Birmania (Myanmar) fue el destino de mi último viaje. Hicimos tres paradas, Bagán, Lago Inle y Ngapali, en la costa del Golfo de Bengala.
Bagan es el destino de la arquitectura. Se conservan alrededor de 1000 templos entre pagodas, stupas (no me preguntéis cual es la diferencia que no tengo ni idea) y monasterios. El guía se empeñaba en hablarnos de un Bagan Nuevo y un Bagan viejo, yo, la verdad es que no encontraba la diferencia entre un sitio y otro.
Las pagodas, curiosas, no puedo dejar de dar importancia a este Buda del año 1090 que se conserva en perfecto estado,
pero sin duda, lo mejor de mi estancia allí, el sobrevuelo en globo de la zona, en la foto veis la sombra del globo sobre una pagoda.
El Lago Inle es interesantísimo. La sociedad es completamente rural y pescadora, viven en una especie de “casas” sujetas por cañas de bambú sobre el propio lago. Cultivan tomates y pescan, se levantan con el sol y se acuestan con él, la luz eléctrica es una mera anécdota a disposición sólo de algunos hoteles y gracias a generadores. Se mueven en barcas alargadas en las que pescan y que manejan con una pierna con la que sujetan un remo, os dejo el video.
Ngapali es el paraíso. Playas interminables, arenas blancas y aguas azules, cangrejos paseando a sus anchas por el borde del mar. Los hoteles no gastan en televisiones, pero sí disponen de “tatamis” sobre los que sentarse a meditar mientras miramos el anochecer.
En resumen, un sitio al que no volveré.
Era consciente de que el teléfono móvil allí no funcionaba, eso en sí no es un problema, pero sí lo es el riesgo sanitario que se asume. No hay médicos, no hay medicinas, no hay un sitio (medianamente razonable) al que dirigirse si existe un problema médico. Además si te llevan en cualquier coche de la segunda guerra mundial por esos caminos sin asfaltar con estas ruedas...
El agua no es potable, no hay electricidad, ni por lo tanto neveras, se compra para el día y se cocina muy picante y especiado por lo que es difícil saber en qué condiciones están los alimentos.
Los Birmanos, aparte de ser verdaderamente encantadores, no entienden el concepto de “alergia alimentaria”, se ofenden muchísimo si no pruebas un plato, no asumen que el aceite de cacahuete que ellos emplean para cocinar puede ser letal para un alérgico.
En fin, que no se me puede sacar de casa.
3 comentarios:
Jejeje, no se nos puede sacar de casa y tan lejos mami;)
Muackkkk!
joeeee, con lo idílico que parece todo...
Por cierto, me encanta el traje de pastora!!
Je, yo hubiera muerto en el intento, el picante me destroza el estómago, soy miedosa a más no poder y tengo vértigo. Aun así, esas tardes sin televisión frente al mar me dan mucha envidia.
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