Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

domingo, 16 de febrero de 2020

Rebajas de invierno 2020

Que nooooooo, que no me he olvidado. Es que estoy vaga.

Fiel a la cita con las rebajas, este año el Señor Ortega decidió complicarme la vida. ¿Cómo se pueden empezar las rebajas on line de Massimo Dutti el día de Reyes a las 16:00?.
¿Y las de Zara a las 18:00?, ni sobremesa, ni Roscón de Reyes de merienda.

Ay Amancio.

Me puse dos alarmas. Los santos padres, los míos, flipaban, cuando a las 4, como si tuviera un resorte salté en cuanto sonó la alarma.

No me llevó ni tres minutos, al fin y al cabo había dejado preparada la cesta. Fue rápido. El jersey rosa se cuello alto (estuve pensando si cogerlo también en rojo, pero le dejé), y un pantalón y una camisa de cupro beige que son tan bonitos como absurdos, se arrugan cantidad y no se pueden lavar, esas cosas irracionales que te hacen feliz...

Volví a la mesa y ellos seguían sin saber si estoy loca o tengo alguna adicción digna de tratamiento.

A las 6 ya estábamos casi de salida, estaba entretenida jugando con mi sobri cuendo volvió a sonar la alarma, ¡ya no me acordaba!

Aquí tenía una wishlist bastante mas larga, de todo lo que compré os cuento sólo lo que me quedé. dos faldas (una de ellas de nueva temporada), las dos de cuadros, una de pata de gallo blanca y negra que me echaba para atras por tener vuelo y la otra recta y larga. Muy chulas las dos, una camisa vaquera oversize muy ponible, una camisa blanca básica y unas sandalias planas que ya había visto en verano.


 El punto loco lo puso este pantalón con pareo y nudo que es muy original.

Hasta ahí la primera incursión.

En días siguientes fui picoteando poco a poco. De Massimo cayeron unos pantalones negros de micropana extra cómodos y dos tops iguales de diferente color, sin mangas que uso mucho. También una camiseta negra de canalé.

Y en Zara esta falda de brillo con estampado de leopardo que quizás estrene mañana, no se.
Nada de zapatos, que tristeza, sigo con el pie regulinchi y no me arriesgo.

¿Y vosotras, pecasteis mucho?









domingo, 2 de febrero de 2020

Recordando la Navidad

No me puedo creer que ya nos hayamos comido el mes de Enero.
Y lo que es peor, vergüenza me da hablar de la Navidad ahora, pero más vale tarde que nunca.
A vueltas con los días que me quedaban de vacaciones e intentando equilibrar los días con los compañeros de trabajo, al final cogí unos días un poco raros.
Trabajé el 23 y 24 de Diciembre y también el 30 y el 31. Os diré que me vino fatal, siempre os he dicho que las cenas de Nochebuena y Nochevieja se hacen en casa y soy yo la que me ocupo del menú, así que os podéis imaginar que las tardes del 23 y del 30 fueron de aupa. Luego os cuento el menú.
Entre medias, había cogido hora para la revisión de mi Sol el día 26. Teníamos por la mañana oncólogo y por la tarde una prueba de esfuerzo de la que había que llevar el resultado a la cardióloga el día 27.
Todo salió en orden, lo que no quita para que ahora tenga un virus respiratorio y yo me muera de miedo, eso no se va a pasar nunca.
La cena de Nochebuena la compartimos con los santos padres, los míos. El menú, tradicional, como a ellos les gusta, algo de marisco y entremeses, una sopa de pescado de primero y de segundo una novedad, supremas de pollo rellenas.
Al final es tanta la comida que siempre me queda para una semana y me da mucha rabia, así que compré dos supremas que pesaban como kilo y medio y las asé como hago normalmente la pularda. Salieron deliciosas y apenas sobró.
De postre, compota de Navidad con helado de vainilla y los abuelos, felices.
El día de Navidad compartimos con la familia del contrario, una comida divertidísima en la que somos un montón y nos ponemos ciegos de salmón ahumado y cava.
Tener que trabajar así a saltos me trastocó mucho, pero no pudo ser de otra manera.
El día 30 por la tarde me di una panzada de cocina que ni os imagináis.
El menú, elegido por los duendes y para no variar, el mismo del año pasado, entrantes y marisco y luego sopa de cebolla y de segundo patatas a la importancia. También hice el tronco de Navidad, pero este año sólo el que me gusta a mí, relleno de mermelada de naranja amarga.
Para la cena de Nochevieja siempre viene la otra abuela de mis hijos y de verdad que se lo curra mogollón. Es la encargada del cotillón y cada año cambia de modelo de pelucas, sombreros y gafas, los de este año eran la pera, luego os pongo una foto.
Mis verdaderas vacaciones empezaron el día 1 y no volví a trabajar hasta el lunes 13, así que disfruté. Ya mucho más relajada, porque no tocaban más comilonas en casa, me dediqué a pasear por Madrid y hacer las últimas compras de Reyes. Por supuesto, no faltó la merienda de Roscón que hice el sábado 4, me pareció menos lío que dejarlo para el 5.
Fue todo un éxito, como siempre.
El día de Reyes es el cumpleaños de mi madre, así que compartimos el día con ella, como siempre.
Pues esas fueron mis Navidades, tranquilas, en familia, rodeada de la gente que quiero, no se puede pedir más.
Y por otro lado, parece que fui buena el año pasado porque tanto los Reyes como Papá Noel me trajeron un montón de cosas.
A ver si ahora que he cogido carrerilla os cuento de ¡¡¡¡las rebajas!!!.
(Gracias Aneth por ponerme las pilas)