Ahora, cuando mi autoengaño pensé que iba a durar para siempre la almohada de mi hijo me devolvió ayer a la realidad. Al levantarse, su pelo, su precioso pelo rubio quedaba sobre la almohada, al pasarle la mano se caía, simplemente al mover la cabeza caía.
Saqué la máquina y corté. Del todo, al ras. Ver su pelo caer fue otra puñalada por la espalda. El está guapo, él es guapo, pero se ve raro, se mira y remira en el espejo...
Ahora viene otro "daño colateral" más, especialmente malo para mí, para papá, ahora ya es evidente lo que para nosotros lleva siendo una realidad más de 40 días, mi hijo tiene cáncer, leucemia, podemos hablar de "onco" por no decir oncología, podemos decir "hospi" por no decir hospital, pero lo que es está ahí, y ahora a vista de todos, me da igual, a mí lo que me importa es que él está bien, pero me estoy planteando pintarle la cabeza de verde, o de morado, o a rayas, prefiero que la gente le mire con sorpresa a que le miren con pena.
3 comentarios:
Yo creo que con esa preciosa sonrisa que tiene él todo el mundo le verá guapísimo, como es, y provocará más admiración y cariño que lástima. Eso sí, abrígale bien las orejillas que mañana nieva. Mil besos.
Que pedazo de Madre dios, que pedazo de mujer. Ole tu!!!!
Mi niña esa sonrisa sigue presente en mi cabeza. esos ojazos. Es y seguirá siendo un niño precioso. Mil besazos.
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