Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

sábado, 26 de enero de 2019

La alergia insospechada

A primeros de octubre pasado se me juntó un catarro con "algo" en los párpados. Parecía un eccema quizás debido al leve lagrimeo por el mismo catarro, pero los mocos se fueron y aquello se quedó.
Y no sólo se quedó sino que se iba extendiendo hacia el lagrimal y debajo como en la ojera.
Se extendió del ojo derecho al izquierdo, aunque no tan escandaloso.
De un momento para el siguiente, pero así, literal, me salían nuevas pupas, como granitos rojos muy pequeños e inflamados, sin razón aparente alguna.
Fui al médico de cabecera, una vez y otra y a la tercera me dijo que quizás convenía que me viera un oftalmólogo para asegurar que no me afectaba la visión.
Fui al oftalmólogo y por suerte, no afectaba, pero empezamos a tratar con antibióticos tópicos
primero, luego con antivirales, parecía un herpes, pero volvimos a los antibióticos.
Nada, cada vez peor, o mejor, o viceversa, de un día para otro parecía mejorar y en los quince minutos siguientes apenas podía abrir los ojos de lo hinchados que estaban.
Por supuesto dejé de pintarme, pero aquello iba y venía sin razón alguna.
Hace dos semanas, en la revisión semanal (terminé yendo al oculista cada miércoles) me dijo que, como no encontraba causa alguna, pensaba que quizás podría ser un molusco y que me daba cita para meterme en quirófano y tomar una muestra.
Me entraron todos los males. ¿Una muestra de qué?, pero si aquello parecía un proceso inflamatorio que viene y va.
Pedí cita al dermatólogo. Según vio el tema me dijo que le parecía una dermatitis de contacto, ¿pero de contacto con qué?, en los ojos y más en el derecho que en el izquierdo.
Entonces me miró las manos y atacó "¿no llevarás esmalte de gel, verdad?". Pues sí, lo llevo, lo llevaba y me dijo que era eso, casi con total seguridad, que le parecía una alergia a los polímeros que se usan en esos esmaltes, pero no sólo en esos esmaltes, también en algunos champús y en pestañas postizas y pelucas.
Me mandó una cortisona y me dijo que cambiara el champú por uno neutro de farmacia y que me quitara el esmalte de gel inmediatamente.
Mano de santo.
Esto fue el miércoles pasado y no os diré que no me quede ni rastro, pero casi.
En fin, ahora a recuperarme del todo y a volver a maquillarme, que falta me hace, no se si tanto físicamente como anímicamente, sin duda me veo más guapa con un buen rímel.


sábado, 19 de enero de 2019

Yo y mis cosas

Llueve y hace frío, me encanta.
Y me gustaría aún más si pudiera levantarme tarde y vaguear todo el día, pero no puedo, los partidos de baloncesto de los duendes, las clases de alemán de mi hada, la visita semanal al supermercado, la cocina y la colada me lo impiden.
Da igual, me gusta cuando llueve y hace frío en invierno.
La verdad es que me he sentado a escribir sin saber muy bien de qué pero ha sido aparecer mi hada por aquí con este par de sandalias (mías) puestas y me ha iluminado.
Os voy a hablar de mis colecciones.
Digamos que colecciono por inercia, no soy una gran coleccionista pero mi abuela Pepa sí lo era y yo heredé sus colecciones, de cucharillas de recuerdo y de dedales de mil sitios, y no sólo las heredé sino que las voy completando.
Pero tengo otras colecciones más extravagantes, la mejor de ellas, mi "colección de sandalias imponibles".
Me encantan los zapatos, lo mismo que a millones de mujeres, pero soy plenamente consciente, y ahora más que nunca, de que hay diseños que no se hicieron para mi.
Pero es que no puedo evitarlo, es ver unas sandalias (ojo, de zapatos tengo algunos pares pero no suficientes para considerarlos colección), lo que iba diciendo, es ver unas sandalias, de tacón alto con tiras finas y diseño diferente y no puedo evitarlo. El día que las saque todas os las enseño, pero es que hoy, mi Hada ha sacado estas..
Yo calzo un 38 y ella un 36 y le quedan grandes pero es como una cría, le encanta probarse mis zapatos.
Bueno, pues estas son de la colección de Versace para H&M del año 2011 (aquí os las enseñaba). Bien, pues llevan 7 años metidas en la misma caja, tienen un tacón tan alto que es imposible mantener las rodillas rectar si no quieres caerte de bruces.
¿Por qué, siendo tan cuadriculada y racional, en ocasiones hago estas cosas? no se.
Da igual, no piden pan, quizás en el futuro me paguen una pasta por ellas, bueno, por ellas y por algunas de sus compañeras, aunque (creo, no estoy segura) que estas son las únicas que no he llegado a estrenar.
Y vosotras, ¿tenéis alguna colección?.

sábado, 12 de enero de 2019

Rebajas, "no, si yo no necesito nada"...

Querida Mónica, no tengo remedio, no lo tenía hace años, no lo tengo ahora y me temo que no lo tendré cuando llegue a vieja.
Me las prometía felices y austeras yo estas rebajas, total, entre que estoy bastante más rellenita de lo que debería y que tengo los armarios a rebosar no pensaba yo hacer grandes compras de rebajas.
Esto sí, como dice el chiste, estar a dieta no impide mirar el menú. ¡¡¡¡Error!!!!
Ya sabes que para mi las rebajas son una tradición, como lo es el Rocío para los romeros o el turrón en Navidad y lo paso pipa cayendo una y otra vez en los mismos errores. Y además ahora tengo a mi Hada que es aún peor que yo con el tema, si es que eso es posible.
Nos preparamos con todos los dispositivos a nuestro alcance el día 6 a las 8 de la tarde, diez minutos fueron suficientes para que mi tarjeta echara humo.
Para lo hacerlo largo, primero te cuento todo lo que pedí y que he devuelto. Este mono plisado me encantaba, el caso es que tenía claro que no era mi estilo, por más que me gusten las tablas sabes que el ancho de mi cadera hace que me queden fatal. Lo pedí para quitarme el hipo, y vaya si me lo quité del susto de lo mal que me quedaba.
 El vestido "de la boda Eugenia de York" es muy chulo, a mi madre le gustaba pero como te decía, ahora, con más chichas de la cuenta, cualquier cosa estampada hace que parezca un sofá de tres plazas...
 Los zapatos son mi perdición pero no te he contado que desde hace año y medio tengo una lesión seria en el pie derecho, neuroma de Morton lo llaman y sólo puedo andar con calzado ortopédico y plantillas especiales. Me lo están tratando y tengo fe en que funcione, porque lo de no poder ponerme nada más que ese calzado me deprime mucho.
Te estaba contando de mis zapatos...
Pedí estas bailarinas amarillas, no me quedan bien, tienen la puntera muy rara. También me tentaron estos zapatos rojos que no pueden ser más bonitos pero me los intenté probar y fue meter el pie derecho y morir del dolor, así que fuera, no pueden ser.

Ahora lo que (de momento) se queda conmigo.
Como te decía las tablas me encantan y pruebo una y otra vez para darme cuenta, una y otra vez de que no se hicieron para mi cuerpo, sin embargo, esta falda pantalón me queda relativamente bien. La pedí en este color verde y en marrón, pero  la marrón se fue por donde vino. Para combinarla pensé que lo mejor era un body y puestos a pedir, tres mejor que uno. Este lo cogí en este color mostaza, en rojo y como en negro no quedaba lo cogí igual pero con mangas.
El caso es que los bodies los pedí en otro pedido y me faltaba algo para que no me cobraran el envío, metí lo primero que pillé, total era sólo para que me saliera gratis el envío, pues ea, por hablar, el cinturón me lo quedo.

Lo que sí que había visto en temporada era un vestido camisero largo, con el mismo patrón que otros dos que tengo y que me resultan especialmente cómodos y favorecedores, tanto en invierno como en verano, así que lo pedí, y ¡qué mejor que combinarlo con unos cárdigan largos!. Este lo he cogido en los dos colores disponibles y son geniales, con un tacto súper agradable.

Y vuelvo a los zapatos. Entre los destalonados había unos, que son el mismo modelo que este que te enseño y que la piel es estampada como de serpiente. Son bastante más escotados que los rojos y eso hace que me los pueda calzar. Tengo que probármelos con más detalle pero de momento aquí siguen conmigo.
Hasta aquí las compras "casi racionales", pero, ¿qué es la vida sin un punto de locura?. Y ahí entran estos botines de vinilo que, sinceramente, no tengo ni idea de con qué ni cómo ponérmelos.






Y hasta aquí Zara.
Luego me pasé por Massimo Dutti. El día 6 sólo piqué con este vestido de seda, creo que tengo una boda en primavera y me pareció adecuado, además, lo encuentro fresquito y ponible.






Cuando ya pensé que la orgía de compras había acabado, ayer mismo, "sin saber ni cómo" pedí dos pares de zapatos más en Massimo. Tengo que
probármelos, ver si puedo meter las platillas, si se ven mucho, en fin, esas cosas, ya te contaré.










Pues ahora sí Mónica, colorín, colorado, por ahora las compras se han acabado.
¡¡¡Mentira cochina!!!, esas son las compras oficiales a partir del día 6 pero el día 3 pasaba yo, como el que no quiere la cosa, por Mango y un abrigo de esos de peluche que se llevan este año me hizo ojitos y se vino conmigo, pero eso ya te lo conté en una entrada anterior.
Ahora voy a ver si me empollo el libro de Marie Kondo porque a todo esto habrá que buscarle un acomodo y mis armarios no dan más de sí.
¿Qué te parece Moni, tengo o no tengo remedio?.
Te echo de menos.

lunes, 7 de enero de 2019

Mesas bonitas

Chin pon.
Se acabo, la Navidad ya pasó, acabo de terminar de recoger el árbol, el belén y todos los adornos navideños. Me da pena, por más que a veces termine un poco hasta el gorro, lo cierto es que me encanta.
Quiero dejaros en esta entrada un detalle de las cuatro mesas festivas de estas fiestas. La primera corresponde al día de la lotería de Navidad. Para celebrar que no nos tocó pero que seguimos adelante, invitamos a comer a mi amiga María, su contrario y sus piratas, de menú, rico cocido madrileño que salió rico, rico, que diría Arguiñano.
Puse un mantel con estampados en plateado, muy navideño, gracias a un tutorial de Internet aprendí a hacer arbolitos navideños con las servilletas. Si os fijáis, para darle un poco de color combiné dos vajillas, una blanca y otra con decoración en rojo.

La segunda mesa es la de la cena de Nochebuena. Me apetecía cambiar un poco el tradicional rojo y sacar un mantel de hilo con bordado de Lagartera que me regaló mi madre hace años y que, por aquello de lo que se tarda en planchar, apenas uso. Puse los bajoplatos de plata (esas cosas útiles a más no poder que tengo de los regalos de mi boda). Las luces siempre me gustan. A mi Hada le pareció que la mesa quedaba desteñida...





La tercera mesa es la de la cena de Nochevieja. Pasé del rojo de otros años, bueno, no del todo que igual que en la mesa del 22 combiné dos vajillas. Aquí sí que saqué las copas para el cava. La verdad es que, aunque tengo muchas copas, siempre me parece que los vasos son más cómodos, en especial para los duendes, aunque ahora que se están haciendo grandes ya puedo empezar a cambiar. Para el centro, además de las luces puse unos arbolitos muy monos que había comprado en Ikea.

La última mesa, pero no por ello menos importante es la de la merienda del roscón de Reyes del pasado día 5. Esta vez éramos menos, no por falta de invitaciones sino por falta de respuesta (dejaré este tema para otro momento). Saqué aquel mantel para el que compré la tela pocos días antes de que le detectaran la leucemia a mi Sol y del que hice los dobladillos a oscuras por las noches en el hospi mientras velaba sus sueños. No se por qué, pensé que era más largo.
Bueno, pues estas han sido mis mesas festivas.
Me gusta cuidar los detalles, aunque si os soy sincera creo que el arte de las mesas no lo tengo, aún así pongo todo mi amor en cuidar que todo quede bonito.
¿Vosotras ponéis mesas bonitas?

jueves, 3 de enero de 2019

Valores y criterios equivocados

¡Feliz año nuevo!
Lo primero es lo primero. En muchas ocasiones no deja de ser una frase hecha a la que no damos valor alguno, pero de eso se trata de hablar de valores.
No he empezado bien el año, entendámonos, tampoco mal, lo he empezado que no es poco. Tengo previstas un par de entradas para contaros mi cena de Nochevieja y de otras cosas, espero no escaquearme.
Pero ahora estamos hablando del Año Nuevo.
¿Y qué es lo tradicional en Año Nuevo?. ¡Exacto, nuevos propósitos!.
Yo el año pasado no me hice ninguno, así que fenomenal, no me sentí frustrada.
Este año sí, me he hecho un firme propósito, sólo uno porque no creo que sea fácil de cumplir.
Llevo mucho tiempo planteándome mi forma de ser y actuar, todo para llegar a la conclusión de que "no me educaron para la vida moderna".
Lo siento padres, sé que lo hicisteis con vuestra mejor intención, pero no funciona.
Voy a centrarme que me disperso.
Estaba yo estos días quejándome a un familiar de lo egoísta que es otro, "es que sólo piensa en él, es que no le importa si la familia se queda esperándole y no aparece, es que sólo hace lo que le viene en gana. ¡Es un egoísta!", y me suelta la persona con la que hablaba "¿Y es que acaso eso es malo?".

Oye y me puse a pensar y qué razón tenía.
¿Hay algo malo, para uno mismo, en hacer en cada momento lo que nos da la gana?. ¿Hay algo malo, para uno mismo, en pensar primero en uno y luego (si acaso) en los demás?
Ciertamente no, es más, ¡es cojonudo!, yo, yo, y y después yo.
Ay abuelos, qué mal me enseñasteis. "no seas egoísta, comparte tus juguetes", "no seas egoísta, si a tu hermano le apetece otra peli qué más te da". "no seas egoísta, el último trozo de pizza no se coge por si alguien más lo quiere".
¡Y yo me lo aprendí, al pie de la letra! y resulta que es un error, "¿es que acaso ser egoísta es malo?".
Pues ese es mi único propósito del año 2019: HACER DEL EGOÍSMO UNA VIRTUD.
Y como es un tema que va a requerir de todo mi esfuerzo voy a iniciar con esta entrada una etiqueta con ese nombre, os iré adelantando mis (espero) avances.
De momento os cuento que mi contrario me encargó comprar el regalo de Reyes de un familiar y yo, os lo prometo, iba con esa idea, pero se cruzó un abrigo rebajado en mi camino y decidí que yo primero.
No me entendáis mal, no es que me gastara lo "destinado a ese regalo en mi", es que había mucha cola para pagar, es que me entretuve mucho, es que luego ya "no me dio tiempo a buscar nada mas".
No digo que aquel familiar no se merezca un regalo, ni mucho menos, pero es que yo no voy a poder encargarme. No sabéis como lo siento...