De rojo

El jueves pasado fue un día completo. Era el último día de cole de mis duendes, mi sol tenía control en el hospi y yo tenía que pasar inspección médica a propósito de mi baja de larga duración.
De camino al hospi, mi contrario y mi sol me dejaron en la oficina de la SS. La inspectora, la misma que me vio la otra vez, fue muy amable, a pesar de que mi aspecto dejaba bastante que desear respecto de la vez anterior, ambas consideramos que lo mejor era intentar volver a una cierta normalidad. Me deseó unas buenas vacaciones y me informó de que en unos quince días recibiría una carta con mi fecha de reincorporación.
Con las mismas salí de allí y me fui al hospi, casi parecía el metro en hora punta de la cantidad de niños que había, conocimos a un nuevo miembro de este exclusivo club en el que no debería admitirse ningún niño más...
La analítica salió pronto y fenomenal, tal y como a mí me gusta, todo dentro de los parámetros estándares que el protocolo PETHEMA (Protocolo Español de Tratamiento Hematológico de Enfermedades MAlignas) marca.
Con la misma consigna de pasar buenas vacaciones nos despedimos de todos y salimos corriendo al cole, había que recoger las notas...
Ya en casa, por la tarde, mamá se dio prisa en hacer las maletas. El viernes salimos de casa prontito, que el viaje es largo hasta la playa.
Es para viajar para lo que los visto de rojo, así los localizo antes cuando salen corriendo en el área de servicio en la que paramos a comer.
Ahora nos queda casi una semana por delante para intentar descansar, pero sobre todo para disfrutar todos juntos de unas merecidas vacaciones.