Ahora que se acerca el frío, creo que es hora de recordar el verano.
No, no puedo decir que este haya sido el verano de mi vida, pero hemos sobrevivido.
Para empezar todos nuestros planes han estado condicionados por la rehabilitación de mi Sol.
Como os conté, iba tooooooodos los días de lunes a viernes dos horas a un centro especializado, bueno, pues ¡no daban vacaciones!.
Lo más que podíamos faltar eran 10 sesiones consecutivas, sin posibilidad de repetir la pausa, así que pensamos que el 5 de agosto sería la última sesión antes de la pausa y que el 22 estaríamos de vuelta.
Le recogimos y tiramos para la playa, a la Costa Brava.
Y llega eso de "¿Y tu, como pasas las vacaciones, descansando o en familia?", pues nosotros en familia, en su más amplio sentido, abuela,tíos, primos...Y yo cada vez soy más antisocial...
Tampoco os vayáis a pensar que mis hijos no tenían otros planes, no. Mi Hada estaba con sus clases de conducir, con idea de aprobar el examen antes de volver a la universidad, así que ella, el día 16 volvió a casa para seguir con sus clases. El mismo lunes 22, que nosotros estábamos de viaje de vuelta, ella se examinó (y aprobó).
Ella, y mi contrario para acompañarla, salían de viaje de vuelta a EE.UU el viernes 26. Yo me las prometía felices, cuatro días para disfrutar de mi hija, de hacer cosas de chicas.
Pues no
La misma noche del 22 al 23 mi Sol empezó a vomitar sin parar, tuvimos que ir al hospital y estuvimos 8 horas, al volver a casa empezamos con la fiebre altísima, gastroenteritis vírica.
El 24, que parecía que empezaba a encontrarse mejor, empezó mi Garbanzo, pero con él fue más grave.
Después de una visita de 5 horas al hospital y un alta en urgencias, tuvimos que volver aún peor y se quedó ingresado. Y yo con él, claro.
Salió el viernes 26 a mediodía, mientras mi hija y mi contrario volaban a la uni.
No tenía apoyo logístico, los santos padres (los míos) estaban en la playa y la otra abuela de mis hijos también.
El fin de semana fue de convalecencia, Mi contrario llegó el martes 30 por la mañana, el 31 le dieron el alta parcial de rehabilitación a mi Sol y tal cual nos volvimos a la playa, pero a la otra playa, con los santos padres (los míos),aunque sólo hasta el domingo 4 de Septiembre.
Me supo a gloria bendita, aunque eché mucho de menos a mi hija y cada vez soy más consciente de que, por su edad, no me quedan muchos veranos de disfrutar de mis padres y quiero aprovechar cada segundo al máximo.
Y volvimos a la rutina que para mí es cada vez menos rutinaria, estudio, trabajo, diseño interiores, no paro. Estoy cansada y contenta.
Y he vuelto a ordenar mi alimentación, que falta me hacía.
Y aquí vamos, pensando ya en la escapada del puente de diciembre y en que faltan dos meses y 18 días para que me Hada vuelva a casa por Navidad.
Vamos haciendo camino