Todos sabemos que los niños, en sus juegos imitan a los adultos, sus formas y las situaciones cotidianas que ellos viven. Las niñas juegan a las mamás y ellos al fútbol o a papás y mamás, o con los coches. En mi casa de juega a "la sala de las pegatinas".
La sala de las pegatinas es la forma en que mi sol llama a la UCI pediátrica, el por qué es fácil.
Cada vez que le toca una intratecal o aspirado medular le bajan a la UCI sin desayunar. De hecho, cuando toca hospi él pregunta si vamos con desayunar o sin desayunar y si es "sin", ya sabe que le toca sala de las pegatinas.
A él no le gusta, la anestesia le marea, le sienta mal, cuando se despierta tiene nauseas y ve un papá con dos cabezas y una mamá con siete ojos. El caso es que como es tan bueno a todo se acostumbra, lo único que pide es que en vez de aerosol, como él llama a la mascarilla de oxígeno, le pongan "gafitas", el tubo pequeñito.
El asunto es que en casa se juega a la sala de las pegatinas, y claro, acaban con el arsenal de tiritas de colores que yo compro, se ponen tiritas por todos lados, pero la que no puede faltar es la de la columna, justo donde a él le pinchan.
El psicólogo dice que es fantástico que se manifieste así, que lo tiene incluido en su rutina. Yo me muero de la pena, será todo lo bueno que sea, pero preferiría que se limitara a jugar a los coches.
1 comentario:
escalofriante pero natural e inocente como son ellos.
abrazos,M...espero noticias de mañana
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