Estaba cantado. Mi sol pasó tres días la semana pasada en casa con fiebre, toses y mocos. Ahora está mejor, pero le sigue doliendo la tripa. Por lo visto este año el virus del catarro viene acompañado por una especie de gastroenteritis.
En fin, que como su estado general es bueno y la analítica es muy similar a la de hace dos semanas nos han dado cita para dentro de tres martes.
Pero mi casa parece un hospital. Ayer cuando recogí a mi hada del cole tiritaba de frío, ella que es doña calores. Fuimos al médico, tenía mucha fiebre y el mismo catarro que mi sol. Hoy se ha quedado en casa. Y como no hay dos sin tres, ayer cuando llegué del médico con mi hada, mi Garbanzo tenía los ojos fatal. Como ya su nariz no da abasto a soltar mocos, le salen por los ojos en forma de legañas. Se ha quedado en casa también y esta tarde he ido al médico con él. Nada, es una manifestación más del catarro, pero vuelve a tener el lado derecho de la tripa, el del apéndice duro y dolorido.
Por animarme un poco le he comentado a la pediatra que tengo la sensación de que no salgo del médico y ella me ha dicho muy seria, no, no es una sensación, es que no sales.
Por cierto, hoy tengo aún más cara que ayer (¿pero menos que mañana?).
1 comentario:
Ay, Lou, qué fastidio... ¿Tu contrario bien? Porque es el único que falta... Sí, me consta que este año los virus de gastroenteritis campan a sus anchas: a mí me están martilleando todo el invierno y a mi alrededor caen un día no y dos sí. En fin, pensemos que la primavera está más cerca cada día :)
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