Como en esta casa lo mismo freimos un paraguas que planchamos un filete hoy ha tocado peluquería.
Juan nació con bastante pelo y nunca se lo corté y ahora que es verano hace calor y suda por la cabeza.
Llevaba días maquinando la manera de raparle. Primero pensé en la máquina corta pelos, pero el pelo es demasiado finito como para pillarlo. Total que hoy he decidido que era ahora y nunca.
Le he sentado en la trona y le he dado mil cachibaches para jugar.
¡Madre mía, no sabía yo que en una cabeza tan pequeña cabían tantos trasquilones!, peo el más, el definitivo es el que pongo en la foto, de antología, suerte que está un poco borrosa y no se ve en toda su extensión.
Bueno, trasquilado o no así estará más fresquito.
2 comentarios:
Por favor...no le vuelvas a cortar el pelo a Juan sin miedo...que él no puede hablar pero si lo hiciese te lo diría.
anda que¡¡¡¡ bendito mi niño, menudo trasquilón y encima foto.
:-)
Tranquila,crece muy rápido. Marina tuvo uno similar en la nuca y ya no se nota nada. Y como a él no le duele...
Publicar un comentario