¿Es que el mundo se ha vuelto loco?, ¿es que ya todos tenemos que tener dos caras?, ¡no entiendo nada!.
De verdad que admiro a Groucho Marx, como tío ocurrente hay pocos como él, pero de hacer de un "chiste" un modo de vida media un abismo.
Yo sé lo que es "llegar a las cotas más altas de la miseria", pero sólo tengo unos principios...
Todo esto porque, una vez más en mi trabajo, me insisten en que "cambiar de principios" es adaptarse, vamos, que si lo que para tus principios es "engañar", lo cambias y decides que es convencer a alguien de algo que no es del todo cierto, ¡buen principio!.
Antes de que pueda salir de mi asombro leo, la verdad es que no recuerdo donde pero lo encontraré (creo que era un sitio así como " www.lamenteesmaravillosa.es") que se trata de flexibilizar, de adaptar a cada momento lo que más beneficioso sea.
¡Volvemos a la resiliencia, pero ahora con principios!.
Pues no, mira, yo no tengo más que unos principios y una conciencia, y como la que tiene que dormir cada día con su conciencia soy yo, mis principios son sólidos y no de barro.
He dicho.
4 comentarios:
Bien dicho.
Mantente firme amiga.
Un beso
Así me va Matt, así me va
Lou
Lou, trabajo en el mismo tipo de empresa que tú. No quiero ser brusca, pero si no puedes con ello, déja ese trabajo ya. Hay miles de personas solo en España trabajando en enpresas como las nuestras y no engañan a nadie. No son una ONG, tienen que ser rentables; de ahí a engañar hay un gran paso y no digo que algunos no duden en darlo, pero otros muchos no, sin dejar de obtener rentabilidad para la empresa que les paga por su trabajo.
Tus principios no deben verse pisoteados por nadie, pero si te vale el sueldo, debe valerte el trabajo.
Es lo que me digo cada mañana cuando voy a mi oficina.
Madre mía, asombrada me dejas y eso que creía que ya lo había visto todo en el mundo laboral. Lo que te han sugerido es que voluntariamente decidas convertirte en alguien que no eres, se deduce que probablemente en mala persona, por un mera cuestión de conveniencia y encima ni siquiera tuya, sino de la empresa.
Lou, no cambies nunca. Quien sea que te ha dicho eso no tiene vergüenza y no me gustaría tenerlo cerca ni aunque fuera para compartir vagön de Metro. Qué desgracia de ejemplar de ser humano.
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