Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

lunes, 24 de enero de 2022

Rebajas de enero 2022

 Poco que rascar, esa es la verdad.

Mis actuales ocupaciones hacen que pase de un pantalón cómodo a otro más cómodo y de un jersey a otro, sin más. Si puede ser con zapatillas, mejor que mejor. Con esto qué quiero decir, pues que no necesito ropa.

Qué eufemismo, necesitar, necesitar, rara vez he necesitado, siempre tengo mucha más de la que uso, caprichosa que es una.

Pero lo cierto es que este año nada, o casi nada me apetece. Además, he vuelto a coger algo de peso, no voy por buen camino, lo sé, pero ese es otro tema.

El caso es que sigo siendo caprichosa y me enamoré de algunas cosas de Navidad. 

Otra de mis tonterías, el año que mi Sol se puso malo había comprado un mantel de Navidad nuevo, desde entonces, no soy capaz, los compro cuando ya han pasado las fiestas.

Me metí en la web de Zara Home el mismo día de Reyes por la tarde. Uno se los manteles que quería, con muérdago, estaba ya agotado antes de rebajas, pero había otro de acebo que también me gustaba. De paso también tenía vistas unas casitas de porcelana blanca y dorada para poner luces, muy chulas.

Pues nada, el mantel ya tampoco estaba y me desinflé.

Por primera vez en muuuuuuuchos años no madrugué para ir a las rebajas el dia 7, los chicos estaban en casa y mi Hada estaba perezosa, así que nada.

Por la tarde, mi Garbanzo pequeño tenía entrenamiento de baloncesto, le dejé y en la hora y media que tenía me dediqué a recorrer tiendas físicas de Zara home sin suerte.

Llegué a recogerle bastante desilusionada, pero me volví a meter en la cesta por la app, ¡y me dejó pedir todo, el mantel y las casitas!.

Al llegar a casa mi Hada me estaba esperando dispuesta a ir de tiendas. Si os digo la verdad no tenía ninguna gana. Accedí a ir pero sólo si íbamos en autobus. Nos fuimos hacia El Corte Ingles de Castellana. Cuando mi hija se fue en verano sólo pudo llevarse un juego de sábanas, cuando ví las que se había comprado allí me dieron los siete males. Eran de un poliéster espantoso de esos que da chispazos, así que compramos unas de algodón, más decentes.

Como os digo, no tenía muchas ganas de andar por ahí, pero al salir por la calle Orense me acordé de que hay otro Zara Home y... ¡lo encontré, el otro mantel, qué subidón!.

Pues eso, dos manteles y tres casitas de porcelana.

Eso hasta ayer, que como llevo 8 días sin salir de casa (eso para la siguiente entrada) me aburría tanto que me enganché a la web de Oysho y este par de jerseys quisieron venirse conmigo, aún tengo que recogerlos, ya os contaré.

viernes, 21 de enero de 2022

Navidad y nochevieja 2021, Reyes 2022 y mesas de fiesta

 Me encanta hacer estas entradas. No lo he repasado pero creo que no me he saltado ningún año, ni siquiera en los peores.

Me chifla una mesa bonita y eso que tengo que deciros que no tengo un arte especial para poner la mesa, pero pongo todo mi cariño y esmero.

Nochebuena la celebramos con mis padres, como siempre. Saqué un mantel que compré en Vietnam cuando estaba embarazada de mi garbanzo pequeño, más de catorce años. Es blanco con bordados de árboles de navidad. Para darle un poco de color elegí la vajilla roja de La Cartuja y bajoplatos dorados. El menú, tradicional, lombarda con pasas y piñones, pularda rellena con frutas dulces, compota de Navidad y entremeses variados.

En nochevieja siempre viene la otra abuela de mis hijos y este año estaba especialmente emocionada porque también se habían apuntado mi cuñada y mis sobrinos (¡me encanta el mogollón!), pues nada, uno de ellos se puso malo y aislaron a la que quedaba sana con la abuela, así que, al equipo tradicional se unió ella. Lo pasamos estupendo. La mesa era especial. El mantel es blanco con mucho estampado en plateado. Los bajoplatos eran plateados y elegí vajilla blanca. La idea era rescatar unos platos desparejados que tengo que eran del abuelo de mi contrario de una maravillosa porcelana francesa. El fallo, que sólo tengo 8 llanos, 6 hondos y 4 de postre, así que los puse salteados. Quedó muy bonita, algo... nordica?, quizás. De menú, pues el que los duendes siempre piden, sopa de cebolla, patatas a la importancia, entremeses y tonco de Navidad de naranja amarga que es el que me gusta a mí.

La celebración del roscón de Reyes con chocolate también fue más tranquila que otros años, con el aforo reducido. Puse mi mantel rojo con otro de papá Noel cruzado encima y los servicios salteados en blanco y rojo.

Y chin pón. Las fiestas pasaron más rápido de lo que me hubiera gustado, así que para consolarme he empezado a preparar las del año que viene, pero eso os lo cuento en la siguiente entrada.




Puente de diciembre de 2021

 Oye, pues que he tenido que pensarlo, ¿2020, 2021?, llevamos dos años que se confunden en mi cabeza.

Fuimos y volvimos de ver a mi Hada por acción de gracias y yo siempre me quedo con la idea de que abandonamos a los otros dos... tonterías supongo.

Empecé a darle vueltas al puente de la Constitución, este año se cumplían 13 de aquel otro..., a ver, muchas ganas de salir no tenía pero los chicos sí. La opción de ir a esquiar siempre les parece bien. 

Puse un correo a Amparo (reservas@edelweisscandanchu.com), no sabía si el hotel estaba abierto y qué disponibilidad tendrían. Como siempre, me lo pusieron fácil, así que el viernes día 3 de diciembre recogimos a los chicos a las 2 en el colegio y nos fuimos.

El viaje bien, la recogida del material de esquí, estupenda y el hotel y su gente, maravillosos como siempre.

Pues nada, listos para esquiar. El sábado amaneció con poca visibilidad pero subimos a esquiar y bien, aunque se nota que uno va cumpliendo años, que no estoy en forma y que llevaba dos años sin calzarme las botas.

Tuve miedo y esquiar con miedo no me merece la pena. 

El sábado por la noche empezó a nevar y la estampa el domingo por la mañana era esta que os muestro. Todo cerrado, imposible moverse, Sólo las pistas de principiantes de Pista Grande en Candachú estaban abiertas. Los chicos si esquiaron, yo me quedé en la cafetería.

El lunes se empeñaron en subir a Astún, pues nada, a Astún. Yo que vi el percal me quedé en un arrastre de los que usan los niños, y no tan niños que empiezan... Los chicos subieron más y lo disfrutaron.

El martes amaneció bien pero sabíamos que se nublaría. Hicimos unas bajadas estupendas hasta que empezó a llover a tope.

Cuando llegamos al hotel tenía hasta la ropa interior mojada.

Viendo que había previsión de nevadas fuertes decidimos recoger y volver a casa el mismo martes. Fue buena idea. Hasta pasar Jaca la carretera estaba muy mal, pero al día siguiente fue peor.

Fuimos, disfrutamos, volvimos y todo fue bien. 

Sinceramente, tengo mis dudas de que esta no haya sido mi última incursión en el mundo del esquí. Ya veremos.