
Esta noche hemos estado entretenidas mi bruja y yo.
Serían las 4 de la mañana cuando me llamó gritando desesperada. Cuando llegué a su cuarto me la encontré sofocada, temblando, asustadísima.
- Mamá, está muy oscuro y tengo mucho miedo
- ¿miedo de qué mi vida?
- Porque allí hay una cosa que se mueve.
- Son las cortinas cariño, que se mueven al abrir la puerta deprisa.
- Quédate conmigo mami
- Claro cariño, hazme un sitio.
Pero la pobre se abrazaba a mí y seguía temblando, por más que yo intentaba tranquilizarla con mis palabras y mis caricias.
- Mamá, ¿Ursula y Ariel son de verdad?
- No mi vida, son dibujos animados.
- ¿pero entonces existen?
- No cariño, están sólo en la peli, en cuanto la apagas ya no están más.
- Es que Úrsula me da mucho miedo
- Pero si no es de verdad mi niña.
- Pues yo no quiero ver esa peli nunca más.
- Vale, pues no la veremos.
Seguimos abrazaditas durante un rato largo, al cabo del cual me dice
- Mami, ¿estás despierta?
- Sí cariño, ¿qué quieres?
- Que sigo teniendo miedo y creo que si nos vamos las dos a la cama con papá ya no voy a tenerlo.
- Vale, pero mucho ojito con hacer ruido, que sino papi nos riñe a las dos.
Así hemos amanecido, los dos papis en las mesillas, con la bruja plácidamente dormida ocupando el 90% de nuestra cama.
Y ahora la reflexión. Sé de sobra que dejarla dormir con nosotros puedes ser el principio de un círculo sin fin, pero recuerdo de niña mis temores a que llegase la hora de acostarme por el miedo que pasaba. Mi padre era el consentidor en mi caso, y así, poco a poco, los miedos se fueron quitando. Yo no dejaré que mi niña tenga miedo, aunque tenga que dormir en la mesilla los próximos 20 años.
2 comentarios:
yo lo he hecho a veces..sí luego cuesta volver cada uno a su sitio, pero las reglas están para romperlas.
Mil besos a la princesa y por diosss ahora que aún puedes consolarla no dejes de hacerlo..Cuando sufra por nada en su adolescencia y quiera estar sola acuerdate que hubo un día en que la abrazaste y se pasaron los males, al final ella se acordará de aquellas noches junto a mamá y papá.
¿Sabes lo que hace Ester? Se viene a mi lado, con su inseperable Tristón, y me dice que tiene miedo. Yo la subo a la cama y la abrazo. Y al cabo de un rato ella, ya tranquila, me dice que se vuelve a su cama, que allí duerme mejor ¡porque nuestro colchón está muy duro! Creo que ésta con 14 ya sa habrá ido de casa... ay...
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