Cosiendo

Bajé del avión y mi primer destino fue una tienda de fieltros, mi hada me había hecho saber que para la semana que viene necesitaba su disfraz de pastora nuevo. El que le hicimos la abuela y yo hace 5 años cuando empezó el cole ya no estira más, no hay dobladillos que valgan.
Elegir el color de la falda ya nos costó, al final fue el azul, así que allí me fui yo, a la calle Mayor a por el fieltro, azul para la falda y negro para el corpiño. Pasé por Pontejos a comprar las cintas de terciopelo para la falda, más ancha la de más abajo, más estrecha la de arriba, la cinta al bies para la cinturilla, la cinta de fallera negra para el lazo del mandil y las puntillas, negras para el mandil y blancas para la enagua. En la tienda de tejidos enfrente el raso negro para el mandil y el popelín blanco para la enagua, corchetes, automáticos y demás aperos.
Hilvané, recosí, quité, metí, probé. Saqué mi máquina de coser, le quité las telarañas y tuve que aprender de nuevo a enhebrarla, pero lo conseguí.
Ayer terminé el nuevo traje de pastora para mi hada, aquí está aún sin quitar los hilvanes, sólo me falta llevar el corpiño al zapatero para poner los ojetes metálicos.