El domingo antes de comer casi me da un infarto. Llamó la enfermera jefe de planta del hospi, ya estaba yo taquicárdica cuando me explico que quería avisarnos de que ayer martes por la tarde estaba previsto que los jugadores del Real Madrid fueran al hospi a visitar a los niños de oncología.
Las instrucciones eran claras, sólo los niños, nada de hermanos, amigos o similares. La razón era exclusivamente médica, los niños hospitalizados están muy neutropénicos y cuanta menos gente mejor.
Llegamos pronto. Fuimos a recoger a mi sol al cole sin avisarle de nada. Cuando le dijimos que íbamos al hospi, lo primero que quiso saber era si le iban a pinchar...
Nos hicieron esperar un ratito, pero los niños lo pasaron genial jugando unos con otros.
Al final vinieron Casillas y Sergio Ramos, con regalos para cada niño. A los chicos del hospi de día les tocó un Scalextric a cada uno, y luego bufandas, gorras, Yo, como no valgo pa na, me puse a llorar como una imbécil, así que lo único que conseguí es que se me corriera el rímel.
¿Qué significa eso?, pues que sigo pintándome, a pesar de mi catarro (eso es otro capítulo) y de mis noches sin dormir.
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