Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

lunes, 23 de marzo de 2020

Encerrados, día 23 de Marzo

Sinceramente, era de las ingenuas que pensaban que esto no llegaría, me equivoqué.
Todo me parecía exagerado, me equivoqué.
Confié en que a España no llegaría tan fuerte, me equivoqué.
Pero sobre todo me equivoqué al pensar que, ya viendo la ola llegar, la gente se quedaría en casa y no iría a manifestaciones ni a mítines. Se puede ser confiada pero no suicida.
Las manifestaciones del día de la mujer me parecieron una locura. Las amigas de mis hijos colgaban fotos felices en Instagram durante las mismas y yo, no lo podía creer.
El día 9 ya la cosa empezó a ponerse fea, tanto que empezaron a mandar mensajes de que los colegios cerraban. Nos daban el martes 10 a los padres para intentar organizarnos. Otro despropósito según mi opinión. Vale que es muy difícil arreglar la logística, pero qué sentido tiene dejar un día más de riesgo. No lo veo.
Mis duendes fueron al cole el martes y la idea de tener unos días "libres" hasta les gustaba.
Yo trabajo en eso que llaman "servicios esenciales", así que nada, a trabajar, mi contrario se las arreglaba para entrar y salir de casa mientras yo llegaba los dos primeros días, luego, como él sí tuvo que dejar de trabajar, ya no había problema.
El miércoles, cuando llegué a casa a las 3 y media y me encontré a cada uno de mis hijos tirado en un sofá lo vi claro, una cuarentena sin tener donde sentarme, ¡ni loca!. Esa misma tarde entré en IKEA y compré un sofá básico, lo trajeron el sábado 14.
Ese primer fin de semana no fue tan mal, hacía sol y los chicos podían jugar al pin pon fuera y yo barrí las hojas del jardín y lo dejé todo cuqui.
El lunes 16 al llegar al trabajo me soltaron un "coges el ordenador (de sobremesa, con monitor, teclado y demás) y te vas a casa ¡ya!". El "ya" no pudo ser hasta el martes porque ni los dispositivos ni las conexiones estaban preparadas para teletrabajar. El martes a media mañana llegué a casa con todos los aperos.
Monté la oficina en la habitación de mi Garbanzo pequeño, así que le desalojé y lo mandé a dormir con mi Sol, a las 8 ya estoy conectada.
Trabajar en casa es raro y sobre todo muy difícil en un trabajo comercial, no valgo para ello. Pero si hay que hacerlo, se hace, por mí que no quede. Lo que me dicen hago, a mi manera y con mi ética. No me sale llamar a los clientes para tranquilizarles y "ya, de paso" decirles que un segurito de decesos les vendría bien, por si acaso...
No se lo que va a durar esto, el teletrabajo, me refiero, al menos esta semana, la siguiente no se si me toca rotar turno con alguien y volver.
No sé qué pensar, airearme me va bien, pero empiezo a tener mucho miedo, por mis hijos, pero sobre todo por mis padres.
Los echo mucho de menos y eso que hablo con ellos no menos de tres veces al día, por la noche solemos hacer video llamada para vernos.
Se me hace muy raro, el sábado fui a la compra, a mediodía, a las 3 porque pensé que habría poca gente, así era. Me habían hecho una lista con cuatro cosas que necesitaban, yo cargué a tope, cinco en casa para comer y cenar es mucho. Me dio mucha pena llevarles la compra y no poder abrazarles, me llevé las llaves de su casa para que no tuvieran que tocar nada, abrí la puerta, ellos se asomaron y allí les dejé todo, se me saltaban las lágrimas, ya os he dicho muchas veces que estoy muy apegada a ellos.
Tendrá que ser así, es lo más prudente.
En fin, que aquí estamos, bien de salud, los chicos deseando ir al cole y yo pensando en que como esto no acabe pronto cuando quiera salir por la puerta no voy a caber...
¿Qué tal estáis vosotras?