Hoy ha sido un día de celebración en casa. Era el santo del abuelo.
Anoche, antes de acostar hicimos el bizcocho, para que le diera tiempo a enfriarse y hoy poder completarlo.
Los abuelos han venido a comer, lo hemos pasado fenomenal, hemos hecho dibujos, trabajos manuales recortando papeles y haciendo cuadros con plastilina.
Hoy ha hecho muchísimo calor. La idea de ir al parque era impensable, pero había que sacar a los niños a que les diera el aire.
Hemos terminado inflando una pequeña piscina y poniéndola en la salida del salón al jardín, ¡qué chapoteos!, hemos terminado todos empapados, riendo a carcajadas y la mar de contentos.
Mis duendes ya están acostados, los abuelos ya se han ido a descansar (que buena falta les hace) y yo no puedo dejar de pensar que tengo la suerte de haber tenido un san Antonio en mi vida desde siempre que sólo tiene un fallo...
¡nunca pude pedirle un novio!
2 comentarios:
aisss que me dejas loca con las entradas...son todas especiales...me has guardado un poco de ese bizcocho??
¡Mil felicidades a tu papi! Nosotros lo celebramos también el domingo pasado y lo pasamos genial. Niñas, estoy deseando volver a veros. Un beso enorme.
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