sidra, suficiente como cena y vuelta a caminar.

Para mí la calle Ezcurdia siempre es la referencia, allí, en el 90, en un edificio que derribaron, vivía una familia que es más familia que amigos, quería verlos.

El jueves después de desayunar cumplí otro de mis objetivos, ir a la playa de La Ñora. Era mi playa favorita, es recogida y en el centro hay una "isla" a la que, cuando la marea está baja, se llega caminando. Está muy cambiada, ya no se puede bajar con el coche hasta abajo, ahora, lo que antes era un parking, es una zona de servicios de emergencia. El chiringuito donde comíamos sigue estando...

De ahí salimos a Tazones, paseamos por el pueblo, sin otro objetivo que disfrutar. Al rato decidimos ir a Candás. Yo quería ir a la iglesia. Al llegar, la tromba de agua era tal que no pudimos bajar del coche.

Volvimos a Gijón a comer y después, más paseo. A la vuelta, ya tarde, quedé con esa familia que quería ver y fue estupendo. El viernes mi objetivo era visitar a "la lloca", así la llaman, en realidad es "la madre del emigrante". El paseo es precioso y está mucho más arreglado que como yo lo recordaba, hacía fresco y estaba nublado, fueron 5 km de paseo, a la bajada mi contrario se quedó en el hotel porque tenía una videoconferencia y yo vi mi oportunidad de quitarme los zapatos y caminar por la playa. Así lo hice, me mojé los pies... y la cabeza porque llovía, pero qué feliz fui.

De vuelta a caminar y más sidra para comer, un ratito de descanso y visita al cabo Peñas. Mi padre solía llevarnos, le encanta. Yo quería ir a Salinas, yo creo que Salinas es la playa favorita de mi padre, supongo que le recuerda cuando de niño hacía pellas y se iban a la playa. La encontré preciosa.

Y vuelta a Gijón, más paseo, té caliente cerca de la playa y a dormir. El sábado volvimos, no sin antes pasarnos por una confitería y comprar de todo.

Estos han sido mis 4 días de vacaciones (el veraneo ya os lo conté) y me han encantado. Todo lo he encontrado muy diferente pero precioso, lo único que no cambia es el clima, nos llovió cada día, bueno, cuando no vas con idea de ir a la playa da un poco igual.

Me puse a pensar, el último verano que pasé allí fue el del 91... ¡33 años!, ¡cómo no voy a encontrar todo cambiado!. Luego volví en el puente de diciembre de año 99, pero apenas paramos en Gijón, sólo para ver la universidad Laboral, pero estuvimos más por Oviedo y alrededores. ¿Pasarán otros 33 años sin ir?, espero que no, eso sí, me mantengo en que en verano a mí, por allí, que no me busquen.

miércoles, 11 de septiembre de 2024

Voy a pasarmelo bien

 El verano acaba. El tiempo cada vez va más deprisa. He estado en la playa, más de tres semanas, veraneo, que no vacaciones..., bueno, en la playa al fin y al cabo.

He leído, si os digo que no leía desde el verano pasado no os estaría mintiendo, pero es que en casa siempre tengo algo que hacer, aunque sea perder el tiempo como una idiota con Instagram, debería hacérmelo mirar.

Estaba recién llegada a la Costa Brava cuando el domingo 4 de agosto bajé a Sant Feliu de Guixols, al mercado con mi Hada. ¡Zas!, los carteles en todas las farolas anunciando los artistas para el Festival de la Porta Ferrada y en ellos... Hombres G. 

Oye, que me dio un subidón que no veas. Llevaba tiempo intentando ir a verlos en directo. Es verdad que en Madrid es relativamente fácil pero, por unas cosas u otras no lo había conseguido y esta vez, no iba a dejarlo pasar. La cita era para el día 14. Pregunté a mi familia a ver quien se apuntaba, a mi hija el plan le pareció bien, a los chicos mejor ni os digo lo que les pareció y mi contrario no lo tenía claro, pero al final dijo que sí. El mismo día saqué las entradas, sentada que a mis acompañantes no les hacía gracia verse rodeados de "chicas cocodrilo".

Llegó el día y a las 4 de la tarde estaba lloviendo lo más grande, es que ni os lo imagináis. Pero no suspendieron. Vimos que la opción de aparcar estaba muy complicada así que mi Sol nos hizo de taxista. El público era de lo más variado, aunque la mayoría estábamos entre los cuarenta y muchos y los sesenta y pocos, algunos con hijos, como yo y todos dispuestos a pasarlo bien. No defraudaron, y es que no hay que hacer música sesudísima, con que las canciones sean divertidas ya es bastante. Me las canté todas y me bailé unas pocas, eso sí, ensopada, porque empezó a llover. Primero fue poquito, pero al final, la cortina de agua no perdonaba. La organización repartía ponchos de lluvia, yo pillé uno, mi Hada llevaba un chubasquero y mi contrario aguantó estoicamente. De verdad que lo disfruté muchísimo, me acordaba de los años 86, 87 y 88, cuando me escapaba a la radio a verlos o a los conciertos en el Parque de Atracciones de Madrid que grababan y luego usaban en sus películas. Me encantó que alguien viniera conmigo pero esto era un "I can buy myself flowers" y hubiera ido, sola, si hubiera sido necesario.Voy haciendo avances

Os dejo la foto, me he marcado con un círculo, esa soy yo, una chica cocodrilo empapada y pasándolo bien. Tengo que repetir.

viernes, 2 de agosto de 2024

Mis regalos de compleaños (I can buy myself flowers)

 Pues sí, aquí estoy con mis 52 recién cumplidos, sintiéndome vieja pero un poquito más sabia y pasota cada día, el camino será largo.

Pues eso, que llega mi cumpleaños y todo el mundo se empeña en preguntarme qué quiero, pues si preguntan, yo contesto.

A mi contrario y a mis hijos sólo les pido una cosa, que cuando pido algo no me ignoren y no me contesten "ya voy" para no ir. Sólo durante un mes, con estas reglas, si pido algo pongo un temporizador y si en 5 minutos no lo han hecho o han respondido "ya voy" sin ir, el plazo de un mes vuelve a empezar. Por supuesto me mandaron a la mierda y me dijeron que no. Otro "regalo" que llevo pidiendo 20 años es una segunda residencia en la playa. Vale, podéis llamarme pija, elitista y lo que queráis, pero mi realidad es esta, con esfuerzo y ayuda económica (de mi contrario) podría plantearme que comprásemos algo pequeñito en algún sitio que nos guste a todos. Mi contrario "no ve la necesidad", total, mis padres ya tienen un apartamento en Benidorm, al que él por supuesto ha decidido hace años que no va porque no le gusta Benidorm y su familia ya tiene una casa en la Costa Brava a la que sí vamos "porque a todos nos gusta". Claro que me gusta esa casa, pero no es "mi casa", las cosas no se hacen como a mi me gustaría y ademas tengo que compartir mis vacaciones con la otra abuela de mis hijos, que para eso es "su casa", los tíos y primos de mis hijos. Y así llevamos 32 veranos...¡32! todos menos aquel que os conté que fuimos a Zahara de los Atunes a un apartamento que alquilé. Que alquilé yo porque ya me puse borde, yo busqué, yo reservé, yo pagué, yo me encargaba de todo, yo...

Vale que podría alquilar cada año pero es carísimo, además que hay que hacerlo con mucho tiempo (en enero) y en esas fechas yo no se los planes de nadie. Como os digo, mi contrario "no ve la necesidad", así que yo me acoplo y paso mis vacaciones lo mejor que puedo.

Así que como no iba a ser ni una cosa ni la otra me regalaron lo que les dio la gana, un par de botellas de vino (excepcionales eso sí) y un libro. Pues muy bien...

Y ahí viene el "I can buy myself flowers", todo lo que "necesito" o "me apetece" y que puedo comprarme yo, no tengo necesidad de pedirlo, sobre todo si lo quiero en fecha y forma, podría pedir una sombrilla de playa y seguramente la tendría... allá por el mes de noviembre cuando alguno se acordase. A mí eso no me vale. Así que me apliqué lo dicho, siempre llevo una pulsera de Pandora que tengo hace al menos 18 años y se me rompió hace mes y medio. Les dije que me la podían regalar, pero claro, no se acordaron..., a la mierda, me fui y me la compré y de paso un vestido negro que no necesito pero que me apeteció y unos zuecos cómodos. Que vamos, que seguro que si se los pido igual en dos años se acuerdan y alguien me los regala.... 


Pues ya no, habrá que aplicarse ese otro refrán que dice "si buscas una mano amiga siempre dispuesta a ayudarte, no dudes de que la encontrarás al final de tu brazo.

Pues eso, I can buy myself flowers...



Rebajas de verano 2024

 

 ¡Ay, cómo hemos cambiado! que decía la canción. A ver, que he cambiado mucho, pero no tanto como para abandonar uno de mis deportes favoritos, las rebajas. Lo que cambia es que ahora no voy físicamente el primer día, bueno, ni el segundo ni el tercero, si paso, paso y sino, pues da igual.

Pero sí que preparo con tiempo mi wishlist, así, en cuanto abren la app, disparo a matar. Como siempre, nada me hace falta y lo que es peor, encuentro pocas tallas que me sirvan..., pero por probar que no quede. Como objetivo llevaba una chaqueta básica negra tipo blazer de esas que te pones con todo y para todo, necesitaba sustituir una que me costó baratísina en Stradivarius hace al menos 4 años pero que está llena de bolitas. Pedí varias en Zara, de diferentes tallas y patronajes, pero me quedé con esta que os enseño que es muy básica y que era la que, dentro de la composición, lleva más porcentaje de lana. Pero claro, hay que compensar ese negro y vi esta chaqueta tipo Chanel de tejido tweed en blanco con hilos plateados que también cayó en mi cesta, de esa mi hada dice que parece que le ha vomitado un unicornio encima...

Tengo tres faldas satinadas desde hace varios años que me arreglan un roto y un descosido, así que vi esta de color azul cuya composición es 100% viscosa (punto fundamental evitar el poliéster que luego se pega y queda horrible) que también pedí y que estrené según llegó para ir al concierto de Luis Miguel. Porque sí amigas, las entradas habían sido regalo de Reyes y es mi amor platónico desde que recuerdo, pero ese es otro tema.

Ya que brujuleaba por la web y por aquello de ahorrarme los gastos de envío metí este cinturón de nueva colección que me parece ideal.

También aprovecho en rebajas para reponer básicos de mi Sol, de mi Garbanzo paso porque cosa que compro, cosa que va de vuelta porque nada le gusta y mi Hada es muy autosuficiente como para comprar con profesionalidad.

Pues eso, las cosas de mi Sol. A él le encantan los pantalones "cargo" así que le cogí dos, kaki y camell y también unos chinos de algodón básicos que le valen para cuando se pone la blazer marino. Me pidió también una camisa de lino que no fuese blanca así que fue esta otra.

Y ya, ya, que no es poco. He hecho otras compras que no son propiamente de rebajas, de hecho, no son de rebajas, pero os las dejo para empezar esa nueva etiqueta de la que os hablé, "I can buy myself flowers".

Siempre que escribo una de estas entradas pienso en Mónika...