Hola

Quiero daros la bienvenida a todos los que estáis aterrizando en el Reino de la Mermelada por primera vez. Esta es una ventana abierta a través de la que podéis asomaros a lo que es mi día a día. Si llegáis aquí buscando respuestas o información sobre la leucemia infantil, que sepáis que las respuestas están en vosotros mismos, yo sólo puedo compartir las mías. Agarraos fuerte que vienen curvas.

martes, 10 de enero de 2012

Empezando por el principio


Feliz año nuevo, eso es lo que hay que decir en estos casos, ¿no?, pues yo lo digo porque soy muy cumplida, pero no me lo creo.
Terminamos el año muy contentos. Pusimos una mesa preciosa, hicimos servilleteros rojos y dorados y los niños me ayudaron un montón.

El menú de la cena me quedó riquísimo: entrantes variados a base de marisco, de primer plato una crema de espárragos y tomates y de segundo pularda trufada al horno, que salió espectacular.
Tomamos las uvas en buena compañía, apoyándonos sólo en el pie derecho y con la ropa interior roja en su sitio.
La primera semana del año tenía vacaciones. Quizás porque me sentía culpable por haber dejado a mis hijos en casa la mitad de sus vacaciones organicé un planning de actividades demasiado completo, el lunes cine, comida con los amigos y merienda en casa de otros amigos. El martes patinaje sobre hielo, comida fuera con papá e invitación de dos amigos a dormir a casa. El miércoles espectáculo de burbujas con los abuelos, el jueves golf por la mañana y chocolatada por la tarde…

Demasiado, para los niños y para mí. Y siempre con la sensación de que les dedico poco tiempo, de que hubiera necesitado más días de vacaciones.
Vinieron los Reyes, cargadísimos, se fueron dejándolo todo hecho unos zorros (qué guarros los camellos) y llegaron las rebajas, pero eso es capítulo aparte.
El sábado merendamos y cenamos con mis AMIGOS (si queréis saber quienes son buscad la entrada que se llama así) y el domingo tocó zafarrancho general, quitar adornos navideños, recoger el belén y el nacimiento y preparar las cosas para empezar el cole ayer.
Y ahí estamos, intentándolo. Los niños parece que lo consiguen, pero yo…
Estoy de bajón, no sé bien la razón, si es que la hay. Si le doy vueltas a lo único que llego es a que no me gustan los años pares, ni los años, ni los días, ni los meses ni los números pares.
¿A que soy de una lógica aplastante?. No me preguntéis la razón porque no la sé, es como si estuviera con miedo porque en cualquier minuto espero que me caiga un piano de cola encima.
Espero que se me pase pronto porque no me veo con fuerzas para esperar 11 meses y 21 días.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Mami Perea ¿tomas mucho Nespresso? lo digo por el piano de cola;)
Bajón me entrará a mi como no me pases esa receta de pularda trufada para el año que viene, tienes plazo todavía. UP!!

Lo nuestro hermosa con los roscones hay que mirarlo,jajjajaja, menos mal que se puede congelar en raciones lo que nos sobra;)
Ah! y los duendes más ricos que el roscón con nata;))
MUACKKKKKKKK!

Nuria dijo...

Te entiendo Lou, yo también odio los números pares y para eso no existe explicación racional posible, por mucho que la busquemos.
Lo mío tiene delito yo nací un año par, un mes par y un día par... y aún así odio los pares.
Trato de no pensar en que estamos en año par, la verdad es que con este odio por los pares lo tenemos difícil, año sí y año no nos toca odiar...
Un besote

P.D.: qué pintaza esos roscones

Estefanía dijo...

A mi tampoco me gustan los años pares, no sé por qué , pero siempre me han traído mala suerte. Bueno, hay que pensar en positivo y no darle vueltas.
Menuda mesa llena de roscones, que buena pinta tienen y eso que ya ha pasado,jejeje.
Un beso a tus niños que salen muy guapos!!