Tengo otras entradas en mi cabeza, pero no se cómo abordarlas, así que escribo sobre lo obvio, sobre eso de lo que todo el mundo habla, el "gran apagón". Para mí no fue en absoluto dramático, incómodo sí, sin duda y con incertidumbres y algún que otro miedo más que racionales, creo yo.
Yo soy tempranera, madrugo bastante, a eso de las 7:15 es raro que ya esté en la cama. Como cada día había llevado a mi Garbanzo a clase y me había ido a hacer la compra. A las 9:30 estaba en casa con los deberes hechos. Tenía una lavadora para planchar y aproveché, me tomé un segundo café y me puse a trabajar con el ordenador.
Lo de ser autónoma en casa es entretenido porque mientras haces llamadas de trabajo estas oyendo la secadora. Cuando acabó dejé el ordenador y me fui a la plancha. Estaba a medias de una camiseta cuando vi que no salía vapor de la plancha. Revisé los fusibles y todo en orden, en esto que me llama mi vecina para preguntarme. La siguiente llamada fue de mi padre por el móvil porque "algo le pasaba a su teléfono fijo" que no funcionaba.
Empezaron a entrarme mensajes de WhatsApp diciendo que el apagón era general, pero al momento ya tampoco tenía red ni linea. Me hizo hasta gracia en ese momento. Pensé en que mi hijo mediano tenía coche para volver a casa, pero no podía avisarle de que recogiera a su hermano y mi Garbanzo, como el metro no funcionaba, tenía difícil volver. Abrí manualmente la puerta de mi garaje y me fui a buscarle, no puede venir andando por mitad de una carretera nacional. La puerta del cole estaba la mar de concurrida, todo en orden salvo por la intranquilidad de dos clases que se habían ido de excursión y con las que no podían contactar. Recogí a mi churumbel y volví a casa, el atasco era aún razonable. Cuando llegué vi que mi Sol ya estaba en casa también así que les dije que comieran lo que había, ensalada, gazpacho y embutidos y me fui andando a casa de mis padres. Ellos sí tenían radio y estaban informados, mi radio no tenía pilas...
Volví a casa y mi contrario no aparecía. Llegó tres horas más tarde de lo que acostumbra, pero llegó sin novedad, nos cambiamos de ropa y salimos de excursión, primero a casa de mis padres, caminando y de ahí a casa de la otra abuela de mis hijos, caminando igual. Todos los abuelos estaban en orden así que a eso de las 8:30 volvimos a casa. Acabamos con las existencias de pan de molde en un periquete y estuvimos jugando al Trivial un rato, hasta que mi hijo pequeño necesitó la lámpara para seguir estudiando.
A eso de las 10:15 la luz volvió y fue un gran alivio. Yo no lo pasé mal, más allá de pensar que si los abuelos necesitaban asistencia urgente todo se complicaría. Mi principal miedo era como cerrar mi casa. Yo vivo en una planta baja y por la zona común tengo un ventanal inmenso que se cierra con persianas de seguridad... eléctricas... no podía bajarlas, la alarma estaba casi sin batería, en fin, problemas del primer mundo.
Como os digo, no fue un mal día, ayer compré más pan de molde y alguna ensalada preparada más, punto. Es cierto que quise comprar pilas y no las encontré y que las radios pequeñas han volado de las tiendas y no hay quien se haga con una, la compraré más adelante.
Creo que fue un día raro donde demostramos que "somos gente en la que se puede confiar", más allá de los atrapados en ascensores y trenes, lo peor estaba en los que dependen de máquinas para sobrevivir.
Creo que no vamos a llegar a saber qué es lo que realmente ha pasado, pero nos vale con que no vuelva a pasar.Por mi parte intentaré tener más verdura enlatada, pilas de más tamaños y esa radio. No creo que llegue a comprar un infiernillo de gas, pero no lo sé.
Pues esa es mi aventura, aburrida, insulsa y por suerte, sin incidentes. ¿Y vosotros?