¡Vaya follón!, lo de celebrar el cumple de mi Hada y su amiga en el parque de atracciones fue una locura.
Para empezar, el miércoles pasado viendo la previsión del tiempo tuvimos que cambiar la fecha, del sábado 5 al domingo 6, que parecía que la previsión de agua era menor.
Invitamos a 24 niños y les pedimos por favor a los papás que nos confirmasen antes del día 1, así podríamos hacer la reserva de Grupo para que nos saliera mejor de precio, además de calcular la comida y la bebida. El último papá nos confirmó el viernes 4 a las 3 de la tarde (sin comentarios...).
La otra mamá se encargaba de la bebida y yo de la comida. Fui el jueves a la compra y pensé eso de que "mejor que sobre que no que falte". Compré 6 tortillas de patata, 6 empanadas, 60 kit-kat, 60 quesitos de bola y 4 bolsas de pan de molde familiar, jamón de york, serrano, queso, chorizo, foie grass y salmón y queso de untar, patatas fritas, aceitunas, galletas saladas, platos, vasos, manteles de papel, servilletas y un carrito de la compra para poder llevarlo todo.
El sábado por la noche, mientras veía llover desde la ventana de la cocina empecé a hacer sandwiches, 80 ni más ni menos, colocados en bandejas de papel y perfectamente embalados en papel film.
Hubo un papá que me llamó tarde el sábado para decirme que si teníamos plan B en caso de que lloviera y le dije que sí, que primero que vinieran todos a comer a casa y luego ya veríamos, ¡qué iba a hacer yo con tanta comida!.
El domingo amaneció un día precioso, soleado, como "de encargo" y allá que nos fuimos para estar listos a las 12 que era la hora que abrían.
Tengo que decir que todo salió estupendamente, que los niños disfrutaron como locos, que pasamos un día genial y que todo ello no hubiera sido posible sin la colaboración de los adultos que vinieron con nosotros, éramos 9 papás para 24 niños, los papás de las cumpleañeras, mi amiga María y su marido Luis, los papás de dos amigos de mis hijos y la mamá de otra que viendo el percal y con muy buen criterio se quedó a echarnos una mano, además es pediatra, así que todo un lujo, llevar médico incorporado.
Nos repartimos a los niños, cada adulto era responsable de vigilar a dos o a tres niños y para que no se nos perdieran me fui unos días antes al Decathlón a compara unas camisetas reflectantes, aquí os dejo la muestra de la marea amarilla.