Iba a titular esta entrada "Otra de puertas", pero he cambiado de idea, Elena es mucho más bonito.
Por obra y gracia de unos abuelos que no hacen más que pensar en sus nietos, mis hijos tienen las puertas de sus habitaciones decoradas con unas bonitas letras de madera con sus nombres. Los abuelos las compraron al poco de nacer Pepón en un viaje, y claro, con la llegada de Juan sin miedo las letras faltaban.
Ha habido que esperar a que los abuelos repitieran su viaje para que pudieran ir a buscar las letras iguales para poner Juan. Por fin ayer vinieron con las letras.
Las prepararon, pegando cinta adhesiva de dos caras, planificaron el lugar y las pegaron.
De repente oigo a Inés muy enfadada discutir con Antonio y voy a ver qué pasa. Me la encuentro desesperada a punto de ponerse a llorar y al abuelo aguantando la risa como podía. ¿Qué afrenta podía provocar dos reacciones tan dispares?.
Pues que mi bruja de mermelada se había enfadado porque los abuelos no habían comprado las letras para poner "Elena" en su puerta, porque ella lo que quiere es una hermanita, que se llame Elena y que duerma con ella, porque, vamos a ver, si mamá duerme con papá, Pepe duerme con Juan, entonces ¿con quién duerme ella?...
2 comentarios:
aisss Lou...tic tac tic tac¡¡¡¡ sabes lo que significa eso???? que vas a tener otro hijo. Por ciero, bellísimo nombre el que ha elegido tu hija Inés en caso que sea niña.
Besos miles
Ayyyy, mi niñaaaa, ¡qué cosita tan dulce! Pues yo apoyo a tu brujilla de mermelada ¡E-le-na, E-le-na, E-le-na...!
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