Mis ratitos

Los viernes suelen ser días complicados para mí. Por lo general, ahora que no trabajo (fuera de casa) siempre queda algo urgente que hacer antes del fin de semana, la compra, comida para poder descansar sábado y domingo, recoger ropa de la tintorería. A todo esto se une el tráfico de los viernes, mucho mayor que el del resto de días. Se ve que hay oficinas que cierran a las 3 y la gente sale disparada a disfrutar del fin de semana.
El colegio de mis duendes mayores no está cerca de casa. Por la mañana van en ruta y por las tardes los recojo yo.
Primero tengo que pasar por la guardería a recoger a Garban, abren a las cuatro menos cuarto, lo cojo, lo ato en la silla del coche y salgo disparada al cole para llegar a las 4 y encontrar dónde aparcar antes de que abran a las cuatro y diez.
Por lo general, de lunes a jueves no tengo problema para llegar a tiempo, pero los viernes es implanteable.
Tengo que salir por la A-6 y parece que todo Madrid sale por la A-6 a la misma hora que yo. Salgo de casa a las 3 para llegar a las 4, tardo casi una hora en un recorrido que a diario me lleva poco más de 10 minutos...
Ahora tengo mis artimañas. Ya me he cansado de aguantar la cola de coches hasta llegar abajo. Me he cansado de quedarme con cara de tonta cuando después de esperar 40 minutos para 500 metros, se me cuela el clásico listillo delante, ahora, la que va de listilla soy yo. Que bajo hasta abajo como si fuera a entrar a la M-30 y me cuelo por mitad de la isleta pintada en el suelo, y me pitan, vaya que si me pitan, pero a mí me da igual. En lo único que pienso es en llegar un poquito antes al cole, estirarme en los asientos delanteros y disfrutar de un rato de lectura mientras salen mis duendes.

Por favor, si alguno salís por el mismo sitio y me cuelo, miradme con compasión. Me trago el atasco a las 3 para ir a buscar a mi sol y luego a las 5 para ir a por mi hada que tiene clase de música y entre medias abandono a mi pobre gárban en casa con los abus.