Vaaaale, vaaaale, ya sigo.
Bueno, como decía, el día 6 me fui a la cama tranquila con la satisfacción del deber de toda buena profesional de las rebajas cumplido. Puse el despertador a las 8 y dejé la ropa preparada, a las 8:45 salía de casa, este año sola, es lo que tiene que el día 7 sea laborable. A las 9:20 estaba en el Centro Comercial Gran Plaza 2 en Majadahonda, como aún no habían abierto las tiendas, Massimo Dutti presentaba una estupenda cola en la puerta.
Entré en Uterqüe para asegurarme de que los números que había pedido para las botas eran los correctos y sí, había acertado. Me di una vuelta por Cortefiel y Pedro del Hierro, en Zara el gentío me echó para atrás, fui a Oisho y muchas otras tiendas pequeñas, también para cosas de casa, Zara Home, La Loja do Gato Preto, pero al final entré en Massimo Dutti.
No había querido pedir pantalones, porque no son exactamente como yo los quería, ahora todo es estrecho y a mí, más bien a mis chichas, no es un corte que favorezca, además necesitaba renovar los pantalones de vestir en colores básicos, marrón chocolate, marino y gris, azules y cámel tengo, nada, es que ni uno como yo lo buscaba, así que me probé los que no buscaba, estrechos y más informales, pero cogí tres, uno marino uno marrón y uno verde, talla 42, no os olvidéis que yo soy gorda, la que era fea era ella.
Hice una estupenda cola para pagar y salí de allí derechita al Decathlon de Majadahonda. Los Reyes me habían traido una sudadera para correr, pero en la misma talla y color que la que ya tenía en naranja, así que la cambié por una blanca.
De allí me fui al Zielo en Pozuelo y compré unas bailarinas preciosas para mi Hada que fijo que ni piensa ponerse, de ahí al Corte Inglés de Pozuelo a por un cinturón y unas camisas para mi contrario y ya, agotada a eso de las 4 de las tarde, a casa.
La tregua duró poco, estuve quitando todos los adornos de Navidad con mis duendes, y probándome los pantalones que según mi familia eran demasiado estrechos, debe ser que no se dan cuenta de que puedo ser gorda, pero corta de vista, no.
Decidí que el verde no me quedaba bien, y que lo cambiaba, pero ya una vez vista que mi talla es la que es y en la tranquilidad de la noche pedí tres más dos granates y uno cámel, cuando llegaron elegí uno y los otros dos fueron de vuelta.
Hasta aquí la segunda parte de estas rebajas mías
... Aún me falta mogollón.
3 comentarios:
Jajaja, me parto con tus entradas sobre las rebajas (okey... la de "y tú fea" no la había leído y no puedo parar de reírme...jajaja)
No sé si envidiarte o alegrarme de no ser como tú...
Es que yo entro a las tiendas y no se me antoja nada... Nada me gusta... Y así voy, hecha un guiñapo. Heredo ropa a punta pala... porque, curiosamente (y PROMETO que no es raterío), las cosas que se compra la gente SÍ ME GUSTAN. Pero YO NUNCA LAS VEO en las tiendas...
Ahora... hay que tener afición para esos trotes que te das... Una ex-compi de piso era igual. Venía con una bolsa llena para al final devolver casi todo... ;)
Espero la ¿última? entrega
Qué arte tienes mami Lou!! Jajaja y como pateasss! Yo no pillo nada en rebajas y sin rebajas por lo palillo q soy;) ¡gorda con una 42! Te daría una colleja!
¿Falta otro post? Jejeje...
Mil y una gracias por todos los comentarios que me has puesto...son por esos detalles dónde de verdad me animo y sigo adelante...mañana publico una entrada más o menos contandoos porqué pasó todo...aquí tienes una seguidora fiel, un saludo!!
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