El abuelo llevaba días muy cabizbajo. Decía que no era nada pero yo, que le conozco, sabía lo que le rondaba por la cabeza.
Antonio no es muy de médicos, va cuando ya no aguanta el dolor, o cuando algo no le gusta. Llevaba años pidiendo un control de la PSA (indicadores tumorales) en los análisis rutinarios que se hace. Los últimos salieron fatal.
Empezó a darle vueltas a que el enemigo de nombre feo se había instalado en su próstata, le parecía lo más probable y aunque cabizbajo al fin admitió que si allí estaba el enemigo, él lo recibiría contento. Parece que había llegado a un entendimiento con ese Dios suyo para que le quitase el cáncer a mi sol y se lo diese a él, así que lo aceptaba de buen grado. Como si fuese tan fácil.
Hoy ha recogido los resultados de sus pruebas, por suerte todo bien, ni rastro del enemigo en su cuerpo.
Y yo lo sabía, desde que le noté raro y me contó la razón sabía que no le pasaba nada, algo en mi interior me lo decía, igual que me avisaba de que mi sol no estaba bien. Esta noche pasada dormí como un lirón, cuando no sabía que tenía mi sol no pegaba ojo.
Ya se que es muy poco científico, pero yo me fío mucho de mis intuiciones.
5 comentarios:
me ha enternecido tanto....me alegro que el deseo no se viese cumplido.
JO, qué manera de contar las cosas, me haces llorar.
Un abrazo
Sí, tu intuición hizo que fueras una y otra vez al médico hasta que conseguiste que te hicieran caso, ¿cómo no fiarte de ellas? Me alegro infinito de que el abuelo Antonio esté bien. Un beso enorme.
Yo también me fío mucho de mi intuición, hay cosas q parecen saberse...
Me alegro de q tu intución haya sido cierta.
Besotess
Como dice mi pediatra, la intuición de una madre es el mejor de los diagnósticos...
¡me alegro de que el abuelo esté bien!
Besos!
Cris
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